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Las dirigentes de Yibuti se pronuncian contra la violencia de género y las prácticas nocivas

Un grupo de mujeres sonríe y conversa
Educadoras de pares de la red Elle et Elles del UNFPA , creada en Yibuti en 2021 para proporcionar apoyo y capacitación a mujeres líderes que defienden la salud y los derechos de la mujer. © UNFPA Yibuti
  • 25 de abril de 2024

CIUDAD DE YIBUTI, Yibuti – “Muchas niñas quedan embarazadas y abortan clandestinamente; las jóvenes se ven obligadas a trabajar en el sexo, y muchas son sometidas a la mutilación genital femenina”.

Nafisa, de 44 años, es líder comunitaria de la ciudad de Yibuti y fundadora de la asociación de mujeres Rasmy, que cuenta con el apoyo del UNFPA, el organismo de salud sexual y reproductiva de las Naciones Unidas. Un encuentro casual en 2011 la impulsó a convertirse en defensora. “Hace quince años estaba en casa, con mis hijos: esa era mi vida”.

Un día entabló una conversación con Fardoussa*, una vecina, que se desempeñaba como trabajadora sexual. Fardoussa le confió que había sido objeto de violencia por parte de algunos clientes y que vivía en viviendas inseguras junto con otras trabajadoras sexuales. Se sentía aislada y vulnerable, aseguró, debido a la discriminación que recibía de otros en su comunidad.

Las vecinas pronto se hicieron amigas cercanas, y Nafisa se dio cuenta de que las normas sociales, los tabúes y el silencio se encontraban en el centro de muchos problemas que enfrentaban las mujeres y niñas de su comunidad. “Ella es una mujer como yo; en muchos sentidos, somos iguales”.

Fue entonces cuando lanzó Rasmy, para ayudar a combatir las normas sociales dañinas y romper el silencio que las rodeaba. Lo que comenzó como un grupo pequeño e informal pronto se convirtió en una comunidad donde las mujeres se sentían seguras para expresarse sin ser juzgadas.

En la actualidad, los miembros de Rasmy prestan apoyo a las sobrevivientes de mutilación genital femenina y violencia de género, así como asesoramiento sobre otras cuestiones de salud sexual y reproductiva y derechos humanos. “Gracias a nuestro trabajo, muchas más madres son conscientes del sufrimiento de sus hijas, y se pueden salvar muchas más niñas”, planteó Nafisa.

Dos mujeres de pie en la puerta de la casa de una tercera, a la que le entregan un folleto informativo.
Educadores de pares de la red durante una sesión puerta a puerta en la ciudad de Yibuti. © UNFPA Yibuti

Construyendo coaliciones

“Mi primer período tuvo lugar después que mi madre murió, así que tuve que hablar con mi padre al respecto”, relató Imane, líder de la comunidad de Balbala, al sur de la ciudad de Yibuti. “Fue difícil. Debido al tabú, no era fácil hablar de temas de intimidad femenina con él”.

Imane había sido sometida a mutilación genital femenina cuando era niña, lo que le provocaba períodos dolorosos. Como no sabía sobre el problema, se dirigió a su padre. “Él escuchó y aprendió a apoyarme. Después también se negó a que mis hermanas menores fueran mutiladas”.

Yibuti tiene una de las tasas más altas de mutilación genital femenina en el mundo: más del 70 por ciento de las mujeres de entre 15 y 49 años de edad han sido sometidas a esta práctica, aunque gracias a las iniciativas legales y de defensoría, esta cifra ha disminuido en los últimos años desde el 93 por ciento.

“Me gustaría que hubiera más hombres como mi padre”, deseó Imane. “Muy pocos hombres se manifiestan (en contra del abuso), así que mi misión es darles coraje. Para salvar a las niñas, debemos llegar a sus padres

El padre de Imane trabaja junto a ella ejerciendo presión para poner fin a la mutilación genital femenina con la ONG Caravanes et Savoirs du Désert, un grupo itinerante de actores que realiza obras de teatro para crear conciencia sobre temas delicados, como la mutilación genital femenina y otras formas de violencia de género. Junto con el UNFPA, esperan crear una coalición de hombres y niños contra las prácticas nocivas.

“Aprendí a distinguir entre los aspectos positivos de nuestra cultura y las áreas más oscuras que hay que sacar a la luz”, explicó Imane. “Los hombres deben entender que la mutilación genital femenina no es solo un asunto de mujeres: la violencia nunca es solo un problema de las mujeres”.

Una mujer gesticula al dirigirse a un grupo de mujeres
Nafisa se dirige a una sesión de la asociación de mujeres Rasmy en la ciudad de Yibuti. © UNFPA Yibouti

Rompiendo el silencio

Las asociaciones de Nafisa e Imane forman parte de la red Elle et Elles (“Ella y ellas”) del UNFPA, que fue presentada en 2021 para proporcionar apoyo y capacitación a mujeres líderes que defienden la salud y los derechos de las mujeres en algunas de las zonas más desfavorecidas de Yibuti.

“Unirme a la red me abrió un nuevo camino”, agregó Imane. “Mi asociación fue entrenada, y todas nos convertimos en educadoras de pares. Ahora comparto mi historia con chicas que buscan a alguien a quien escuchar, tal como lo fui yo.

“Mi historia, una vez envuelta en el silencio, se ha convertido en mi símbolo de esperanza y resiliencia, apoyada por la fuerza de la atención y el amor de mi padre”.

Hasta la fecha, la red está integrada por ocho asociaciones, cada una de las cuales cuenta con seis educadoras capacitadas por el UNFPA que participan en actividades de divulgación sobre embarazos no planificados, toxicomanía, violencia de género, infecciones de transmisión sexual y mutilación genital femenina. También se capacita a las miembros para que actúen de enlace con las comunidades a fin de prevenir y remitir los casos de violencia de género.

“La red Elle et Elles encarna la fuerza y la determinación de estas mujeres y niñas que se dedican a sus comunidades”, afirmó Aicha Ibrahim Djama, jefa de la oficina del UNFPA en Yibuti.

Desde 2021, la red ha llegado a más de 4.000 personas. Con el apoyo del UNFPA, la organización de Nafisa se ha convertido desde entonces en el primer y único refugio de Yibuti para sobrevivientes de violencia de género que proporciona hospedaje, asesoramiento, alimentos y ropa.

“Les otorgamos valor a las mujeres”, dijo Nafisa. “Les ofrecemos esperanza y, si puedo ayudar a una sola persona, mi trabajo ha sido un éxito”.

*Se ha cambiado el nombre por motivos de privacidad y protección

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