Yemane Mihret tenía nueve meses de embarazo cuando los violentos enfrentamientos en su ciudad de Hawzen, en la región de Tigray, Etiopía, la obligaron a abandonar su hogar y adentrarse en el desierto.
“Cuando estaba en el desierto, comencé a sentir dolores de parto. Todo comenzó a las 8 p.m. de un domingo, y di a luz a la medianoche del martes”. –Yemane
Después de más de dos días de labor de parto, Yemane tuvo un natimuerto. Las complicaciones del parto habían provocado una fístula obstétrica, que la dejó con problemas para controlar la orina.
Los casos de fístula obstétrica (una afección en la que la labor de parto prolongada y obstruida sin acceso a atención médica causa un agujero entre el canal de parto y la vejiga o el recto, o ambos) aumentaron en la región cuando un conflicto interno hizo cerrar los centros de salud y dejó a las mujeres sin lugar donde acudir.
La guerra de dos años, que terminó en noviembre de 2022, un mes después de que Yemane fuera desplazada, dañó o destruyó más del 90 por ciento de los centros de salud en Tigray. Se dejaron de tratar las complicaciones obstétricas, lo que llevó a un aumento de los casos de fístula, que pasaron de 3 en cada 1.000 mujeres a 17 en cada 1.000 mujeres, según el Centro Hamlin de Fístula, en la ciudad de Mekelle. Las muertes maternas se multiplicaron por cinco.
Afortunadamente, Yemane, de 26 años, tuvo una cirugía exitosa en el centro de Mekelle tres meses después de su trágica experiencia.
Dicho centro es una de las varias iniciativas que el UNFPA apoya para curar y prevenir la fístula, mientras la región lucha por recuperarse de la guerra, al tiempo que enfrenta desafíos tales como la violencia y el desplazamiento continuos, las crisis climáticas y la inseguridad alimentaria.
El centro de salud de Mekelle es uno de los seis centros regionales administrados por Hamlin Fistula Etiopía, una red de atención de la salud dedicada a erradicar la fístula en todo el país, con apoyo económico y técnico proporcionado por el UNFPA.
El apoyo del UNFPA ayudó a mantener los centros regionales en funcionamiento incluso cuando los servicios bancarios, de telecomunicaciones y de Internet se interrumpieron durante el conflicto.
Las sobrevivientes de fístula también reciben apoyo en forma de capacitación sobre medios de vida y servicios de salud mental, gracias a un programa respaldado por el UNFPA dirigido por Mums for Mums, una organización no gubernamental que se centra en poner fin a la pobreza y a la injusticia social, política y económica para las mujeres y las niñas.
“El UNFPA cubre los costos de todo lo que hacemos”, afirma Menaye Haddish, oficial de comunicaciones de Mums for Mums, en la foto anterior, y señala que el objetivo del programa, que se inició en enero de 2023, es que las sobrevivientes “tengan un cambio duradero en sus vidas”.
Para reducir las complicaciones obstétricas y la mortalidad materna, el UNFPA apoya una red de 54 "casas de espera materna" en toda Etiopía, una iniciativa vital dirigida por asociados locales.
Los hogares, ubicados en centros de salud o cerca de estos, proporcionan alojamiento a mujeres cuya fecha de parto se acerca y se consideran de alto riesgo, o que viven demasiado lejos de los servicios médicos para acceder a la atención.
Las casas marcan una profunda diferencia. En Tigray, por ejemplo, la destrucción de los centros de salud durante la guerra dejó a muchas mujeres sin acceso a un centro cercano dotado de parteras capacitadas. Además, alrededor de cuatro quintas partes de la tierra de la región es montañosa, lo que dificulta el desarrollo de la infraestructura.
Por lo general, las mujeres permanecen durante una semana antes y después del parto. Si tienen niños pequeños, pueden llevarlos consigo, así como un compañero de parto de su elección. Se dispone de atención profesional prenatal y posnatal, y los equipos de salud cuentan con lo necesario para hacer frente a las complicaciones obstétricas.
Las casas de espera pueden salvar vidas: los estudios han demostrado que las mujeres que acceden a las casas de espera maternas tienen entre un 80 y un 91 % menos de probabilidades de morir por complicaciones obstétricas.
El apoyo del UNFPA a los centros de fístula y las casas de espera maternas es solo parte de un paquete de apoyo en una región que enfrenta crisis, conflictos, y amenazas climáticas, que han llevado a más de 28 millones de etíopes a necesitar ayuda humanitaria en 2024. En 2023, el UNFPA desplegó 222 parteras y 19 equipos móviles de salud y nutrición para prestar apoyo a servicios de salud sexual y reproductiva y de salud materna en las regiones afectadas.
Queda un largo camino por recorrer. Con cerca de 4,5 millones de desplazados internos, Etiopía enfrenta ahora una crisis de seguridad alimentaria y nutrición que podría convertirse en una catástrofe, a menos que se tomen medidas urgentes.
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