Desempleado y con dificultades
Farid siente una gran frustración. A pesar de su educación, este joven licenciado no ha podido encontrar empleo y, aunque siente gratitud hacia su padre por mantenerlo, no soporta no poder contribuir económicamente en su casa. Farid está listo para independizarse, pero en el país de Oriente Medio en el que vive, no es tarea fácil. El mercado laboral es complicado y encontrar trabajo, especialmente en su campo de estudios, ha resultado imposible.
“El desafío de proporcionar trabajo decente a los jóvenes es motivo de preocupación tanto para los países industrializados como para los países en desarrollo. De los 197 millones de personas que, según los cálculos, estaban desempleadas en 2012, casi el 40% tenían entre 15 y 24 años.”
Tenía unos 10 años cuando decidió que quería ser periodista, como su madre. Ella murió al dar a luz y, aunque no la conoció, siente una admiración sin límites hacia su madre. La entiende y la siente próxima a través de sus escritos, y cuando él mismo escribe. Cuando era pequeño, le encantaba entrevistar a la gente. Practicaba con su padre, que fingía ser un político, un médico o un músico, y contestaba a las docenas de preguntas que le hacía su hijo. Solían decir que era como un detective. A Farid le encantaba hacer entrevistas a quienes se cruzaba por la calle. Les preguntaba sobre su vida y bromeaba con ellos. Su padre dice que es idéntico a su madre; como ella, ¡siente curiosidad e interés por los detalles de la vida de un extraño!
“En 2012, cerca del 40% de los 197 millones de personas desempleadas eran jóvenes.”
Two years after he graduated from college, Farid is still struggling to find a job within the field he studied. Like many of his classmates and young people around the world, Farid is scrambling now to find any kind of work. He and other young people are hungry for whatever paying position they can get, even if it doesn’t match their education level, skills or interests.
“Un 60% de los jóvenes de las regiones en desarrollo no trabaja ni estudia, o está empleado en trabajos irregulares.”
Muchos de sus compañeros lo consideran afortunado porque trabaja como cajero a tiempo parcial en una farmacia. Afortunado o no, se trata de una situación insostenible. La farmacia se encuentra muy lejos de su casa, por lo que se ve obligado a hacer un gasto adicional en transporte. Básicamente, ha apartado de su mente sus ambiciones y grandes proyectos para centrarse en conseguir un salario mínimo. La imposibilidad de explotar sus aptitudes y conocimientos, hacen que Farid se sienta frustrado y limitado. Su padre, Najeeb, siente una gran pesadumbre por la situación de su hijo. Este no es el tipo de vida que su mujer y él habían imaginado para su hijo. Enviar a Farid a la universidad para que pudiera cumplir sus sueños le costó un gran sacrificio y no desea que ahora termine trabajando detrás de un mostrador. Están sopesando la posibilidad de que vuelva a la universidad para completar estudios en un campo en el que siempre hay trabajo. Aunque no es la situación ideal, creen que Farid también podría buscar empleo en otro país. Su sueño era trabajar en África como reportero en temas de salud mundial, así que el trabajo práctico como enfermero podría satisfacer algunos aspectos de esa ambición. Después de todo, ¡nada le impide seguir escribiendo sobre sus experiencias! Este planteamiento, le emociona e intimida a partes iguales. La realidad es que, para que Farid pueda acceder a mejores oportunidades, tendrá que separarse de su padre, sus amigos y la vida que siempre ha conocido.
“En el próximo decenio, la economía debe crear más de 600 millones de empleos productivos para absorber los niveles de desempleo actual.”
Cambiar de trayectoria profesional y volver a la universidad es una decisión importante para él. Pero podría mejorar su futuro y el de su padre: otro de los sueños de Farid es comprar una casita junto al mar para su padre, ya que fue en una playa donde conoció a su madre, Aaminah, y antes de que él naciera pasaban las vacaciones en la playa.