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Ayudar a los jóvenes a ser responsables de sus cuerpos, sus vidas y del mundo
- 12 Agosto 2019
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NACIONES UNIDAS, Nueva York – El 12 de agosto de cada año, líderes de todo el mundo emiten declaraciones para conmemorar el Día Internacional de la Juventud. Con motivo de esta fecha, influyentes personalidades han elogiado las contribuciones de los jóvenes. Han hecho llamamientos a favor de más oportunidades para la adopción de decisiones por parte de los jóvenes. Y luego han continuado dirigiendo el espectáculo.
Pero los jóvenes están listos para aportar más.
La actual generación de jóvenes (con edades comprendidas entre los 10 y los 24 años) es de 1.800 millones de personas. Son un cuarto de la población mundial, y van llegando a la madurez en un contexto de rápidos cambios políticos, sociales, económicos y ambientales. Están exigiendo más a sus gobiernos y a sus dirigentes. Quieren participar en la toma de decisiones.
El UNFPA está de acuerdo. El lunes, el UNFPA está presentando "Mi cuerpo, mi vida, mi mundo", una estrategia que procura ayudar a los jóvenes a tomar sus propias decisiones y determinar su propio futuro. Ellos, a su vez, serán capaces de moldear y mejorar el mundo que les rodea.
Los líderes están de acuerdo en que el cumplimiento de los derechos de los jóvenes en materia de salud sexual y reproductiva es esencial para alcanzar el desarrollo sostenible. Pero a menudo los jóvenes carecen de la información y cuidados que necesitan para protegerse de las enfermedades de transmisión sexual, los embarazos no deseados y otros riesgos que pueden alterar sus vidas.
Este año, para conmemorar el Día Internacional de la Juventud, el UNFPA destaca las voces de ocho jóvenes de alrededor del mundo cuyas propias experiencias demuestran los vínculos entre sus cuerpos, sus vidas y nuestro mundo.
La única información que Angie tenía sobre la planificación familiar provenía de sus compañeras. "No recibí información en la escuela. Tampoco hablé de esto con mi madre.
Angie es ahora una activista a favor de que otros jóvenes tengan la información sobre salud sexual y reproductiva que necesitan para proteger su futuro.
Al otro lado del mundo, Takhona está ayudando a proporcionar esta información en su comunidad.
Al igual que Angie, Takhona no aprendió sobre salud sexual y reproductiva en la escuela. "No sabía nada sobre el embarazo, el VIH y las ETS," confiesa. Pero aprendió a mantenerse a salvo gracias al programa Safeguard Young People (Proteger a los jóvenes) apoyado por el UNFPA. Hoy habla con franqueza a sus amigos y miembros de la comunidad acerca de estas cuestiones. "Me ilusiona mi propio futuro brillante".
La información acerca de su salud reproductiva ha facultado a Elizabeth Ayumpou Balang a tomar decisiones informadas sobre maternidad.
"Si siguiera las normas culturales, se supone que no debería practicar la planificación familiar", explicó al UNFPA. Pero ella sabía lo que quería. Después de tener un hijo cuando aún era una adolescente, quería volver a la escuela, y su esposo la apoyó.
Hoy es maestra e inspira a otra generación: "Enseñamos estas materias para que sean conscientes de las cuestiones de género y de sus derechos, especialmente las niñas".
Cuando las niñas están empoderadas para proteger su propia salud y bienestar, pueden lograr más con su educación y sus carreras.
"Significa mucho para mí y para muchas otras niñas que nuestras voces sean escuchadas", declaró.
Incluso en medio de una crisis, la educación es una red protectora. Ghalia* no pudo terminar la escuela pues su familia fue desplazada por la crisis en Siria, pero sintió renacer cuando pudo inscribirse en un curso de alfabetización.
Salia sintió que se ampliaban sus horizontes cuando entró en un programa de empoderamiento de niñas que la ayudó a obtener ingresos a través de la agricultura. Al mantenerse a sí misma, pudo evitar el matrimonio infantil.
Cuando los jóvenes están sanos e informados y cuentan con apoyo, pueden socorrer a quienes la rodean.
Sangita se hizo activista a temprana edad. Fue seleccionada para participar en un taller de liderazgo, y ahora dirige un grupo de niñas que trabaja contra la violencia de género y el matrimonio infantil.
En Uganda, Matovu Badru Kasozi está marcando la diferencia a su manera. Aprendió acerca de los derechos humanos y comportamientos saludables en un programa juvenil que también ofrecía formación profesional y formación en iniciativa empresarial.
Hoy en día, enseña a otros jóvenes sobre sus derechos en materia de salud sexual y reproductiva. También dirige su propia empresa de diseño gráfico, y puede ofrecer empleo a otros jóvenes.
Quiere que todos los jóvenes se sientan respaldados al escoger su propio camino. "Tienes que saber cómo prepararte para la vida, cómo luchar por tu vida".
*Se ha cambiado el nombre por protección y privacidad