“Cada paso se sentía como una carrera contra la muerte”, se lamentó una embarazada de 30 años al hablar con el UNFPA en octubre del año pasado, describiendo su frenética salida de su casa cuando comenzó el bombardeo de Gaza. Abrumada por mareos y fatiga, se escondió en las sombras en una búsqueda desesperada de algo que ya no existe en su mundo: un lugar seguro.
Ha transcurrido un año desde que estalló la guerra en Gaza, provocada por el ataque dirigido por Hamas contra Israel el 7 de octubre, en el que murieron más de 1.200 personas, 5.400 resultaron heridas e incluyeron informes de actos atroces de violencia sexual contra mujeres y niñas y el secuestro de 251 hombres, mujeres y niños.
La guerra posterior en Gaza ha provocado un sufrimiento horrendo, especialmente para las mujeres y las niñas. Doce meses de incesantes bombardeos han matado a más de 41.600 personas y han herido a 96.000 hasta la fecha, y la mayoría de quienes han muerto han sido mujeres y niños. Según se informa, las mujeres y niñas palestinas de Gaza han sido sometidas a niveles horribles de violencia sexual, incluso mientras han estado detenidas.
Se calcula que 46.300 mujeres embarazadas de Gaza enfrentan actualmente niveles críticos de hambre. Unas 155.000 mujeres embarazadas y lactantes enfrentan graves problemas para acceder a la atención prenatal y posnatal. El transporte inasequible y la falta de servicios de ambulancia dificultan el acceso a los hospitales, la mayoría de los cuales sólo funcionan parcialmente.
En este contexto, analizamos los inmensos desafíos que han enfrentado las mujeres y las niñas en los últimos 12 meses, y las formas en que el UNFPA se esfuerza por ayudar a medida que la guerra continúa.
“Cada vez que hay un bombardeo, me siento aterrorizado. Se me paralizan las piernas. No puedo caminar. No puedo moverme. Especialmente porque tengo hijos, y tengo que levantarme y correr a buscarlos”, dijo una embarazada al UNFPA en octubre pasado. “Temo por mis hijos, y por mi hijo no nacido”.
Dominic Allen, Representante del UNFPA para el Estado de Palestina, adelantó en ese momento, "las embarazadas no tienen a dónde ir, y enfrentan desafíos impensables". A partir de ese momento, las cosas solo empeorarían.
Al momento, sólo alrededor del 11 % de la Franja de Gaza no ha sido objeto de órdenes de evacuación desde octubre de 2023. Cerca de 1,9 de los 2,1 millones de habitantes de Gaza (9 de cada 10) se han convertido en desplazados internos muchas veces. Se estima que 43.580 de esas personas son mujeres embarazadas, que no siempre pueden huir con poca antelación.
Mientras tanto, en momentos en que todos los ojos están puestos en Gaza, los palestinos en Cisjordania y Jerusalén Oriental sufren una escalada de violencia y una creciente crisis sanitaria. Desde el comienzo de la guerra se han producido operaciones militares diarias, oleadas de arrestos y un aumento de la violencia de los colonos israelíes en pueblos y ciudades de toda la Ribera Occidental, lo que ha provocado el desplazamiento de más de 4.555 personas.
Los palestinos desplazados en Gaza están ahora hacinados entre lagos de aguas residuales, montones de basura y montañas de escombros, y no pueden acceder a servicios esenciales para la supervivencia, como instalaciones médicas, refugio, agua y suministros vitales.
El hacinamiento en los refugios, junto con el desastre del saneamiento y la escasez de jabón y productos de higiene, está haciendo que las mujeres y las niñas sean más vulnerables a la violencia, las infecciones y las enfermedades. Una de cada cuatro mujeres ha reportado infecciones cutáneas, el doble que los hombres, y las mujeres representan la mayoría de los casos de hepatitis A y enfermedades gastrointestinales.
Video: Gaza bajo ataque
El hacinamiento de los campamentos, junto con la escasez de recursos y el aumento de los niveles de estrés, elevan el riesgo de violencia de género para las mujeres y las niñas. El UNFPA proporciona atención médica y asesoramiento desde tiendas de campaña, pero los servicios se ven limitados por la falta de electricidad y combustible, las restricciones al transporte y la escasez de dinero disponible, lo que deja a las supervivientes de violencia sexual sin atención crítica.
“Nos faltan las necesidades básicas para la vida”, se quejó Yasmine Ahmed, partera del Hospital Al Shifa, al UNFPA en noviembre pasado. Al describir una grave escasez de suministros y medicamentos para mujeres embarazadas y recién nacidos, aseguró que las condiciones eran “catastróficas”. De hecho, en abril de este año, el hospital estaba en ruinas y ya no funcionaba. Recientemente se reabrió un ala de emergencia.
Todo el sistema de salud ha sido destrozado por la guerra. Desde el 7 de octubre del año pasado se han producido 1.108 ataques contra la atención de la salud en el territorio palestino ocupado. No hay hospitales completamente funcionales. Sólo 17 de los 36 hospitales de Gaza funcionan parcialmente, y sólo funcionan 57 de los 132 centros de atención primaria de salud. Todos están lidiando con la incapacitante escasez de combustible, medicamentos y suministros esenciales.
Video: Mujeres embarazadas en Gaza obligadas a dar a luz en los pisos de los hospitales
“Los hospitales ya no son lugares de esperanza, ni de refugio ni de atención. No podemos continuar así”, explicó la Jefa de la Oficina del UNFPA en Gaza, Judith Starkulla, tras una visita al Hospital Al Amal, que funciona parcialmente, el pasado mes de marzo. “Gaza está a punto de quebrarse”.
Y ahora, con daños generalizados a la infraestructura de drenaje, se cierne la amenaza de inundaciones a medida que se acerca el invierno. Un tercio de la población permanece en zonas propensas a las inundaciones en toda Gaza. Las autoridades locales y los asociados humanitarios temen que el agua de lluvia, el agua de mar y el alcantarillado inunden las tiendas de campaña, lo que provocará una posible crisis de salud pública en los próximos meses.
Video: El hospital de maternidad arde en medio de la guerra
“Hui bajo el fuego, corriendo, gritando y llorando a causa de las bombas”, recordó Ala’a al describir una experiencia aterradora después de que se viera obligada a abandonar su hogar en junio pasado, embarazada de siete meses, en busca de refugio. “En ese momento temía perder a mi bebé”.
En última instancia, ella fue muy afortunada. Logró dar a luz a Mohammad, su hijo recién nacido, de forma segura en un hospital de campaña en Khan Younis a finales de este verano. “Nos sentimos agradecidos”, escribió en una carta a los dedicados trabajadores de la salud que ayudaron con el parto en el hospital de campaña. “El sonido de los cohetes y las bombas eclipsó mi alegría, pero decidí que mi recién nacido y yo seguiríamos adelante, pasara lo que pasara. Prevaleceremos”. En su carta incluyó un deseo personal para el personal: “espero que nos volvamos a encontrar en mejores tiempos”.
A muchas otras personas no les ha ido tan bien. Para unas 155.000 mujeres embarazadas y lactantes de Gaza, la guerra ha creado una pesadilla implacable. Agotadas, traumatizadas y hambrientas, se enfrentan a una falta crítica de atención prenatal y posnatal en los sitios de desplazamiento, con complicaciones crecientes durante el embarazo y el parto y una escasez de medicamentos para los recién nacidos.
Muchos puntos de asistencia médica funcionan solo unas pocas horas al día. Los partos de emergencia tienen lugar en tiendas de campaña sin apoyo médico. Falta fórmula para bebés y hay una escasez de suplementos nutricionales para mujeres embarazadas y lactantes.
Video: Una partera en Rafah describe el caos del parto
Los médicos y las parteras informan que las embarazadas que llegan a los centros de salud están tratando de programar cesáreas tempranas debido al miedo y la incertidumbre sobre el acceso futuro a la atención médica. Los recién nacidos están muriendo porque sus madres no pueden acceder a atención prenatal o postnatal regular. Han aumentado los nacimientos prematuros y con complicaciones. Las enfermeras a menudo carecen de suministros, y los médicos dicen que ya no ven bebés de tamaño saludable.
Video: Bebés en cuidados intensivos obligados a ser evacuados
Mientras tanto, en la Ribera Occidental, muchas de las 73.000 embarazadas viven en zonas inseguras y no pueden acceder a las clínicas de salud para recibir atención prenatal o posnatal, ni llegar a un hospital para dar a luz en condiciones de seguridad.
El hambre agrava la crisis. Más de 17.000 embarazadas están ahora al borde de la hambruna en Gaza, y casi 11.000 embarazadas ya están sufriendo hambruna. La malnutrición aumenta el riesgo de complicaciones que pongan en peligro la vida, y aumenta las probabilidades de dar a luz a bebés prematuros y desnutridos.
Además de su terrible experiencia, las mujeres y las niñas enfrentan una escasez de toallas sanitarias y acceso a inodoros y baños privados. Cada mes se necesitan unos 10,3 millones de toallas sanitarias para las 690.000 mujeres y adolescentes que menstrúan en Gaza.
“Tengo una hija pequeña; tiene 16 años. Cortaba un pedazo de tela para usarlo como toallita sanitaria durante nuestros períodos”, explicó Bakiza Mohamed, de 47 años, al UNFPA en marzo pasado. “¿Qué más podía hacer?” Se preguntaba una niña de 19 años en ese momento: “Solo tengo una pieza de ropa interior. Tengo que lavarla con agua sucia, cuando haya, y luego usarla de nuevo”.
Video: Las mujeres y las niñas usan pedazos de tela rasgados en lugar de toallas sanitarias
Las mujeres y las niñas deben tener suficientes suministros de toallas sanitarias, suministros básicos de higiene y acceso a instalaciones separadas por género.
Desde que comenzó la guerra, el UNFPA ha distribuido 6,1 millones de toallas sanitarias y 50.800 kits de higiene, que incluyen ropa interior y jabón. Estos artículos, que son cruciales para el bienestar psicológico de las mujeres y las niñas, ofrecen un rayo de esperanza en medio de la desesperación.
Video: Necesidades humanitarias en Gaza
En apoyo de las mujeres y las niñas en Gaza, las iniciativas del UNFPA comprenden el establecimiento de seis unidades móviles de salud materna, todas las cuales están en funcionamiento, además de desplegar equipos de trabajadores de salud sexual y reproductiva que ofrecen atención prenatal y posnatal a las mujeres embarazadas y lactantes; la entrega de suministros de salud para apoyar los nacimientos, las transfusiones de sangre, la higiene y otras necesidades; la prestación de servicios de prevención y respuesta a la violencia de género; y la contratación de parteras para prestar servicios de salud sexual y reproductiva.
En la Ribera Occidental, el UNFPA ha distribuido cientos de paquetes de medicamentos obstétricos, así como kits de parto seguro, suministros y equipo para apoyar los partos y garantizar la continuidad de la atención obstétrica y neonatal de emergencia. Además, el UNFPA ha suministrado dispositivos médicos y capacitación en atención obstétrica de emergencia a 10 centros de maternidad sin riesgo; ha proporcionado cinco clínicas móviles; y ha capacitado a 300 voluntarios para evaluar las necesidades de la comunidad y diseñar iniciativas dirigidas por jóvenes para reducir la violencia y la frustración.
Video: Parteras de Gaza reciben suministros muy necesarios para partos seguros
El UNFPA hace un llamamiento para que se recauden 90 millones de dólares para atender, desde enero a diciembre de este año, las necesidades más apremiantes de las mujeres y las niñas en Gaza y la Ribera Occidental ocupada. Hasta agosto se han recibido 36,8 millones de dólares. Nuestras prioridades son:
Durante el año pasado, la población de Gaza ha vivido sufrimientos, penas, tristezas y pérdidas indecibles. Sus vidas están dominadas por el miedo, la sed, el hambre, las enfermedades y la falta de saneamiento básico. El UNFPA pide que se respete la inviolabilidad de la atención de la salud. Debe garantizarse la seguridad de los trabajadores sanitarios y humanitarios. Los trabajadores de la salud y los pacientes no deberían tener que arriesgar sus vidas para proporcionar y acceder a los servicios de salud, y los hospitales nunca deben convertirse en campos de batalla.
Ya es hora de que termine esta crisis. El UNFPA se hace eco de los llamamientos a un alto el fuego inmediato y sostenible, a que el pueblo de Gaza tenga un futuro sano y seguro y a que todos los rehenes sean liberados inmediatamente y se reúnan con sus familias. Instamos a todas las partes en este conflicto a que respeten sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario.
Video: Refugiándose de las bombas en un hospital de Gaza
Puedes obtener más información y donar para ayudar a apoyar a las mujeres y niñas de Gaza aquí.
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