La MGF se basa en normas sociales y de género nocivas que están fuertemente arraigadas y, a menudo, se identifican con tradiciones culturales. Incluso cuando alguien se opone personalmente a esta práctica, las presiones sociales de la familia, los vecinos y otros miembros de la comunidad pueden dificultar la adopción de una postura contraria. En las comunidades en las que la práctica está generalizada, las niñas que no se someten a la MGF pueden ser estigmatizadas, al igual que sus familias.
Es por esto que para acabar con la MGF se debe involucrar a toda la comunidad. Cuando una comunidad decide conjuntamente abandonar la práctica, ninguna niña ni familia se ve perjudicada por la decisión.
El camino hacia el abandono colectivo comienza con el diálogo comunitario, que brinda la oportunidad a los miembros de la comunidad de aprender sobre el daño que causa la MGF a las niñas y sobre las dimensiones de la práctica en cuanto a los derechos humanos. En estos diálogos participan diversas partes interesadas, como líderes tradicionales y religiosos, activistas populares, fuerzas del orden, trabajadores de la salud, trabajadores sociales, docentes y personas jóvenes.
Como partera tradicional con una larga experiencia de trabajo en su comunidad, Aisha tiene el tipo de conocimientos y la influencia que le permiten desempeñar un papel clave en este proceso.
Durante las conversaciones comunitarias quincenales y en reuniones sociales, enseña sobre las consecuencias perjudiciales de la MGF y el matrimonio infantil, dos prácticas nocivas que suelen estar vinculadas. También va de casa en casa para aclarar cualquier idea errónea que puedan tener los miembros de la comunidad.
Estas actividades cuentan con el respaldo del Programa Integrado de Prevención del Matrimonio Infantil y la MGF implementado en los distritos de Afambo y Abala de la región de Afar desde 2012 con el apoyo de la Asociación de las Naciones Unidas de Suecia de las Naciones Unidas en el marco del Proyecto del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas para las Adolescentes y con la supervisión de la Oficina de Asuntos de la Mujer y la Infancia de la región. Este programa es el primero de este tipo y pretende impulsar el abandono de las dos prácticas nocivas de forma integrada. Para llegar a más niñas adolescentes, las intervenciones se coordinan con el Programa Conjunto para Eliminar la Mutilación Genital Femenina del UNFPA y UNICEF, que también se lleva a cabo en Etiopía, al igual que el Programa Mundial del UNFPA y UNICEF para Acelerar las Medidas Encaminadas a Poner Fin al Matrimonio Infantil conjunto de las dos agencias.
Además de apoyar la movilización a nivel comunitario, el Programa Integrado pretende crear plataformas y espacios seguros para las niñas en situación de riesgo; mejorar el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, entre otras cosas, para abordar las complicaciones a las que se enfrentan las niñas que han sufrido MGF y matrimonio infantil; y fortalecer la capacidad institucional de las contrapartes de proteger a las niñas y llegar a ellas con los servicios que necesitan, incluso mediante la sensibilización del personal sanitario.
Asimismo, el programa busca empoderar a las adolescentes mediante la promoción de la importancia de la educación y la alfabetización financiera de las niñas. Lleva a cabo intervenciones a través de las escuelas para crear entornos positivos y seguros para las niñas y movilizar a comunidades escolares enteras a fin de que apoyen el movimiento para acabar con la MGF y el matrimonio infantil. Se ofrecen estipendios y suministros mensuales, tales como materiales educativos y kits de dignidad, para que las niñas desfavorecidas puedan asistir a la escuela con regularidad y evitar el abandono escolar.
La MGF no sirve para nada más que para dañar el cuerpo de las niñas y poner en peligro sus vidas
— Aisha Dima Abdella