31 Octubre 2024

“La noche se convirtió en día, por el brillo parecía que hubiera salido el sol”, dijo Samah, una mujer de 28 años y madre de tres hijos, recordando un reciente ataque aéreo en Líbano.

Después de haberse sometido a una cesárea pocos días antes del ataque, Samah huyó hacia la frontera siria. Cuando su auto no pudo pasar por un cráter en la carretera creado por un ataque anterior, ella y sus hijos se vieron obligados a continuar a pie. “Envolví mi estómago con un paño limpio, cargué a mi hijo y me dirigí a la frontera”, relató.

Afortunadamente, Samah pudo llegar a una clínica en la frontera. Un equipo médico apoyado por el UNFPA, la agencia de la @ONU_es para la salud sexual y reproductiva, examinó su herida quirúrgica y le aseguró que tanto ella como su recién nacido gozaban de buena salud. “Sentí esperanza otra vez”, confesó. “Me dieron antibióticos, nutrientes y, más que eso, me dieron una sensación de seguridad”.

Samah fue una de las afortunadas en obtener atención. Los conflictos y la violencia en el Líbano, Gaza y Cisjordania (que incluyen ataques directos contra clínicas de salud, hospitales, trabajadores médicos e incluso ambulancias) han sumido en crisis los sistemas de salud y han violado los derechos de las mujeres y las niñas. Como ha declarado la Directora Ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem, "la salud es un derecho humano fundamental. Es preciso proteger a los civiles y la infraestructura civil. Nunca deben ser blanco de la guerra”.

A continuación, una mirada interna a la crisis médica en el Oriente Medio, y las formas en que el UNFPA se esfuerza por proporcionar apoyo. 

 

El Líbano

“Decidimos vivir juntos o morir juntos”, dijo Ola* al UNFPA, describiendo cómo ella y 46 miembros de su familia extensa huyeron de su aldea en la frontera sur del Líbano. 

Hacinados en cinco autos, condujeron durante 14 horas en tráfico obstruido antes de encontrar refugio en una universidad que había sido convertida en refugio en los suburbios de Beirut. “Fue devastador dejar nuestro hogar, pero teníamos que mantenernos fuertes para nuestros hijos”, dijo Ola. 

Para ayudar a hacer frente al trauma, ella y su familia asistieron a sesiones de primeros auxilios psicológicos impartidas por Amel, una organización humanitaria dedicada a la salud y los derechos humanos. La familia también se ha visto afectada por la preocupación de si la sobrina embarazada de Ola podrá dar a luz de manera segura.

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Salwa* huyó de su casa en la ciudad de Nabatieh con su familia, incluida su nuera embarazada, “con solo la ropa puesta”, cuenta. © UNFPA El Líbano/Anastacia Hajj

De hecho, el acceso a la atención de la salud materna en el Líbano es un desafío cada vez mayor. La escalada de violencia continúa empujando al ya abrumado sistema de salud del país hacia el borde del colapso. Hasta la fecha se han cerrado 100 centros de salud y siete hospitales, y otros cuatro hospitales sólo funcionan parcialmente. 

El UNFPA se ha visto obligado a cerrar seis de los 16 centros de atención primaria de salud, incluido uno en la zona de Beirut-Monte Líbano, que había prestado servicios reproductivos a 300 mujeres por mes antes de que fuera golpeado por un ataque aéreo en octubre, así como una unidad móvil que llevaba atención de salud reproductiva a zonas del país de difícil acceso. También se han atacado espacios seguros para mujeres y niñas, incluido uno en el suburbio de Hay Sellom, en Beirut, que fue destruido por un reciente ataque aéreo.

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Madres desplazadas reciben apoyo en una escuela pública que se ha convertido en refugio en el norte del Líbano. Crédito: © UNFPA El Líbano/Anastacia Hajj

Las infraestructuras dañadas, los bloqueos de carreteras y la interrupción de las cadenas de suministro también obstaculizan la prestación de ayuda vital.

En medio del caos, las personas desplazadas huyen de sus hogares sin documentos de identidad ni medicamentos. Alrededor de 11.600 mujeres embarazadas se han visto afectadas por la escalada de las hostilidades. El miedo y la ansiedad embargan a muchas, ya que pierden el contacto con sus proveedores de atención médica y se preguntan cómo y dónde van a dar a luz.

Los kits de higiene contienen suministros esenciales, ropa interior y jabón. © UNFPA El Líbano/Anast
Miembros del equipo del UNFPA distribuyen kits de higiene. © UNFPA El Líbano/Anastacia Hajj

El UNFPA, por conducto de sus asociados, presta apoyo a 30 hospitales con equipo y suministros para la atención de la salud reproductiva, incluida la atención obstétrica de emergencia, entre sus respuestas más amplias. 

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“Hay tanta gente aquí, y me siento tímida”, admite Rawane*, de 15 años, sobre la vida en un refugio. “Dudo cada vez que necesito ir al baño”. © UNFPA El Líbano/Anastacia Hajj

Siria

Las hostilidades en el Líbano también se están extendiendo a Siria, un país que ha estado sufriendo su propia crisis de conflicto durante más de 13 años. Alrededor de 440.000 personas han huido del Líbano hacia Siria desde finales de septiembre, incluidas unas 6.700 mujeres embarazadas.

Un equipo de extensión apoyado por el UNFPA distribuye kits de higiene. © UNFPA Siria/Massoud Hassan
Mujeres reciben servicios de salud reproductiva en una clínica móvil. © UNFPA Siria/Massoud Hassan

La afluencia de personas a Siria añade otra capa de complejidad a una situación humanitaria ya tensa. Con una economía destrozada por años de guerra, las necesidades humanitarias están en su nivel más alto desde que estalló el conflicto en 2011. Los centros de salud han sufrido ataques, y casi la mitad están parcial o totalmente dañados. La escasez crónica de equipo médico y medicamentos esenciales, agravada por la escasez de recursos humanos, ha exacerbado una situación ya grave.

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El UNFPA y sus asociados distribuyen kits de higiene en el barrio de Bayada, en Homs. © UNFPA Siria/Massoud Hassan

El estrés, el miedo y el agotamiento han afectado especialmente a las embarazadas, que enfrentan dificultades para obtener atención prenatal, servicios obstétricos y atención posnatal, especialmente en las zonas rurales.

El hotel Blue Bay, en el oeste de Siria, ha sido convertido en refugio. © UNFPA Siria/Massoud Hassan
Una familia desplazada en el refugio Blue Bay. © UNFPA Siria/Massoud Hassan

El UNFPA ha proporcionado cuatro clínicas móviles al Ministerio de Salud y ha desplegado una red de parteras en la región. La agencia también está apoyando a organizaciones asociadas que operan un total de 38 instalaciones de salud, 20 espacios seguros y 43 equipos móviles integrados.

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Un equipo móvil apoyado por el UNFPA realiza una visita sobre el terreno a las familias en el refugio del Blue Bay. © UNFPA Siria/Massoud Hassan

Gaza

El conflicto ha destrozado el sistema de salud de Gaza, en que hospitales, personal y ambulancias han sido atacados, sitiados y privados de suministros, equipo y combustible. Ningún hospital de Gaza sigue funcionando plenamente; 17 de los 36 hospitales funcionan parcialmente.

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El Hospital Al Shifa, en el norte de Gaza, quedó reducido a escombros en la primavera de 2024. © Dominic Allen/UNFPA

Unas 155.000 mujeres embarazadas y lactantes de toda Gaza enfrentan importantes obstáculos para acceder a la atención prenatal y posnatal; en consecuencia, cada vez enfrentan más complicaciones que ponen en peligro la vida durante el embarazo y el parto en medio de la escasez de medicamentos esenciales. 

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Samah Al-Omari, de 32 años, embarazada de siete meses, abanica a su hija en un centro de desplazados al oeste de Khan Yunis. © UNFPA Palestina/Clínica de Medios de Comunicación

En el norte de Gaza, los hospitales han sido sitiados, y solo dos de 10 funcionan con algún nivel de capacidad en medio de una grave escasez de medicamentos, alimentos, combustible y agua. En el Hospital Kamal Adwan, el principal centro de atención obstétrica de emergencia en el norte, un ataque aéreo destruyó los últimos suministros médicos restantes. En estos ataques han muerto pacientes, y el personal sanitario ha resultado herido y detenido.

En el Hospital Al Awda, una mujer fue asesinada poco después de dar a luz cuando fue atacada la ambulancia en la que viajaba, el último vehículo del hospital. Su recién nacido sobrevivió. El hospital solo tiene suministro de agua durante dos horas al día, y sufre desesperadamente la escasez de suministros médicos.

Los ataques han reducido aún más el acceso a la atención de la salud materna de las 4.000 mujeres embarazadas que se estima hay en la zona. En toda Gaza aumentan los informes de mujeres que mueren durante o poco después del parto, y de mujeres que dan a luz solas sin atención médica.

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Narjes y su hija Yasmine viven en una tienda de campaña en Khan Yunis. “Como madre, todo lo que puedo hacer es mantenerla cerca y nunca dejarla sola”, dice Narjes. © UNFPA Palestina/Clínica de Medios de Comunicación

El UNFPA sigue haciendo frente a importantes dificultades en la entrega de suministros en toda Gaza. Esta semana, ocho camiones que transportaban medicamentos vitales de salud reproductiva, incluso para atención obstétrica de emergencia, así como 9.000 kits de dignidad, lograron llegar a Gaza, pero los suministros fueron una gota en el océano en comparación con las necesidades en aumento.

Muchos suministros que se necesitan desesperadamente permanecen atascados en camiones en la frontera o almacenados en Egipto, incluidos 900 kits interinstitucionales de salud reproductiva, que contienen suministros para partos seguros y atención obstétrica de emergencia; 51 tiendas de campaña, generadores y equipos de ultrasonido de alto rendimiento; 60.000 kits de higiene y dignidad; 6.400 kits de posparto; y más de 1,2 millones de compresas menstruales.

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“Echo de menos beber agua potable, comer buena comida, usar ropa nueva”, dice Aya Zaarab, de 15 años, desplazada de su casa en Rafah y que ahora vive en un campamento. ©UNFPA Palestina/Clínica de Medios de Comunicación

El UNFPA pide que se proteja a los hospitales, que se levanten inmediatamente las restricciones a la ayuda en Gaza, que se aprueben rutas adicionales para el transporte seguro de la carga y para la protección del personal humanitario y sanitario en Gaza.

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Sama, de ocho años, comenzó a perder el pelo a causa del miedo cuando su familia huyó de su casa en el norte de Gaza. “Le imploro a mi madre porque nadie quiere jugar conmigo”, dice. © UNFPA Palestina/Clínica de Medios de Comunicación

Ribera Occidental

Si bien el conflicto sigue azotando Gaza, los palestinos de la Ribera Occidental y Jerusalén Oriental están sufriendo una crisis sanitaria cada vez mayor. Los toques de queda, los ataques a los centros de salud y el aumento de las restricciones al movimiento de las personas están obstruyendo el acceso a los servicios.

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Un niño sentado entre escombros en un campamento de refugiados, en la Ribera Occidental.

Se calcula que 73.000 mujeres embarazadas viven en la Ribera Occidental. Para las personas que viven en zonas inseguras, llegar a un centro de salud para recibir atención prenatal y posnatal, o a un hospital para dar a luz de manera segura está resultando extremadamente difícil. Los puestos de control han servido como obstáculos para la atención; en un caso, los paramédicos que transportaban a una mujer en labor de parto desde el campamento de refugiados de Arroub, en la Ribera Occidental, a un hospital cercano se vieron obligados a tomar una ruta mucho más larga cuando se les negó el paso por un puesto de control. La mujer dio a luz en el camino, su recién nacido llegó al mundo en el borde de la carretera.

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Una mujer en la puerta de su casa contempla la destrucción en su vecindario en el norte de Cisjordania. © UNFPA Palestina/Clínica de Medios de Comunicación

El UNFPA ha suministrado equipo médico, incluidos dopplers fetales y cilindros de oxígeno, a 11 centros de emergencia, además de apoyar la capacitación para la atención obstétrica de emergencia, a fin de que los trabajadores de la salud puedan prestar asistencia a los partos sin riesgo a las mujeres embarazadas que no pueden llegar a los hospitales debido a restricciones de circulación.

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Las familias tuvieron que huir de sus hogares con pocas pertenencias después de los ataques en la ciudad de Jenin, en la Ribera Occidental. © UNFPA Palestina/Clínica de Medios de Comunicación

El derecho internacional dicta que los hospitales nunca deben convertirse en campos de batalla. Debe garantizarse la seguridad de los trabajadores sanitarios y humanitarios. Los trabajadores de la salud y los pacientes no deben tener que arriesgar sus vidas para prestar o recibir servicios de salud. “El derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos deben ser respetados”, ha planteado la Dra. Kanem. “Debe permitirse el acceso humanitario seguro y sin trabas a todas las personas necesitadas. Necesitamos paz ahora”.

Si desea ayudar a apoyar a las mujeres y niñas de la región, puede hacerlo donando al UNFPA aquí.

*Se han cambiado los nombres por motivos de privacidad y protección.

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