Un censo de población y vivienda es uno de los ejercicios más complejos y masivos que una nación puede emprender en tiempos de paz. Exige una cuidadosa planificación, dotación de recursos y ejecución: la preparación de mapas de todo el país, la movilización y capacitación de gran número de empadronadores, además de grandes campañas de sensibilización pública, el sondeo de todos los hogares, el monitoreo cuidadoso de las actividades del censo, y el análisis, difusión y uso de los datos que se obtengan.
Un censo implica la enumeración completa de la población de un país, territorio o zona, y debe realizarse al menos una vez cada 10 años. Genera una gran cantidad de datos, incluida la cantidad personas, su distribución espacial, su estructura etaria y sexo, así como sus condiciones de vida y otras características socioeconómicas. Esta información es crítica para la buena gobernanza, la formulación de políticas, la planificación del desarrollo, la reducción de los riesgos, la respuesta a las crisis, los programas de bienestar social y los análisis de mercado empresarial. El UNFPA proporciona apoyo técnico y financiero para asegurar que los censos sean de alta calidad, se apeguen a los principios y normas internacionales, y produzcan datos que se difundan y utilicen ampliamente para el desarrollo.