Noticias
Cómo ha cambiado el mundo en los últimos 20 años?
- 07 de abril de 2014
Noticias
NACIONES UNIDAS, Nueva York – Hace veinte años, la comunidad internacional se reunió en El Cairo (Egipto) para analizar los cambios que se estaban produciendo en el mundo y ver cómo afectaban a las personas más vulnerables. En su reunión de 1994, la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD), el mundo acordó que las cuestiones de población —incluida la planificación voluntaria de la familia, la salud maternoinfantil, la migración y la igualdad entre los géneros— no se limitan a contar personas, sino a garantizar que cada persona cuenta.
En esta conferencia, 179 gobiernos se adhirieron al Programa de Acción de la CIPD, que reconoce que las mujeres, sus derechos y la igualdad constituyen prioridades del desarrollo mundial. Los gobiernos se comprometieron a proporcionar acceso universal a la planificación voluntaria de la familia y los derechos y servicios de salud sexual y reproductiva; a ofrecer la igualdad entre los géneros y la igualdad de acceso a la educación; a abordar los efectos de la urbanización y la migración; así como a respaldar el desarrollo sostenible.
Hoy vivimos en un mundo muy distinto, ya que se ha visto transformado por la revolución digital y los avances en la medicina y el conocimiento humano. ¿Pero ha cambiado del modo en que deseábamos que lo hiciera?
En las siguientes líneas, el UNFPA reflexiona sobre los principales aspectos en los que ha cambiado nuestro mundo y qué más debe hacerse.
1. Hoy el mundo cuenta con la mayor generación de jóvenes de todos los tiempos.
Los adolescentes y jóvenes, aquellas personas de entre 10 y 24 años, representaban el 28% de la población mundial en 2010. El mundo debe invertir en las necesidades y los derechos de este grupo, respaldar su acceso a la educación y la atención médica de calidad, sus oportunidades de trabajo remunerado seguro y garantizar que no es víctima de abusos como el embarazo y el matrimonio precoz1.
2. La proporción de personas que viven en condiciones de pobreza extrema se ha reducido prácticamente a la mitad —sin embargo, actualmente la desigualdad económica está creciendo—.
La proporción de personas que viven con menos de 1,25 dólares al día se ha reducido del 47% en 1990 al 22% en 2010. No obstante, el aumento de la desigualdad podría socavar el terreno ganado.
En la actualidad, el 8% de la población del mundo posee el 82% de la riqueza mundial, y más de mil millones de personas siguen viviendo en condiciones de pobreza extrema, sin acceso a medidas de protección social, trabajo significativo ni servicios de salud pública o de educación. Lo avanzado en estos últimos 20 años no podrá sostenerse si no abordamos la desigualdad1,2.
3. En los últimos 20 años, la población mundial creció aproximadamente una cuarta parte, pasando de 5660 millones a 7240 millones.
Cada una de los 7200 millones de personas que habitan el mundo —así como todas las que quedan por nacer— merece que se respeten y protejan sus derechos humanos y su dignidad. Esto incluye garantizar la igualdad de derechos de las mujeres y el acceso universal a los derechos sexuales y reproductivos3.
4. Pero la población crece a un menor ritmo.
Hace 20 años, la población crecía a un ritmo del 1,52% anual y hoy lo hace al 1,15% anual. Dada su actual trayectoria, cabe esperar que la población mundial alcance los 9550 millones en 20501,3. El crecimiento de la población se ha ralentizado debido a que...
5. Las mujeres tienen menos hijos.
En 1994, en promedio, cada mujer tenía aproximadamente tres hijos. En la actualidad, la tasa de fecundidad se sitúa en torno a 2,5 hijos por mujer. Una menor fecundidad implica unos mejores datos correspondientes a las mujeres, ya que el embarazo va acompañado de riesgos que multiplican las probabilidades que tienen las mujeres de morir.
Sin embargo, las tasas de fecundidad siguen siendo elevadas en algunos de los lugares más pobres del mundo. En 18 países, las tasas de fecundidad se mantienen en cinco hijos o más por mujer1,3.
6. La maternidad en la adolescencia se ha reducido al menos un 50% en muchos países.
Las tasas de fecundidad en la adolescencia han caído. No obstante, cada día, 20 000 niñas menores de 18 años dan a luz en países en desarrollo. Y cada año se producen 70 000 muertes de adolescentes a consecuencia de complicaciones del embarazo y el parto3,4.
7. El uso de anticonceptivos ha aumentado en las dos últimas décadas —aunque la necesidad no cubierta de estos sigue siendo enorme—.
La mayoría de las mujeres afirman desear entre dos y cuatro hijos. Los anticonceptivos seguros y modernos, junto con los servicios de planificación familiar, contribuyen a que las mujeres alcancen estos objetivos mediante la prevención de los embarazos no deseados.
Sin embargo, entre 2008 y 2012, la proporción de mujeres casadas de países en desarrollo que utilizaban anticonceptivos modernos tan solo pasó del 56% al 57%. Se estima que 222 millones de mujeres carecen de acceso a métodos anticonceptivos modernos5,6,7.
8. La mortalidad materna se ha reducido prácticamente a la mitad.
La mortalidad asociada a complicaciones del embarazo y el parto se ha reducido un 47% desde 1994. Por aquel entonces, cada año se producían más de medio millón de muertes maternas.
Pero aún queda trabajo por hacer. En la actualidad se producen 800 muertes maternas cada día, y las principales causas —hemorragia puerperal, septicemia, obstrucción del parto, complicaciones del aborto en condiciones de riesgo y trastornos hipertensivos— son en su totalidad prevenibles1,3.
9. La mortalidad infantil se ha reducido prácticamente a la mitad.
Las muertes de niños menores de 5 años se redujeron de 90 por cada 1000 nacidos vivos en 1990 a 48 por cada 1000 nacidos vivos en 2012. Un importante factor que ha contribuido a este descenso es la mayor educación de mujeres y niñas. Las mujeres y niñas con formación están empoderadas para adoptar mejores decisiones para ellas y sus familias. La educación de las niñas está asociada con un descenso de las tasas de matrimonio infantil, una reducción del porcentaje de embarazos en la adolescencia y un mayor acceso a la salud maternoinfantil, todo lo cual contribuye a mejorar la supervivencia infantil1,7,8.
10. Ha aumentado el número de partos que se producen con la atención de una persona cualificada —un médico, una partera o una enfermera—.
La proporción de partos asistidos por personal sanitario cualificado aumentó en los países en desarrollo del 56% en 1990 al 67% en 2011. La asistencia cualificada en el parto es una de las formas más importantes de garantizar un parto sin complicaciones tanto para la madre como para el hijo. Esta, junto con el aumento del acceso a la atención prenatal, la atención obstétrica de urgencia y los servicios de planificación familiar, justifica en gran parte el descenso de la mortalidad materna1,6,7.
11. La esperanza de vida ha aumentado 5,2 años en todo el mundo.
La esperanza de vida ha pasado de 64,8 años entre 1990 y 1995 a 70 años entre 2010 y 2015. Los mayores incrementos se registraron en los países menos adelantados, en los que la esperanza de vida aumentó 8,9 años.
Sin embargo, todavía son demasiadas las mujeres que continúan muriendo muy pronto —con frecuencia por causas relacionadas con el embarazo o la pobreza extrema— debido a su estatus inferior en todo el mundo1,3.
12. Se producen menos abortos.
Las tasas de abortos han descendido en todo el mundo de 35 por cada 1000 mujeres en 1995 a 29 por cada 1000 mujeres en 2008. Esto ha reducido el número total de abortos, pese al aumento del tamaño de la población.
No obstante, la mejora del acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluida la planificación voluntaria de la familia, reduciría aún más estas cifras. Al subsanar las necesidades insatisfechas de planificación familiar se evitarían 54 millones de embarazos no planeados y 26 millones de abortos1,5,9.
13. El número de personas que contraen VIH/SIDA se ha reducido de forma significativa.
Las nuevas infecciones por VIH cayeron más de un 33% entre 2001 y 2012. Pese a este avance, todavía puede hacerse más para prevenir la propagación de esta enfermedad, sobre todo entre los jóvenes. En 2009, los jóvenes de entre 15 y 24 años representaban el 41% de las nuevas infecciones por VIH. Una educación sexual integral y adaptada a la edad contribuye a que los jóvenes se protejan de las infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH1,9,10.
14. Sin embargo, se ha producido un importante incremento de las principales infecciones de transmisión sexual curables.
La incidencia de las cuatro principales infecciones de transmisión sexual curables —sífilis, gonorrea, clamidia y tricomoniasis— ha aumentado entre la población de 15 a 49 años, de 333 millones de casos en 1995 a 499 millones en 2008. Este cambio resalta la importancia de dotar a los jóvenes de los conocimientos y los servicios de salud sexual y reproductiva necesarios para que se mantengan sanos1,9.
15. Cada vez son más las personas que fallecen de enfermedades no transmisibles.
Las muertes por enfermedades no transmisibles, como cardiopatías, cánceres, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas, aumentaron un 30% entre 1990 y 2010. La mayoría de estas enfermedades están muy relacionadas con cuatro comportamientos nocivos que suelen iniciarse en la adolescencia: el tabaquismo, el alcoholismo, el sendentarismo y la mala nutrición.
Debe dotarse a los adolescentes de las herramientas que les permitan protegerse de estos y otros males. La educación permanente en materia de salud debería empezar pos los jóvenes y compaginarse con una educación sexual completa1,9.
16. A las escuelas asisten más niños que nunca —y el mayor avance se ha registrado entre las niñas—.
Las tasas de matriculación escolar primaria han avanzado, pasando de superar aproximadamente las tres cuartas partes en 1990 a situarse alrededor del 90% en 2010. Se trata de un avance especialmente notable en el caso de las niñas, que han alcanzado la paridad en la tasa de matriculación escolar primaria en la mayoría de los países. Las niñas que tienen acceso a la educación están más capacitadas para evitar embarazos en la adolescencia y son más capaces de acceder a la atención médica y a oportunidades de tener un medio de vida. Ellas y sus futuras familias están más sanas y tienen más posibilidades de salir de la pobreza.
Sin embargo, en la educación todavía persisten las desigualdades basadas en el género y las niñas siguen estando por detrás de los niños en matriculación escolar secundaria1,11,12,13,14.
17. El mundo es cada vez más urbano.
La población urbana mundial aumentó en 1600 millones entre 1994 y 2014. Más de la mitad de la población del mundo vive actualmente en ciudades.
No obstante, una parte demasiado importante de este crecimiento se produce en barrios marginales. En 1990, más de 650 millones de personas vivían en barrios marginales. En 2010, esa cifra ascendía a 820 millones. Las mujeres y niñas pobres son especialmente vulnerables: tienen menos probabilidades de tener acceso a los servicios de salud reproductiva, la educación y la seguridad1,3,14.
18. Nunca antes habían emigrado tantas personas.
Hay más migrantes internacionales que nunca. En 1990, 154 millones de personas abandonaron sus países de origen en busca de nuevas oportunidades. En 2013, esa cifra ascendía a 232 millones.
La migración ofrece importantes oportunidades y contribuye a impulsar el desarrollo, pero también puede hacer que los migrantes —sobre todo mujeres y niñas— queden expuestos a los abusos, como la trata, la explotación y la discriminación1,3,14.
19. El mundo está envejeciendo.
Las personas mayores —aquellas que superan los 60 años— componen el grupo de edad en más rápido crecimiento. El número de personas mayores ha aumentado de 490 millones en 1990 a 765 millones en 2010.
El mundo debe hacer más por adaptarse a las necesidades de este grupo, incluso mediante medidas de protección social y sistemas que garanticen su seguridad y su participación significativa en la sociedad1,3.
20. El número de personas desplazadas dentro de sus países a consecuencia de conflictos o de la violencia alcanza cifras récord, con repercusiones especialmente desproporcionadas en el caso de las mujeres y las niñas.
Con frecuencia, la violencia por razón de género se ve agravada por los conflictos y el desplazamiento; se eliminan las protecciones y la violencia sexual se emplea como una táctica de guerra. Hace 20 años se registraron en el mundo cifras récord de desplazados dentro de sus países a consecuencia de conflictos armados. Pero las cifras actuales son aún mayores: en 2012 había 28,8 millones de desplazados internos a causa de conflictos, violencia o violaciones de los derechos humanos. Además, se calcula que 15,4 millones de personas se vieron obligadas a huir de sus países como refugiados1,14.
Queda mucho por hacer
Y hay muchos más aspectos en los que el mundo no ha cambiado lo suficiente.
La mutilación/ablación genital femenina y el matrimonio infantil siguen siendo prevalentes en gran parte del mundo, incluso en los países en que estas prácticas han sido ilegalizadas. Cada año, 3 millones de niñas, la mayoría menores de 15 años, corren el riesgo de ser sometidas a la mutilación/ablación genital femenina. Y, de mantenerse la tendencia actual, en 2020,142 millones de niñas estarán casadas antes de cumplir los 18 años.
La violencia por razón de género sigue siendo una epidemia mundial. Se calcula que una de cada tres mujeres afirma haber experimentado abusos físicos o sexuales, por lo general por parte de su pareja. Y en una encuesta reciente realizada a 10 000 hombres en Asia y el Pacífico, uno de cada cuatro afirmó haber cometido violaciones.
La discriminación contra las mujeres persiste en todas las sociedades del mundo y la convicción sobre la igualdad entre los géneros todavía no es universal. Aún se niega a las mujeres la igualdad de acceso a las oportunidades y la capacidad para definir el rumbo de sus vidas.
Esta semana, la Comisión de Población y Desarrollo de las Naciones Unidas celebrará su 47.º período de sesiones para abordar muchos de estos problemas, revisar los avances alcanzados y el importante trabajo que todavía queda por hacer. Como ha quedado claro en estos últimos 20 años, los derechos humanos —incluidos los de las mujeres y las niñas— deben ser el núcleo del desarrollo mundial.
1. Marco de medidas para el seguimiento del Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo después de 2014, Informe del Secretario General, distribuido el 12 de febrero de 2014, A/69/62
2. ICPD Factsheet on Sustainability, febrero de 2014
3. Tendencias demográficas en el mundo, Informe del Secretario General, 21 de enero de 2014, E/CN.9/2014/3
4. UNFPA, Estado de la población mundial: Enfrentar el reto del embarazo en adolescentes,2013.
5. Singh S y Darroch JE, Haciendo Cuentas: Costos y beneficios de los servicios anticonceptivos—Estimaciones para 2012, Nueva York: Guttmacher Institute y Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), 2012
6. ICPD Global Review Report Press Release
7. ICPD Beyond 2014 – Framework of Actions, Briefing on the findings of the ICPD Beyond 2014 Review, Presentación en PowerPoint
8. A Promise Renewed, UNICEF, septiembre 2013
9. ICPD Factsheet on Health, febrero2014
10. Informe sobre la epidemia mundial de sida, ONUSIDA, 2013
11. ICPD Factsheet on Dignity and Human Rights, febrero 2014
12. Estado mundial de la infancia, UNICEF, 1994
13. Estado mundial de la infancia, UNICEF, 2014
14. ICPD Factsheet on Place and Mobility, febrero 2014