Batuli acaba de tener su tercer hijo, y tanto la madre como la criatura están sanas.
El recién nacido de Batuli es uno de los 2,15 millones de bebés nacidos en la República Unida de Tanzania cada año, muchos de esos partos son realizados por parteras especializadas.
El UNFPA apoya la formación de las parteras, reconociéndola como una profesión particular. Es esencial que haya parteras calificadas disponibles para madres como Batuli, y que esté preparadas para hacer frente a las complicaciones del parto y que puedan contribuir a reducir la mortalidad materna.
La población de Tanzania está creciendo rápidamente, y durante las próximas tres décadas, el país será uno de los ocho que representarán más de la mitad del aumento de la población mundial.
En medio de estos cambios demográficos, la protección de la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las niñas es esencial para garantizar que las comunidades de Tanzania prosperen, y el trabajo de las parteras especializadas es una contribución vital. Apoyan a las mujeres no solo durante el embarazo, el parto y la atención posparto, sino también en la decisión de si y cuándo ampliar sus familias.
Muchas mujeres tanzanianas están optando por implantes anticonceptivos, que consisten en una pequeña varilla de plástico colocada debajo de la piel, que libera la hormona progestágeno, que permite prevenir el embarazo hasta por tres años
A menudo una mujer elegirá que se le inserte un implante justo después del parto, mientras decide si desea tener más hijos en el futuro. De esta manera, puede tomar un descanso necesario de la maternidad, aliviando el estrés físico y económico que puede acompañarla.
Sanura ha sido partera durante 25 años, y ha visto lo que puede suceder cuando las mujeres dan a luz varios bebés en sucesión, sin un descanso.
Especialmente para las y los miembros de familias de escasos recursos, las presiones económicas de cuidar a muchos niños pueden ser intensas. “Es estresante para una madre encontrar comida y dinero para brindar seguridad y protección a su familia”, explica Sanura.
Mientras tanto, los embarazos múltiples y consecutivos pueden ser difíciles para el cuerpo de las mujeres. Sanura ha visto a dos de sus pacientes morir tras tener este tipo de embarazos.
Al asesorar a las mujeres sobre la planificación familiar, les explica que la anticoncepción no significa necesariamente el fin de la reproducción. Es solo una pausa, hasta que estén realmente listas para tener otro bebé.
Algunas mujeres, como Ruweyda Abdi Ahmada, que trabaja como limpiadora de hospitales, tiene 23 años y es paciente de Sanura, quieren tener más hijos más adelante. Ruweyda acaba de recibir su implante, pero planea tener otro bebé dentro de tres años.
Las parteras como Sanura y su colega Rukia Suleiman Adam se dedican a proporcionar atención médica de calidad a sus pacientes en medio de los desafíos en el acceso a la atención y los recursos.
Sus esfuerzos para proporcionar servicios de planificación familiar, información precisa y accesible sobre la salud y los derechos sexuales y reproductivos, y atención integral y de calidad de la salud materna son esenciales para mejorar la calidad de vida de los próximos mil millones en el mundo.
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