Salud y bienestar: Asegurar los derechos reproductivos
Adah está llena de entusiasmo, comprometida con el aprendizaje y decidida a trabajar duro en el sistema escolar. A pesar de ello, hay obstáculos que se escapan a su control. Además de los estudios, Adah tiene que mantenerse sana. Los jóvenes suelen experimentar episodios de diarrea intensos que los predisponen a sufrir deshidratación y otras dolencias relacionadas que, si no se tratan adecuadamente, pueden llegar a ser mortales. Las personas de edad tienen sus propios problemas de salud, y muchas de ellas luchan con enfermedades crónicas como la neumonía. La malaria constituye una amenaza continua, y el acceso a los servicios de prevención y tratamiento no es congruente.
“Los objetivos en el sector de la atención primaria de salud y la salud pública son aumentar la accesibilidad, la disponibilidad, la aceptabilidad y la asequibilidad de los servicios y centros de atención de la salud para todas las personas; prolongar los años de vida saludable y mejorar la calidad de la vida de toda la población; y reducir las disparidades en la esperanza de vida entre los diversos países y en el seno de cada país.”
Todas esas enfermedades se pueden tratar si existen unos sistemas de atención médica estables. Cuando no es fácil acceder a los centros de salud y otros servicios, y su calidad no es constante, la familia de Adah y otras familias como la suya sufren enormemente y pierden oportunidades de aprender, trabajar y disfrutar de un mayor bienestar.
La madre de Adah, Fatima, está decidida a que su hija tenga un futuro brillante y consiga desarrollar todo su potencial. La maternidad no ha sido fácil para ella y tiene suerte de seguir viva. Dos hermanos de Adah murieron durante el parto, probablemente porque no nacieron en un hospital. Para Fatima y Joseph, el padre de Adah, llegar a un centro médico resultaba complicado por la falta de accesos fiables. Cuando consiguieron llegar al hospital, la atención ofrecida carecía de seguridad. Fatima padecía de fístula desde su último embarazo, lo que le causó un gran sufrimiento hasta que el UNFPA le practicó una operación quirúrgica para repararla. En general, la mortalidad materna e infantil sigue siendo motivo de angustia para la comunidad de Adah.
“Entre 1990 y 2010, descendieron las tasas de natalidad en la adolescencia en todos los países de todas las regiones y grupos de ingresos. En todo el mundo, más de 15 millones de niñas con edades comprendidas entre los 15 y los 19 años dan a luz cada año.”
Por ese motivo, Fatima, aunque no lo diga, se alegra de que el colegio de Adah haya empezado a ofrecer programas para que los estudiantes aprendan sobre sexualidad. La educación sexual integral se centra en enseñar a los adolescentes sobre su salud sexual y sus derechos reproductivos. Pero a Joseph no le hace mucha gracia: “¿Por qué tiene que recibir educación sobre sexualidad una jovencita? ¿Qué va a pensar la gente?”, pregunta. A Joseph le resulta difícil conciliar las costumbres y las tradiciones de su comunidad con lo que desea para su hija y las mujeres de su familia. El tema del sexo es tabú en su comunidad. Las organizaciones de la sociedad civil y comunitarias han sorteado cuidadosamente esos temas delicados mediante los programas educativos. Eso es lo que permitió a Fátima sentirse empoderada y tomar la decisión de hacer todo lo que esté en sus manos para garantizar que Adah no tenga que soportar la agonía que ella consiguió sobrevivir a duras penas. Es muy sencillo: Fátima desea que su hija tenga una vida más larga, feliz y sana que la suya.
Y puede que así sea, ya que su comunidad está cambiando y aceptando cada vez más que la vida puede mejorar para todos si se empodera a todas las personas: desde la niña que tiene una educación, hasta la madre que toma decisiones en relación con su propio cuerpo y su fertilidad, o la abuela que dispone de los servicios que necesita para envejecer cómodamente. En este momento, la educación secundaria ha sentado las bases de un futuro prometedor para Adah.
“La paternidad temprana puede aumentar el riesgo de pobreza.”