Al igual que Marwa, muchas sobrevivientes de violencia de género experimentan un deterioro de su bienestar emocional o mental como resultado de lo que han vivido. El silencio y el estigma en torno a la violencia de género pueden exacerbar este impacto.
Por lo tanto, la atención de la salud mental y el apoyo psicosocial son una parte integral de la respuesta a la violencia de género, junto con servicios como el tratamiento médico, el apoyo jurídico, la provisión de necesidades básicas —como alimentos y refugio—, la asistencia en efectivo y el empoderamiento económico.
Las Estándares Mínimos Interagenciales para la Programación sobre Violencia de Género en Emergencias, que definen lo que el UNFPA y otras agencias deben lograr para prevenir la violencia de género y responder a esta durante las emergencias humanitarias, exigen que las mujeres y las niñas tengan acceso seguro a apoyo psicosocial de calidad centrado en las sobrevivientes que se enfoque en la sanación, el empoderamiento y la recuperación. En los estándares también se especifica que los servicios de salud para las sobrevivientes deben incluir atención de salud mental clínica y especializada para quienes se considere que la necesitan.
La evaluación y atención de la salud mental, el apoyo psicosocial y el asesoramiento también se incluyen en el Paquete de servicios esenciales para mujeres y niñas que sufren violencia, una herramienta de orientación creada por el UNFPA, ONU Mujeres, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) a través del Programa Mundial Conjunto sobre Servicios Esenciales para fomentar el diseño, la implementación, la coordinación y la evaluación de servicios en los sectores de la salud, los servicios sociales, la policía y la justicia.
En Yemen, el UNFPA lleva mucho tiempo brindando apoyo psicosocial de calidad a sobrevivientes de violencia de género mediante servicios no especializados provistos por trabajadores sociales y prestados a través de espacios seguros, refugios, equipos móviles y actividades de divulgación.
Para muchas sobrevivientes, los servicios no especializados contribuyen de manera significativa a su recuperación. Sin embargo, algunas sufren problemas de salud mental más graves, e incluso pueden estar en riesgo de autolesionarse o suicidarse, por lo que requieren atención de salud mental especializada.
En 2018, el UNFPA comenzó a brindar este tipo de atención especializada, que incluye evaluación psiquiátrica, medicamentos y asesoramiento, y está a cargo de psiquiatras y psicólogos capacitados, como Ishraq. Hoy en día, hay ocho centros especializados de salud mental y apoyo psicológico en Yemen, administrados por contrapartes locales en las gobernaciones de Adén, Ibb, Hadramaut, Hajjah, Sana'a y Taiz.
El asesoramiento telefónico que ofrecen Ishraq y sus colegas constituye una estrategia clave para hacer llegar estos servicios fundamentales a quienes, de otro modo, no podrían recibirlos. Este asesoramiento telefónico ha desempeñado un papel cada vez más crucial desde que la pandemia interrumpió el acceso a los servicios presenciales al tiempo que aumentaba la demanda de atención de salud mental y apoyo psicosocial.
En respuesta, el UNFPA aumentó la cantidad de asesores que atendían sus líneas directas gratuitas. El número de personas atendidas a través de la línea directa se duplicó en la primera mitad de 2021 en comparación con todo el año 2020.