La canción de resiliencia de Nadia: alzando la voz en medio de crisis y el desplazamiento

NACIONES UNIDAS, Nueva York – Nadia, de 24 años, admitió que le encantaba “cantar desde niña” al, la agencia de la @ONU_es para la salud sexual y reproductiva. “Es mi manera de expresar mis sentimientos y mis pensamientos”.

La música ha sido el espacio seguro de Nadia desde los seis años, y la ha sostenido a través de la muerte prematura de su padre y el prolongado conflicto civil en Siria.

Durante casi 14 años, el país ha estado atrapado en una devastadora crisis humanitaria, con 16,7 millones de personas en necesidad urgente de asistencia. Más de 6,7 millones de personas han sido desplazadas internamente mientras millones más huyen a los países vecinos.

En este contexto, las mujeres y las niñas han enfrentado desafíos cada vez mayores: desnutrición aguda, falta grave de acceso a servicios de salud y altas tasas de violencia de género, incluido el matrimonio infantil.

La propia Nadia se casó con tan solo 14 años y dos años después se convirtió en madre siendo todavía una niña. “El matrimonio fue decisión de mis abuelos, no mía”, dijo.

El matrimonio infantil en medio de las crisis

Incluso antes del conflicto en Siria, el matrimonio infantil era común: más de una de cada diez mujeres de 20 a 24 años de edad declara haberse casado antes de los 18 años. Sin embargo, los estudios demuestran que la práctica dañina ha aumentado entre los refugiados sirios en los países vecinos, así como entre los desplazados en Siria.

“Ha aumentado debido a la migración y la pobreza, y para reducir el número de miembros de la familia, especialmente en familias con muchas hijas”, explicó una madre siria a los investigadores. “Es raro ver a una niña de 13 años que no esté casada”.

El matrimonio infantil es una violación de los derechos humanos que pone en peligro la salud y el futuro de las niñas, ya que a menudo las lleva a abandonar la escuela y a convertirse en madres antes de que sus cuerpos y mentes estén listos, a menudo con consecuencias devastadoras, pero cuando viven en la pobreza extrema, en medio de la inseguridad y el desplazamiento, algunas familias sienten que no tienen otra opción.

Nadia ha vivido en un gran asentamiento de refugiados en el noreste de Siria desde 2019, junto a otras 40.000 personas. Allí ha enfrentado una miríada de desafíos: las duras condiciones desérticas de la región, la falta de electricidad y agua potable del campamento, las escasas oportunidades de empleo y dificultades económicas.

Sin embargo, gracias a sus visitas a un espacio seguro para mujeres y niñas cercano apoyado por el UNFPA, ha redescubierto dos elementos esenciales: la esperanza y su propia voz.

El poder de creer en sí misma

El UNFPA dirige una clínica de maternidad y cuatro espacios seguros para mujeres y niñas en el campamento de desplazados donde vive Nadia. Desde principios de 2024, unas 19.000 personas han solicitado asistencia en esos centros para servicios de salud sexual y reproductiva, apoyo contra la violencia de género y asesoramiento psicosocial.

Por conducto del UNFPA, Nadia ha recibido apoyo en materia de salud mental y ha tomado cursos de inglés y costura.

“La asistencia que recibí me ayudó a recuperarme y a recuperar el equilibrio”, agradeció. “Redescubrí mi confianza y mi verdadero yo, lo que me permitió volver a las actividades que me gustan, especialmente cantar”.

Hoy en día, practica en su tienda, preparándose para su carrera de ensueño como cantante de renombre internacional, un objetivo que la llevó a presentarse en las estaciones de radio.

“Después de varios rechazos, finalmente lo logré, comparto mis canciones y experiencias con los oyentes en dos programas de radio”, comentó Nadia.

Escuche a continuación la canción de resiliencia de Nadia.