Empoderada para empoderar a otros
Jessaline, que se ha enfrentado a la posibilidad de morir, ha perdido su trabajo y ha sido humillada y traicionada por su jefe, y que se siente decepcionada por el sistema jurídico, no tiene más que mirar a los ojos de su hija para darse cuenta de que estas experiencias no son algo que pueda simplemente olvidar. Ella lucha contra la injusticia. Si no puede contar con el apoyo de su comunidad, tendrá que crear una comunidad en la que pueda confiar. Ese es el tipo de mujer que quiere ser para su hija Mona y en el que quiere que esta se convierta.
Jessaline tiene noción de haber visto en algún lugar folletos sobre reuniones de grupos de apoyo para sobrevivientes de la violencia por razón de género. Aunque no ha asistido nunca, decide probar: siente que necesita conectar con algo ahora mismo. Gracias al consuelo que recibe en las reuniones, Jessaline encuentra la confianza necesaria para empezar a hablar y dirigir las sesiones. Hablar de su propia experiencia con otras mujeres hace que se sienta fuerte. Reconoce su capacidad para empoderar a otras mujeres como ella, y a mujeres diferentes de ella en quienes no había reparado nunca antes de la violación. Aunque ha tenido que sufrir una desgracia para abrir los ojos a la lucha de las mujeres de muy diversas condiciones, ahora está decidida a representar el cambio que inspire a todas las capas de la sociedad a poner fin a todas las formas de violencia contra las mujeres.
“En los dos últimos decenios, muchas iniciativas de salud pública relacionadas con la propagación del VIH y el sida se han centrado en los trabajadores sexuales, pero a estas personas rara vez se les han reconocido sus propios derechos a la salud o a la protección social frente a la pobreza o la violencia.”
In her support group, Jessaline meets Chi-Chi, a former sex worker who now works in the corporate world as an executive assistant to a CEO. Chi-Chi opens up to Jessaline about her previous life and her struggle to make healthier choices. She is proud of her successes and triumphs. When Jessaline shares with Chi-Chi how her rape came with an HIV scare, Chi-Chi in turn shares with Jessaline that she is HIV-positive.
El vínculo y la confianza que se ha creado entre las dos mujeres es una fuente aún mayor de inspiración para Jessaline, que siente que, por fin, tiene una meta clara en la vida y algo que aportar, pese a sus éxitos profesionales anteriores. Le gusta formar parte de una comunidad y ocupar una posición dirigente. Además, le apasionan la defensa y la protección de las mujeres. Ella va a crear el cambio y las reformas necesarias para que su hija no tenga que pasar por lo que ella y otras mujeres han vivido.
Chi-Chi comenta con Jessaline sus deseos personales, y también su temor a revelar que es seropositiva. Aunque dar este paso entraña riesgos en su país, Chi-Chi no desea ocultarlo por más tiempo y decide contárselo primero a su jefa. Al hablar con ella, recibe una respuesta compasiva y de apoyo: un hermano de su jefa es seropositivo.
Jessaline and Chi-Chi discuss the latter’s personal desire but also fear around sharing her HIV status. It is risky in their country, but Chi-Chi feels she no longer wants to hide. She decides she will first tell her boss. When she confronts her with the news, the response is one of compassion and support. Chi-Chi learns that her boss has a brother who is HIV+.
Jessaline decide dedicar su tiempo y energía a crear una plataforma en la que pueda dar voz a la defensa de la igualdad entre los géneros, la educación en torno a la violencia por razón de género y la eliminación del estigma relacionado con las infecciones de transmisión sexual y el VIH. Su capacidad para generar cambios la anima a llevar su compromiso más lejos y decide presentarse a las elecciones municipales. Contar con una mujer en un puesto dirigente de la comunidad significará un avance hacia el empoderamiento de otras mujeres y, al mismo tiempo, permitirá enseñar mejor a los hombres a ofrecerles apoyo y respeto en ese proceso.
“En todas las regiones, la representación de las mujeres entre los ejecutivos y administradores empresariales sigue siendo significativamente insuficiente.”