A veces es más fácil hablar con un robot.
En el Centro Comunitario Burj Alluqluq en Jerusalén Oriental, las y los jóvenes pueden hacer eso precisamente. El Q-Robot parece un juguete, pero en realidad es bastante inteligente: enseña a los estudiantes sobre seguridad digital y responde preguntas sobre temas como el acoso escolar y las redes sociales. El Centro también ha desarrollado aplicaciones creativas que son educativas y entretenidas para apoyar la alfabetización digital y el bienestar.
Las y los jóvenes animan este centro comunitario, que ofrece una serie de actividades recreativas y profesionales a jóvenes palestinos que crecen en Cisjordania en un entorno coercitivo. Desde octubre de 2023 se ha producido una alarmante escalada de violencia y los jóvenes necesitan apoyo adicional.
El Centro es una de las muchas iniciativas que el UNFPA apoya en todas las comunidades árabes, con el objetivo de ayudar a los jóvenes a aprender una serie de nuevas habilidades y desarrollar su potencial.
A continuación, una mirada a algunas iniciativas clave en Jordania, Yemen, Siria, Egipto y Túnez.
El campamento de refugiados de Zaatari, en Jordania, fue creado en 2012 para quienes huyen de la guerra en Siria, y es el único hogar que han conocido muchos adolescentes. La escuela, los juegos y todos los hitos importantes tienen lugar dentro del campamento.
Afortunadamente, las niñas pueden ampliar sus horizontes en el Centro de Empoderamiento de las Adolescentes, que ofrece actividades que van desde un club de ajedrez hasta clases de Zumba, defensa personal y arte El Centro también ofrece iniciativas para mejorar la alfabetización digital y la innovación. Como ejemplo, para el Día Internacional de la Juventud de este año, un concurso para la mejor iniciativa digital estimula a las jóvenes a desarrollar nuevas ideas, incluidas aplicaciones, con apoyo técnico para dar vida a las ideas.
Detrás de las aplicaciones creativas, los movimientos de danza y las obras de arte, hay una motivación seria: garantizar que las niñas conozcan sus derechos, protegerlas mejor de la violencia de género y dotarlas de habilidades para vivir como mujeres jóvenes.
Yemen tiene altas tasas de desempleo juvenil y de desigualdad para las mujeres en el lugar de trabajo, y la participación de las mujeres disminuye continuamente desde la década de 1990.
Por esos motivos las jóvenes son el foco de un espacio seguro apoyado por el UNFPA en la ciudad de Sana'a. El espacio se esfuerza por ayudar a las jóvenes a alcanzar su potencial y alcanzar un futuro equitativo en Yemen, un futuro en que las mujeres y las niñas puedan mantenerse a sí mismas y a sus familias y desarrollar sus carreras.
Además de proporcionar un espacio seguro para que las jóvenes socialicen y reciban apoyo, el espacio imparte cursos destinados a mejorar su resiliencia ante la crisis humanitaria y las dificultades económicas consiguientes.
“Cuando actúo, me siento como una mariposa”, afirma Rabaa Abdel Hamid, líder del grupo de teatro juvenil Nawah, en la ciudad egipcia de Minya.
Al permitir que los jóvenes representen distintas realidades sobre el escenario, la iniciativa apoyada por el UNFPA hace que temas tabúes sean más accesibles, como son las cuestiones de salud reproductiva y la violencia de género, incluida la mutilación genital femenina. También ayuda a los jóvenes a convertirse en agentes de cambio en sus comunidades.
Rabaa admite que, cuando se unió al grupo, cuestionó el beneficio de la actuación; no era algo a lo que había tenido acceso mientras crecía en el campo, especialmente cuando era niña.
“Trabajé duro para convertirme en entrenadora en salud reproductiva”, revela. “Al principio, era una persona muy tímida, incapaz de hablar con hombres y niños, pero luego comencé a superar el miedo. Pasé de no tener conocimiento sobre muchos temas a ser una persona que puede hablar con cientos de personas sobre estos temas”.
Actualmente hay 16 equipos de teatro comunitario en todo Egipto, y han alcanzado a 75.079 personas a través de sus actuaciones desde 2017. “Creo que el teatro permite compartir la información de una manera muy positiva”, dice Rabaa.
En un centro de mujeres en Duma, Siria, la palabra clave es “elección”.
La Asociación Siria de Planificación Familiar, asociada del UNFPA, trata de reducir significativamente el matrimonio precoz y mejorar las oportunidades de las niñas. La asociación dirigida por mujeres sabe que no hay solución rápida a las desigualdades profundamente arraigadas, por lo que adopta un enfoque multifacético, organizando talleres sobre los riesgos del matrimonio infantil y las formas de evitarlo, así como proporcionando capacitación para ayudar a las mujeres y niñas a elegir posibles carreras y aumentar su independencia.
Los cursos, dirigidos a mujeres y niñas de todas las edades, abarcan desde alfabetización hasta principios básicos de enfermería. También hay opciones para quienes quieran trabajar por cuenta propia, como la costura y la fabricación de velas. Así pues, la formación llega tanto a una generación mayor que puede haber perdido oportunidades, como a una generación más joven, para blindar el futuro a prueba de la desigualdad de género.
Para que los jóvenes puedan proteger y defender su salud, bienestar y dignidad, primero deben conocer sus derechos.
Por eso es tan vital la educación sexual integral, un proceso de enseñanza de los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y sociales de la sexualidad.
Rabaa, una educadora en sexualidad integral en Túnez que recibió capacitación del UNFPA, está ayudando a liderar el camino.
“Toda persona debe saber que su cuerpo le pertenece a ella y solo a ella, y que nadie más tiene derecho a interferir”, declara.
De hecho, tenemos que eliminar los tabúes y garantizar que todos los jóvenes de las comunidades árabes, y de todo el mundo, tengan acceso a información precisa y objetiva.
En este video Rabaa habla en mayor detalle sobre su trabajo vital.
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