Divya Chaudhry tiene una idea clara del futuro que ha elegido para sí misma.
Esta niña de 16 años, que reside en el distrito rural de Tikuri, en Madhya Pradesh, el quinto estado más poblado de la India, aspira a emprender una carrera en ciencias y a ser económicamente independiente. Pese a las normas de género tradicionales que prevalecen en su pequeño y conservador municipio, no tiene planes de casarse a corto plazo.
Divya, que está en su último año de escuela, es de las mejores de su clase y desempeña un papel de liderazgo en un proyecto juvenil respaldado por el UNFPA.
Después de que un taller celebrado en su escuela en el marco de un programa de salud juvenil y adolescente despertara su interés, fue seleccionada para representar a su distrito en reuniones mensuales destinadas a asesorar y educar a jóvenes sobre cuestiones de salud.
Parte de su motivación proviene de su familia. A pesar de la fuerte presión social, los padres de Divya decidieron tener solo dos hijos. En desobediencia de las normas sociales que impulsan la preferencia generalizada por hijos varones, decidieron invertir todos sus recursos en Divya y su hermana Saniya. En lugar de considerar a sus hijas como una carga, los padres de Divya siempre las han considerado como personas con un potencial ilimitado.
“Me apasiona la salud, y tengo amplios conocimientos sobre planificación familiar y salud sexual y reproductiva porque mi madre nos ha enseñado y concienciado sobre estas cuestiones”, dice Divya.
“No hay que sentir vergüenza por tratar o discutir estos temas. Se trata de un aspecto importante de la salud de una persona.”
La decisión de Divya de centrarse en su carrera es parte de una tendencia más amplia. Muchas mujeres jóvenes de la India están decidiendo retrasar el matrimonio y la gestación
lo que ha contribuido a una disminución constante de la fecundidad —un cambio demográfico históricamente asociado al crecimiento económico y a la mejora de la calidad de vida y el bienestar.
Aunque la tasa de fecundidad ya se sitúa por debajo del nivel de reemplazo (2,1 nacimientos por mujer), y continúa en descenso, la extensa población de la India seguirá siendo una de las principales contribuyentes al crecimiento demográfico mundial en los próximos decenios. Se prevé que pronto adelantará a China como el país más poblado del mundo.
Entretanto, las decisiones individuales de mujeres jóvenes como Divya están dando impulso a una mayor participación de las mujeres en la fuerza de trabajo en toda la India.
Hace poco ha aprendido a conducir una motocicleta, que utiliza para hacer recados. Aunque va en contra de las normas de género locales, ello no la desalienta. “Es cierto que la gente del pueblo habla y enarca las cejas”, observa. “Pero tengo el apoyo de mis padres”.
Y ver a Divya conducir con libertad y elegancia está inspirando a otras niñas del pueblo a aprender a hacer lo mismo. Divya está exultante. “Es el poder de los derechos y las decisiones”, dice.
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