08 Julio 2024

Cada miembro de la familia humana, que hoy cuenta con 8 mil millones de personas en todo el mundo, tiene derecho a ser contado. Sin embargo, para millones de personas, las más vulnerables del mundo, este derecho sigue sin cumplirse.

¿Por qué? Las razones van desde las limitaciones financieras hasta la marginación de las comunidades más difíciles de alcanzar, pero nadie es inalcanzable. “Para hacer efectivos los derechos y las decisiones de las personas a quienes se ha relegado a los márgenes de nuestras sociedades, tenemos que contarlas, porque cada una cuenta”, declaró la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que se encarga de las cuestiones de salud sexual y reproductiva, en un comunicado reciente . “Nuestro rico tapiz humano es tan fuerte como el más débil de sus hilos”.

Para conmemorar el Día Mundial de la Población, presentamos cuatro razones por las que es más importante que nunca que los procesos de recopilación de datos sean inclusivos y que se cuente a las personas, en toda su diversidad.

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Todas y todos contamos: Gaby, una mujer indígena transgénero propietaria de salón en Perú, promueve a las mujeres y la comunidad LGBTQIA+. © UNFPA Perú/Polo Santos

1. La información es poder. Nos ayuda a medir el éxito y las deficiencias.

Han transcurrido treinta años desde la histórica Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, donde los dirigentes mundiales afirmaron que no es posible lograr el desarrollo sostenible inclusivo sin priorizar los derechos humanos, incluidos los derechos reproductivos. A lo largo de los años, el mundo se ha convertido en un lugar más seguro e igualitario para las mujeres y las niñas: las muertes maternas prevenibles se han reducido en un tercio, al igual que los partos de niñas de 15 a 19 años, esto impulsado en parte por la duplicación de la aceptación por parte de las mujeres de los anticonceptivos modernos.

Las mejoras en la recopilación, medición y análisis de datos han sido fundamentales para comprender hasta qué punto ha llegado el mundo en el logro de la salud y los derechos sexuales y reproductivos para todas y todos. Sin embargo, las tendencias ampliamente positivas también pueden nublar la vista sobre hasta dónde tenemos que llegar.  

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Salud materna para todas: Sakina, partera de una clínica móvil en la República Democrática del Congo, organiza una sesión informativa para mujeres embarazadas desplazadas. © UNFPA DRC/Junior Mayindu

Los datos desglosados (es decir, desglosados por categorías como género, condición de discapacidad, raza y etnia, y otros factores) pueden mostrarnos que las mujeres de distintos grupos experimentan resultados de salud reproductiva muy diferentes. A modo de ejemplo, un análisis del UNFPA reveló en 2023 que, debido en parte al abuso racista generalizado en el sector de la salud, las mujeres y niñas afrodescendientes del continente americano corren un riesgo elevado de morir durante el embarazo. 

Este tipo de dato es lo que puede conducir al cambio. Sin embargo, solo cuatro países de los nueve incluidos en el análisis recopilan datos comparables a nivel mundial sobre la mortalidad materna desglosados por raza. En consecuencia, quedan sin registrarse infinidad de experiencias de las mujeres así como un riesgo desproporcionado de muerte. 

De hecho, en todo el mundo, las personas más vulnerables siguen estando infrarrepresentadas en los datos. “Las consecuencias de esto afectan profundamente sus vidas y su bienestar”, ha planteado la Dra. Kanem. “Las investigaciones recientes del UNFPA revelan desigualdades agudas y crecientes, dentro de los distintos países y entre ellos”.

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Parto seguro en medio del conflicto: Ruboneka dio a luz con el apoyo de parteras capacitadas en una clínica móvil en un campamento de desplazados en la República Democrática del Congo. © UNFPA DRC/Junior Mayindu

2. Los encargados políticos necesitan datos para apoyar las reformas.

Los gobiernos necesitan datos para tomar decisiones. ¿Dónde debe construirse una nueva sala de maternidad? ¿Cuántas mujeres en una región en particular quieren usar un anticonceptivo moderno pero no tienen acceso a este? Estas interrogantes exigen investigación, llevada a cabo de manera ética y con la participación de las comunidades afectadas.

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Dignidad en tiempos de crisis: mujeres reciben kits que contienen artículos esenciales de higiene y otros suministros en medio de las inundaciones en Bangladesh. © UNFPA Bangladesh/Quddus Alam

Tomemos, por ejemplo, a Camboya, que ha reducido su tasa de mortalidad materna en casi dos tercios desde 2000. Sobre la base de una gran cantidad de pruebas que apuntan al papel esencial que desempeñan las parteras en la prevención de las muertes maternas, el gobierno invirtió en iniciativas para capacitar y ampliar su fuerza laboral de parteras. Entre 2010 y 2019, el número de parteras desplegadas en unidades de atención dirigidas por parteras casi se duplicó, según el informe del UNFPA sobre el estado mundial de parteras de 2021. 

“Mi trabajo salva muchas vidas”, manifestó la practicante Khoeub Kuntheary al UNFPA en 2017. “¡Estoy muy orgullosa de ser partera!”

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Trabajo que salva vidas: parteras y enfermeras asisten a una sesión de capacitación sobre complicaciones del embarazo en un hospital de Migori, Kenia. © UNFPA/Luis Tato

3. Los datos inclusivos revelan quién se está quedando atrás.

A nivel mundial, se estima que el 15 % de la población mundial sufre discapacidad, así como las violaciones de derechos y la marginación que a menudo la acompañan. Las mujeres con discapacidad pueden ser 10 veces más vulnerables a la violencia de género, según el informe del UNFPA sobre el Estado de la Población Mundial 2024.

Las personas con discapacidad han quedado excluidas con suma frecuencia de los progresos que han llevado a las poblaciones más accesibles a mejorar la salud sexual y reproductiva. El desarrollo de intervenciones específicas para ayudar a las comunidades requiere primero comprender los desafíos que enfrentan. En otras palabras, este proceso requiere datos.

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La distribución de toallas sanitarias garantiza que las niñas de la Escuela St. John para Sordos de Gambia puedan permanecer en la escuela. © UNFPA Gambia
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El acceso a productos de salud e higiene menstruales ayuda a reducir la brecha de desigualdad entre las niñas. © UNFPA Gambia

La buena noticia es que muchos países están actualizando sus métodos de recopilación de información para reunir el conocimiento que necesitan para no dejar a nadie atrás. Como ejemplo, la proporción de países que formulan a sus poblaciones preguntas normalizadas sobre su experiencia con la discapacidad se ha duplicado con creces desde 2018, según las investigaciones del UNFPA

Tanzania figura entre esos países. “Tanto de la comunidad con discapacidad como del gobierno exigieron mejores datos”, explicó Seif Kuchengo, Estadístico Principal y Coordinador Nacional del Censo, al UNFPA sobre las reformas del censo en Tanzania en 2012.

4. La recopilación de datos ética e inclusiva permite que los gobiernos rindan cuentas.

Los datos pueden ser sensibles. Se han utilizado, y se siguen utilizando, para cometer graves violaciones de derechos contra personas sobre la base de su raza, orientación sexual o condición de discapacidad. Sin embargo, es poco probable que el mundo resuelva los problemas relacionados con el mal uso de los datos si no los recopila en absoluto. Para salvar esta brecha deben intervenir la sociedad civil y las organizaciones no gubernamentales, así como los expertos locales y las propias personas marginadas, ya que ellas saben cómo garantizar la seguridad y el respeto de las personas durante todo el proceso de recopilación de datos. Deben ser consultadas sobre la recopilación y utilización de datos oficiales, y se les debe permitir y alentar a recopilar y publicar sus propios datos, porque el estigma y el miedo a menudo empujan a las personas a ocultar sus identidades y experiencias de quienes recopilan los datos nacionales. 

La capacitación también puede ayudar a los recolectores de datos a realizar investigaciones con compasión y respeto. Por ejemplo, Udani Elpitiya estaba plenamente preparada para participar como enumeradora en la primera encuesta nacional de Sri Lanka sobre la violencia contra las mujeres. En 2021, contó al UNFPA sobre una mujer que había sobrevivido al abuso de su esposo durante décadas, pero nunca había hablado de ello. “No tenía a nadie con quien compartir lo que había soportado todos esos años”, explicó Elpitiya. “Lloraba mientras compartía toda su experiencia conmigo. Cuando estaba a punto de irme, se puso de rodillas y me dio las gracias”.

Los encargados políticos pueden ignorar con facilidad los problemas sociales al suponer que no existen, y que ciertas poblaciones tampoco existen. Después de todo, no hay razón para asignar fondos a programas de salud para satisfacer las necesidades únicas de las personas LGBTQIA+ si un país no cuenta con miembros de esta comunidad entre su población. Los datos sólidos (de los gobiernos, la sociedad civil, el mundo académico y las propias comunidades) hacen que sea muy difícil obviar los temas, al tiempo que empoderan a las comunidades, especialmente a las personas más marginadas, para que los dirigentes tengan que rendir cuentas.

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Atención a los desplazados: Sara y su recién nacido reciben ayuda en un centro para mujeres y niños refugiados apoyado por el UNFPA después de los terremotos de Türkiye de 2023. ​​© UNFPA Türkiye/Gözde Kumru Uçak
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Sara, que tuvo que huir de su casa a los siete meses de embarazo cuando azotaron los terremotos, encontró refugio para su familia en un campamento para personas desplazadas. © UNFPA Türkiye/Gözde Kumru Uçak

En un mundo de crecientes disparidades y crisis, los gobiernos deben comprometerse a recopilar y utilizar datos para abordar las necesidades de quienes se han quedado atrás. En todo el mundo, el UNFPA trabaja para apoyar a los gobiernos en esta misión.

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Las parteras especializadas del Hospital San Andrés de Tumaco (Colombia) recibieron capacitación con el apoyo del UNFPA. © UNFPA/Carolina Navas

“No ser contada es ser invisible y, por ese motivo, quedarse sin recibir servicios”, ha dicho la Dra. Kanem. “Para que la humanidad progrese, hay que contar a las personas, dondequiera que estén y quienesquiera que sean, en toda su diversidad. Para acabar con la desigualdad, para encontrar y hacer avanzar la paz y la prosperidad, para tejer más hilos de esperanza, el mundo tiene que hacer más en aras de la inclusión”.

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