Para las embarazadas en Gaza, la vida se ha cargado de miedo. “Me siento aterrorizado cada vez que hay un bombardeo”, admite al UNFPA una de las 50.000 embarazadas en Gaza. “Temo por mis hijos y temo por mi hijo por nacer”.
El asedio impuesto por Israel tras los ataques de Hamás contra ciudades y civiles israelíes el 7 de octubre ha suspendido en Gaza el acceso de suministros de asistencia cruciales hasta el 21 de octubre, cuando se permitió la entrada de 20 camiones de ayuda, pero se necesita desesperadamente mucha más ayuda. La ONU pide 100 camiones de ayuda diarios para cubrir las necesidades humanitarias de los 2,2 millones de habitantes de Gaza.
El UNFPA está enviando medicamentos y suministros vitales de salud reproductiva a Egipto para su almacenamiento y transporte a través de la frontera hacia Gaza, cuando sea posible. Se han entregado a la Sociedad Egipcia de la Medialuna Roja para su distribución en Gaza tres mil kits de dignidad que contienen suministros de higiene para mujeres y niñas, y se están preparando otros kits. Entre otras iniciativas, hay una línea telefónica de ayuda apoyada por el UNFPA para las mujeres, las y los jóvenes y otras personas que necesitan asistencia en Gaza y la Ribera Occidental.
El UNFPA pide una cesación del fuego inmediata y un acceso humanitario sin trabas para que los alimentos, los medicamentos, el agua y el combustible lleguen en condiciones de seguridad a todas las personas necesitadas.
Al 22 de octubre, 4.651 personas habían perdido la vida en Gaza, y había más de 14.245 heridos; 1,4 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares tras una orden de evacuación. Algunas personas viven en refugios de las Naciones Unidas o con familiares; en tanto que otras no pueden salir por motivos de enfermedad, embarazo con complicaciones, edad o discapacidad. En medio del conflicto mortal se han golpeado hospitales, y el sistema de salud está al borde del colapso.
Al 21 de octubre, la Organización Mundial de la Salud había documentado 143 ataques contra instalaciones de salud en Gaza, donde el 20 % de los hospitales no funcionaban y el 65 % de las clínicas del Ministerio de Salud y el 64 % de las clínicas del UNRWA estaban cerradas. Hay escasez crítica de medicamentos, suministros médicos y productos sanguíneos.
El UNFPA deplora la pérdida de vidas en el conflicto y está profundamente preocupado por la seguridad y el bienestar de todos los civiles atrapados en la crisis, especialmente las mujeres y las niñas.
“Para las miles de mujeres que están a punto de dar a luz, y las que están enfermas y gravemente heridas, ser forzadas a abandonar sus hogares sin ningún lugar seguro donde ir y sin alimentos o agua es extremadamente peligroso”, señaló la Directora Ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem, en un comunicado.
Incluso en la guerra hay reglas: los civiles no son un objetivo.
Demasiadas personas están de luto por hijos, padres y otros miembros de la familia perdidos a la guerra.
La vida de la población de Gaza está en peligro no sólo por los ataques implacables, sino también por la falta de agua potable, alimentos y suministros médicos, así como por el rápido deterioro del saneamiento y la falta de combustible, que está reduciendo la energía vital a las unidades de cuidados intensivos.
La situación humanitaria es catastrófica. Ayúdenos a prestar servicios esenciales de atención de la salud a las mujeres de Gaza.
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