Empoderar a las adolescentes del Níger para que tomen las riendas de su vida y su futuro

DEPARTAMENTO DE TESSAOUA, Níger - «Toda joven debe tener una actividad económica. Pedir dinero es humillante: tienes que velar por ti misma», afirma Maimounatou, de 17 años, que vive en Tessaoua, en la región de Maradi, en el centro-sur del Níger.

Tessaoua, una zona rural y generalmente tranquila, sufre con frecuencia intensas inundaciones. Como muchos miembros de la comunidad dependen de la agricultura y la ganadería para ganarse la vida, los desastres climáticos merman gravemente su capacidad de subsistencia. Normalmente, son los hombres y los niños quienes trabajan en el campo y con los animales, mientras que las mujeres se dedican más a menudo a trabajar en pequeños negocios locales, vendiendo productos locales como aceite de cacahuete y productos de panadería.

También es un lugar abrumadoramente joven, ya que casi el 90% de los habitantes de la aldea tienen menos de 45 años. Maimounatou es una de las 160 adolescentes inscritas en un proyecto que distribuye «kits de empoderamiento», es decir, provisiones para ayudarlas a poner en marcha un negocio que contienen molinillos de semillas, semillas de soja, latas de aceite e incluso cabras, todo ello repartido a partes iguales entre las jóvenes.

Las adolescentes recibieron formación sobre la mejor manera de utilizar el contenido para comenzar a subsistir por ellas mismas. «Me siento empoderada», dice Maimounatou tras recibir dos cabras. «Ahora ya no tengo que esperar a que otra persona me mantenga».

Elegir su propio camino

Este programa de empoderamiento económico cuenta con el apoyo del UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva. Y aunque la conexión entre salud reproductiva y bienestar económico quizá no sea evidente, es contundente.

Más de tres cuartas partes de las jóvenes del Níger se casan siendo todavía niñas y la tasa de embarazo en la adolescencia ronda el 14%. Casi cuatro de cada diez mujeres y niñas han denunciado también haber sido víctimas de algún tipo de violencia de género.

«Tenía 13 años cuando mi padre me entregó en matrimonio a un primo», cuenta Hadiza, de 16 años, que ha participado en el programa. «Hablé con el mentor de un espacio seguro quien, con la ayuda del jefe de la aldea, negoció con mis padres el aplazamiento de la boda».

Cuando las adolescentes como Hadiza y Maimounatou pueden ganar su propio dinero y contribuir a la economía familiar, hay menos incentivos para casarlas antes de tiempo. Además, las participantes en el programa, todas niñas de 10 a 19 años, reciben educación e información sobre salud reproductiva, conocimientos financieros y derechos humanos. Dotar a las jóvenes de las habilidades y conocimientos necesarios para tomar sus propias decisiones sobre sus vidas es una poderosa forma de combatir la desigualdad de género.

El programa se puso en marcha hace poco más de 10 años y ya ha llegado a más de 200.000 adolescentes de todo el país. Desde entonces, muchas se han convertido en empresarias en sectores que abarcan la industria alimentaria, la sastrería, la peluquería, la mecánica y la carpintería.

«Aún sigo aprendiendo costura», añade Hadiza. «Y dentro de tres años pienso casarme con el hombre que amo».

Ayudemos en comunidad

La iniciativa de medios de subsistencia está dirigida por Mahamane Mansour Kané Maiguizo, un defensor del bienestar social de su comunidad. «Vamos a hacer un seguimiento cada dos meses y nuestro deseo es que estos activos prosperen», afirmó el Sr. Maiguizo.

Asimismo, en 2018 puso en marcha «Una familia, una medida de mijo», que también cuenta con el apoyo del UNFPA. Después de la cosecha, cada familia dona unos 3 kilogramos de mijo para almacenarlos y revenderlos posteriormente durante la temporada de escasez, cuando las familias suelen tener menos alimentos y menos oportunidades de obtener ingresos.

El dinero recaudado con las ventas se destina a apoyar las evacuaciones médicas, sobre todo de mujeres embarazadas, y a comprar colectivamente medicamentos y bolsas de sangre. El acceso a estos servicios sanitarios es muy necesario: en 2023, el distrito sanitario local de Tessaoua informó de que sólo la mitad de los hogares de la zona tenían acceso a asistencia sanitaria, alrededor de un tercio de los partos eran asistidos por una partera cualificada y sólo el 15% de los encuestados utilizaban métodos anticonceptivos.

El Sr. Maiguizo también utilizó los fondos para encargar 1.000 mesas y bancos para las escuelas locales y organiza sesiones de sensibilización en numerosas aldeas para promover la planificación familiar, luchar contra el matrimonio infantil y combatir la violencia de género. Si se entera de que un adolescente de la escuela se ha casado, el Sr. Maiguizo emplaza a los padres a anular el matrimonio al menos hasta que el niño se gradúe.

El proyecto de Tessaoua colabora con la Asociación de Jefes Tradicionales del Níger y con organizaciones locales de mujeres en sesiones de formación, ayudando a movilizar a los líderes locales como aliados en la defensa de los derechos de las niñas y dando lugar a leyes sobre la escolarización de las niñas y a reformas contra el matrimonio infantil.