Alrededor de 1,5 millones de personas, entre ellas decenas de miles de mujeres embarazadas, madres primerizas y recién nacidos, se hacinan en Rafah, la ciudad más meridional de Gaza, buscando desesperadamente algo de seguridad en plena guerra. Con muy poco espacio y sin ningún lugar adonde ir, la perspectiva de nuevas operaciones militares en Rafah les resulta aterradora.
Los bombardeos y el escaso goteo de ayuda agravan una catástrofe de salud pública. Se han registrado unos 500.000 casos de enfermedades contagiosas, entre ellas meningitis y diarrea aguda. Según los informes, las mujeres sufren abortos a un ritmo mayor que antes de la guerra y, en muchos casos, se practican cesáreas, amputaciones y otras intervenciones quirúrgicas con anestesia parcial debido a la falta de suministros. Todos los habitantes de Gaza pasan hambre, incluidas 50.000 mujeres embarazadas, y la desnutrición las hace más susceptibles a enfermedades y menos capaces de recuperarse.
El UNFPA y sus asociados prestan apoyo en esta crisis devastadora, pero no es suficiente ya que no contamos con el acceso necesario para ayudar a todas las mujeres que lo requieren. Las operaciones militares en Rafah dificultarían aún más el reparto de ayuda, dejando «una operación humanitaria ya de por sí frágil al borde de la muerte», según ha declarado Martin Griffiths, Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas.
Necesitamos un alto el fuego humanitario de inmediato para poner fin a este brutal e intenso bombardeo de Gaza, liberar a todos los rehenes y permitir que el reparto de ayuda a gran escala llegue a las personas necesitadas en todo el territorio.
«Un terror inimaginable: lo que más sufro es el terror extremo», Suhad, 36 años
«La situación en Gaza supera cualquiera de nuestras peores pesadillas, y está empeorando», Dominic Allen, representante del UNFPA para el Estado de Palestina
Las decisiones de retener los fondos de la UNRWA deben ser revocadas. Abandonar ahora a la UNRWA equivale a abandonar Gaza.
Guterres continuó afirmando: «Nada justifica los horribles ataques terroristas lanzados por Hamás contra Israel el 7 de octubre. Tampoco hay justificación alguna para el castigo colectivo del pueblo palestino. Sin embargo, las operaciones militares israelíes han causado destrucción y muerte en Gaza a una escala y velocidad sin igual desde que me convertí en secretario general».
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