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Reportaje fotográfico
Los 65 millones de personas que viven en los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) ocupan la primera línea de la crisis climática.
Todos y cada uno de los desastres relacionados con el clima, que se hacen crecientemente más fuertes y frecuentes, plantean un riesgo para la vida de las personas, los medios de subsistencia, los hogares, la seguridad y el acceso a los servicios.
Este riesgo no es neutro en cuanto al género. Durante una crisis, aumenta la incidencia de la violencia de género, en tanto que se interrumpen los servicios, incluido el apoyo a las víctimas de violencia de género y la vital atención de salud materna y neonatal, en momentos en que son más necesarios.
Veamos, aquí en el Pacífico, algunas de las formas en que el UNFPA está respondiendo con el fin de proteger a las mujeres y niñas que viven en primera línea de la crisis climática, y el impacto en las vidas de las personas que son menos responsables de la emergencia climática.
La crisis climática no es neutra en cuestiones de género.
La Dra. Leeanne Panisi es la primera y única obstetra de la Isla Salomón. Dirige un equipo de atención de complicaciones obstétricas y emergencias del Ministerio de Salud de las Islas Salomón, con sede en el Hospital Nacional de Remisiones en la capital, Honiara. La Dra. Panisi ve cómo los desastres climáticos repetidos están erosionando el acceso de las mujeres a la atención médica vital.
“El mar ha destruido el camino” -
“El cambio climático ha afectado definitivamente a los servicios de salud en las Islas Salomón”, asegura la Dra. Panisi. “En lugares donde antes había caminos, ahora hay rocas, el mar ha destruido el camino. Imaginemos a una embarazada que busca ayuda para ir a la clínica más cercana y tiene que viajar a través de eso”. La Dra. Panisi desempeña un papel clave en mantener actualizada la capacitación de parteras del UNFPA.
“Evacuar casos obstétricos de emergencia de islas remotas a Honiara [durante una crisis climática] es un gran desafío”. - Dra. Panisi
El UNFPA mantiene una lista de parteras jubiladas en Fiji capacitadas para trabajar en contextos humanitarios. Las parteras, con gran experiencia entre ellas, pueden ser llamadas durante los desastres, en Fiji y otros lugares. Con el apoyo y la capacitación del UNFPA, establecieron espacios sensibles para mujeres y niñas y espacios para partos, y proporcionaron personal necesario en caso de emergencia.
Litia Naralulu es una partera de Fiji jubilada que ha vivido y trabajado en múltiples desastres climáticos. Recuerda un despliegue en Vanuatu después del ciclón Pam en 2015, uno de los ciclones tropicales más intensos que azotó el Pacífico Sur. “Cuando llegamos todo era caótico. Las enfermeras y otras trabajadoras de la salud habían estado trabajando sin parar en el hospital. No habían ido a sus casas ni visto a sus familias en semanas. Así que entramos y las aliviamos durante unas semanas para que pudieran ir y estar con sus familias y, lo más importante, descansar un poco”, relata Litia.
La atención y el apoyo que las parteras pueden proporcionar son de gran alcance, como explica la hermana Aiva Pikuri, una partera mayor en Goroka, Papúa Nueva Guinea: “Las parteras capacitadas pueden prestar servicios más allá de la atención prenatal, la labor de parto y el parto: Ofrecen planificación familiar, atención posnatal, así como atención de la violencia de género y servicios de salud para adolescentes”.
A Aiva le gustaría ver más capacitación para parteras especializadas, que incluya habilidades de consejería. “Las parteras están en primera línea para detectar la violencia de género y ofrecer ayuda”, señala Aiva. Los servicios especializados de violencia de género deben ser componente clave de cualquier respuesta a la crisis climática, durante la cual las mujeres y las niñas que han sido desplazadas por la destrucción son más vulnerables.
La crisis climática está retrasando los progresos en materia de salud materna e igualdad de género.
Es imperativo que los países ricos responsables de los daños climáticos brinden apoyo económico y técnico a las naciones que se ven desproporcionadamente afectadas. En el trabajo de respuesta, los derechos de las mujeres y las niñas deben ser fundamentales.
Se acaba el tiempo para las mujeres y niñas que viven en lugares como Kiribati, quienes necesitan urgentemente un compromiso y una acción políticas.
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