En Ucrania, el UNFPA presta apoyo a la línea de atención gratuita de alcance nacional dedicada a la prevención de la violencia doméstica, la trata y la discriminación por motivos de género, que ha estado en funcionamiento gracias a la ONG La Strada Ukraine desde 1997 (a escala nacional desde 2017). Esta línea telefónica ha registrado un aumento en las denuncias de violencia digital por parte de mujeres menores de 30 años, que recurrieron a ella para obtener asesoramiento psicológico y jurídico durante la pandemia. Según los especialistas de esta línea de atención, “principalmente nos llaman mujeres jóvenes que han enviado fotos de ellas desnudas a hombres de otros países, sobre todo Türkiye, Francia y los Emiratos Árabes Unidos. Estos hombres exigen dinero por no publicar esas fotos. También se da el caso de exparejas que ensucian la reputación de sus exesposas o exparejas con afirmaciones ofensivas, acusaciones y la divulgación de información personal, normalmente en las redes sociales”.
En el Yemen hay otra línea de atención telefónica que cuenta con el apoyo del UNFPA. Administrada por la Unión de Mujeres Yemeníes, entidad asociada, presta apoyo psicológico y jurídico a las mujeres que sufren violencia de género y ha contribuido a conseguir penas para los perpetradores. En palabras de quien se encargó de la asesoría de una sobreviviente: “La presión que sufría era devastadora, repercutía sobre todo en su salud mental. La violencia digital se relacionaba con la depresión y, en algunos casos, con ideas de suicidio”. Posteriormente se remite a las sobrevivientes a espacios seguros para mujeres y niñas que cuentan con el apoyo del UNFPA y que ofrecen otros servicios como la formación profesional y programas donde se adquieren competencias para la vida.
En Palestina, como parte de sus iniciativas de prevención y respuesta en materia de violencia de género, los refugios del UNFPA proporcionan apoyo jurídico y psicosocial. Durante la pandemia, los asociados han hecho frente al aumento de casos de ciberacoso con intervenciones de concienciación (anuncios de radio, distribución de información en escuelas y universidades, y mensajes en redes sociales y por SMS) y el fortalecimiento de las vías de remisión y coordinación con los sistemas judiciales y los encargados de hacer cumplir la ley.
Desde el año pasado, conjuntamente con organizaciones de la sociedad civil y dirigidas por jóvenes, así como con la Comisión de Derechos Humanos, el UNFPA en Filipinas está trabajando actualmente en el proyecto ROSETTA (sistema de alerta y seguimiento de la explotación sexual y la trata en Internet en tiempo real, por sus siglas en inglés), que utiliza tecnología basada en palabras clave a fin de rastrear las plataformas y los sitios que pudiesen facilitar la trata de personas en Internet. El propósito es registrar, organizar y visualizar datos para respaldar la programación basada en pruebas y la promoción de políticas. Un sistema de identificación de solicitudes ayuda a los proveedores de servicios en el seguimiento de casos. También se ha creado un grupo de apoyo en Internet para llevar a cabo intervenciones a medida para jóvenes sobrevivientes del acoso y la violencia digital por motivos de género. Asimismo, el grupo proporciona subvenciones y servicios de mentoría en asociación con la Embajada del Canadá para ofrecer soluciones innovadoras dirigidas a jóvenes con el objetivo de poner fin a la violencia de género facilitada por la tecnología.