Se necesitan mejores salud, higiene y protección tras el terremoto en Nepal

PROVINCIA DE KARNALI, Nepal – El terremoto más fuerte que golpeó Nepal en casi una década ocurrió en la región occidental del país, muy remota y montañosa, la noche del 3 de noviembre, y mató o dejó lesionadas a cientos de personas, entre estas a Parbati Gharti Magar, de 33 años, que terminó con labor de parto prematura.
 
“Aunque con pocas semanas prematura, mi hija está sana”, dijo Magar al UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que se encarga de los asuntos relacionados con la salud sexual y reproductiva. “Estoy bajo observación durante unos días porque perdí mucha sangre”. 
 
El siniestro inicial, de magnitud 6,4, destruyó miles de edificios, y después de más de 350 réplicas, muchas personas todavía duermen afuera con temperaturas de congelamiento.
 
Mientras recibía tratamiento en el hospital del distrito de Jajarkot, apoyado por el UNFPA, la Sra. Magar comentó que su esposo y ella “tememos volver a casa. Hemos estado aquí desde la noche del terremoto, y con todas las réplicas tememos que no nos quede un hogar al que regresar con este niño”.
 
De las 250.000 personas que se estima han sido afectadas en los dos distritos más castigados de Jajarkot y Rukum West, más de 4.000 son mujeres embarazadas, de las cuales unas 214 probablemente presentarán complicaciones obstétricas en los próximos tres meses. A medida que se confirma que 47 centros de salud y de maternidad han sufrido daños, y los servicios críticos han quedado interrumpidos, en tanto que las mujeres embarazadas o lactantes enfrentan dificultades para acceder a la atención prenatal, de parto y posnatal esenciales.
 
Tras el desastre, más de 80.000 mujeres y niñas en edad reproductiva carecen de acceso a suministros sanitarios y de apoyo en materia de salud reproductiva. En Jajarkot, Sujata*, de 14 años, le conté al UNFPA que apenas ayer “empecé mi período, pero no tengo productos de higiene. No sé qué hacer”.

Debe aumentarse la protección

Indrani Malla, madre de tres hijos, está adormecida por el dolor. Perdió a su marido en el terremoto y, junto a su familia extendida, ha buscado refugio en campamentos alejados de donde solía estar su casa.
“Ha dejado de cuidarse; ya ni siquiera habla”, indicó Bhawana, su sobrina, mientras la peinaba. “Ha quedado así después del terremoto”.
 
Es crucial asegurar el refugio y el acceso a los servicios de salud para miles de desplazados ante una temporada invernal que se cierne sobre la zona. La Organización Mundial de la Salud y las autoridades sanitarias locales han advertido de brotes de enfermedades, incluido el cólera, debido a la falta de saneamiento y agua potable.

Al igual que en todos los entornos humanitarios, los riesgos de protección aumentan para las mujeres y las niñas, ya que las familias han perdido sus hogares y sus medios de subsistencia y se han interrumpido los servicios de apoyo. Incluso antes del terremoto, la ayuda a los sobrevivientes de la violencia de género en los centros de gestión de crisis de ventanilla única del UNFPA se vio limitada por el difícil terreno en el oeste de Nepal aunado a la escasa capacidad.

Alrededor de 10.000 mujeres y niñas necesitarán acceso a prevención y apoyo de respuesta a la violencia, la discriminación y el matrimonio precoz e infantil, prácticas nocivas que ya prevalecían en Jajarkot y Rukum West y que probablemente se hagan más generalizadas como mecanismos de afrontamiento tras el último desastre.

Respuesta inmediata y a largo plazo del UNFPA

El UNFPA ha establecido tiendas de campaña médicas en Jajarkot y Rukum West que funcionan como clínicas temporales para garantizar la continuidad de la atención de la salud reproductiva. Se han desplegado asesores psicosociales y se han distribuido botiquines de salud reproductiva que contienen suministros esenciales para partos seguros y emergencias obstétricas, incluidos abortos espontáneos, hemorragias repentinas e infecciones.

Hasta la fecha se han distribuido más de 4.700 kits de dignidad con suministros de higiene, y 3.200 paquetes kishori para adolescentes. También se han proporcionado juegos de invierno con ropa de abrigo para 250 recién nacidos y madres y unas 950 lonas, junto con 450 lámparas de energía solar para ayudar con problemas de iluminación y seguridad deficientes. 
 
Sumitra, de 15 años, estaba entre los nueve miembros de la familia en Rukum West que dormían cuando golpeó el terremoto y su casa se derrumbó. Después de haber perdido todas sus pertenencias, la familia extendida ahora vive en una tienda improvisada. Sumitra agradeció los suministros que ella y su madre recibieron, y le confió al UNFPA que extrañaban “nuestra casa, extrañamos ir a la escuela… todos nuestros libros y ropa han sido destruidos. Pero nos alegra que estemos todos vivos y todavía juntos como familia”.
 
El UNFPA está colaborando con el Gobierno de Nepal, con el apoyo de Australia y la República de Corea, en una estrategia a largo plazo para aumentar la resiliencia ante las crisis. La reducción de los riesgos y el fortalecimiento de los mecanismos de respuesta ayudan a salvaguardar la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las personas afectadas, incluida la protección y la prevención de la violencia de género.

*Se ha cambiado el nombre por motivos de privacidad y protección