Internet puede ser un lugar hostil y lleno de odio, especialmente para las mujeres, las niñas, las minorías raciales y étnicas, el colectivo LGBTIQ+ y otras comunidades marginadas, que tienen más probabilidades de que se abuse de sus imágenes en línea.
Estos abusos de carácter sexual incluyen el intercambio no consentido de imágenes íntimas (también conocido como ""pornovenganza"", un término censurable que sugiere que una persona superviviente merecía un castigo o consintió en hacer pornografía), deepfakes (manipulación de imágenes utilizando inteligencia artificial o aprendizaje automático) y upskirting (tomar imágenes no consentidas por debajo de una falda o vestido).
Todas ellas son formas de violencia digital, las cuales son frecuentes, repetitivas, perpetuas y generalizadas. Las consecuencias de estas violaciones de la privacidad, la dignidad, la autonomía y los derechos de las personas son devastadoras.
Que no quepa la menor duda, aunque esta violencia se cometa en el mundo digital, el miedo, la ansiedad, la pérdida de autoestima y la sensación de impotencia son muy reales y duraderas.
La misoginia y la violencia digital son una violación generalizada de los derechos humanos, pero las empresas tecnológicas y los responsables políticos dan más valor y protección al copyright que a los derechos de los seres humanos en Internet.
Quienes infringen el copyright se enfrentan a sanciones legales y a la rápida retirada de contenidos por parte de las plataformas digitales; las personas que sobreviven a la violencia digital, por su parte, se enfrentan a barreras y tienen pocos derechos jurídicos.
Por eso, el UNFPA pone en marcha bodyright, un nuevo copyright para el cuerpo humano que exige que las imágenes de nuestros cuerpos reciban el mismo respeto y protección en línea que el copyright que se otorga a la música, a las películas e incluso a los logotipos corporativos.
Reclama tu bodyright… y acabemos con la violencia digital.
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La violencia en línea es una violación de los derechos humanos. Hacemos un llamado a los responsables políticos, a las empresas tecnológicas y a las plataformas de redes sociales para que se tomen en serio, tanto como la violación del copyright, el abuso basado en la imagen, la devaluación de los seres humanos y la misoginia en Internet. Firma la petición y forma parte del movimiento para acabar con la violencia digital.
Firma la petición ahora
Únete al movimiento. Añade el símbolo de bodyright cuando compartas imágenes tuyas en internet.
Coloca el símbolo de la “b” sobre tu piel en las imágenes.
Sube una foto sobre la que quieras generar el bodyright
Hay tres pegatinas "b" disponibles para usar en las historias de Instagram:
¿Quieres utilizar tu propia herramienta de edición de fotos? Descarga el símbolo bodyright y coloca la "b" en una parte de la piel. Utiliza un color que garantice la visibilidad del logotipo y, si lo deseas, añade un eslogan.
Los perpetradores han convertido la tecnología y la sexualidad de las mujeres en armas contra las sobrevivientes. El mensaje para las mujeres cuyas imágenes han sido abusadas en línea es que no son dueñas de sus cuerpos en línea.
Nosotros decimos que sí deberían serlo. Humillar y degradar los cuerpos contra la voluntad de alguien en el ciberespacio es un acto de violencia que debemos erradicar. Únete a otras personas que, al reclamar su bodyright, defienden un mundo —virtual y real— en el que las mujeres y las niñas vivan libres. Porque cuando se trata de violencia digital, lo virtual es real.
Los 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género es una campaña anual internacional que se desarrolla desde el 25 de noviembre, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, hasta el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos. A lo largo de estos 16 días y más allá, el UNFPA invita a todo el mundo a reclamar su bodyright.
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