No obstante, la cara de la desigualdad es cada vez más urbana. Son demasiados los residentes de zonas urbanas que tienen que lidiar con la pobreza extrema, la exclusión, la vulnerabilidad y la marginación.
El suelo urbano está aumentando mucho más rápido que la población urbana, fenómeno que se conoce como expansión urbana. Ésta se debe en cierto modo al aumento del consumo de suelo urbano por parte de las personas más pudientes y la cada vez mayor separación entre las comunidades ricas y pobres dentro de las ciudades. La expansión socava la eficiencia de la vida urbana y margina a las personas pobres que viven en zonas remotas o periféricas de las ciudades, con frecuencia en barrios marginales o asentamientos informales densamente poblados.
Este fenómeno puede eliminar precisamente las oportunidades que buscan las personas cuando se trasladan a las ciudades. Son muchas las personas que viven en barrios marginales que carecen de acceso inmediato a establecimientos sanitarios. Otros recurren a proveedores de servicios de salud privados y no regulados que son gratuitos en las zonas rurales. En algunos barrios marginales urbanos, las tasas de fecundidad de las mujeres pobres son similares a las de las mujeres rurales. Las personas pobres que viven en zonas urbanas también se enfrentan a condiciones de vida arriesgadas y poco saludables, como una fuerte contaminación o una gran vulnerabilidad ante los desastres.
Entre 1990 y 2020, el porcentaje de la población urbana mundial que reside en barrios marginales se redujo del 46 por ciento al 24 por ciento. Sin embargo, debido a la rápida urbanización de muchos países en desarrollo, el número real de personas que viven en barrios marginales ha aumentado inevitablemente.
La mayoría de las personas que viven en condiciones similares a las de los barrios marginales se concentran en cuatro regiones clave:
- América Latina y el Caribe (95 millones)
- África Subsahariana (230 millones)
- Asia Central y Meridional (259 millones)
- Asia Oriental y Sudoriental (306 millones)
En la actualidad, alrededor de 1.100 millones de personas viven en barrios marginales o entornos similares en las ciudades, y se prevé que otros 2.000 millones lo hagan en las próximas tres décadas.