En el mundo actual, ¿cabe la posibilidad de decidir el número de hijos que componen la familia y cuándo tenerlos?
Millones de personas siguen teniendo más hijos —o menos— de los que desearían.
La medida en que los ciudadanos pueden ejercer sus derechos reproductivos repercute directamente en el número de hijos que deciden tener.
Las opciones disponibles, o la falta de ellas, se reflejan directamente en las tasas de fecundidad de todo el mundo.
Las tasas de fecundidad elevadas aceleran el crecimiento demográfico y dan lugar a un porcentaje desproporcionado de población menor de 15 años. Además, plantean dificultades a los Gobiernos a la hora de satisfacer la demanda de educación y servicios de salud y de sustentar los progresos en favor del desarrollo.
En los países con tasas de fecundidad elevadas, una serie de obstáculos económicos, sociales, institucionales y geográficos pueden obstruir el acceso de las mujeres a información y suministros de planificación familiar de buena calidad. En conjunto, esos obstáculos —que pueden resultar particularmente insalvables para los jóvenes— coartan el ejercicio de los derechos reproductivos de millones de personas.
Las mujeres que completan, como mínimo, los estudios secundarios prefieren tener menos hijos que las que no tienen estudios o no han completado la enseñanza primaria. Las mujeres instruidas también están en mejores condiciones de derribar las barreras que les impiden poder optar a empleos decentes y remunerados más adelante en la vida.
Los países que presentan un promedio de 3 a 4 hijos por mujer son diversos desde el punto de vista geográfico y económico, y han evolucionado de forma distinta y a su propio ritmo al reducirse sus tasas de fecundidad.
Actualmente, el 12,5% de las egipcias presenta una necesidad no satisfecha de anticonceptivos modernos. La tasa es incluso más alta en las zonas rurales del país.
Una tasa total de fecundidad de 3 o 4 hijos puede ocultar disparidades importantes en el seno de los países, ya que es posible que los segmentos más ricos de la población que residen en zonas urbanas tengan acceso a métodos anticonceptivos, mientras que las minorías étnicas y rurales solo dispongan de un acceso limitado a los programas de planificación familiar.
Porcentaje de mujeres con necesidad insatisfecha de planificación familiar
15 países de 5 regiones
En los 12 países de América Latina y el Caribe que abarca este capítulo, las tasas de fecundidad en las adolescentes de 15 a 19 años y las jóvenes de 20 a 24 años son más elevadas que las tasas de fecundidad correspondientes a estos mismos grupos de edad en otras regiones del mundo con tasas totales de fecundidad semejantes.
En ciertos países que presentan una reducción constante de la tasa de fecundidad, esta puede caer bruscamente cuando las parejas optan por retrasar la parentalidad debido a crisis económicas, guerras u otras perturbaciones, y luego recuperarse una vez restablecidas la estabilidad y la seguridad.
Por lo general, los países cuyas tasas de fecundidad se han mantenido bajas durante un período dilatado suelen ser los más desarrollados. En ellos se respetan la mayoría de los derechos reproductivos básicos y otros derechos. Entre los desafíos a los que se enfrentan estos países suelen figurar una mayor proporción de personas de más edad en sus poblaciones y más costos asociados de atención de salud, así como una fuerza de trabajo cada vez más reducida.
Las tasas de fecundidad actuales de estos países indican que las mujeres evitan los embarazos y espacian los nacimientos con mayor eficacia. Cuando la educación y la carrera profesional se hallan entre las prioridades principales, contraer matrimonio y tener hijos pueden pasar a un segundo plano. Las mujeres que optan por retrasar el embarazo hasta pasados los 35 o los 40 años presentan un mayor riesgo de infecundidad y complicaciones durante el embarazo.
La persistente falta de apoyo continuada para conciliar el trabajo y la vida familiar puede impedir que las mujeres tengan el número de hijos que desean. Entre los obstáculos que entorpecen el ejercicio de los derechos reproductivos de las mujeres en países con tasas de fecundidad bajas se cuentan las dificultades económicas, la falta de viviendas asequibles, el costo elevado de los servicios de cuidado infantil y la incertidumbre que permea los mercados de trabajo.
Los problemas asociados a la fecundidad y los factores que la impulsan varían enormemente en el mundo actual, caracterizado por grandes diferencias entre tasas de fecundidad elevadas y bajas tanto en el seno de los países como entre ellos.
Se ha avanzado mucho en la defensa de los derechos reproductivos. Sin embargo, hoy en día, ningún país puede afirmar que todos sus grupos de población disfrutan de dichos derechos en todo momento. Casi en todas partes, las circunstancias sociales, institucionales y económicas aún niegan a determinadas personas los medios para elegir libre y responsablemente el número de hijos que tendrán o el momento de su nacimiento.
Si bien resulta esencial que cada país defina la combinación de servicios y recursos necesarios para garantizar los derechos reproductivos de todos los ciudadanos, existen determinadas medidas que son aplicables a todas las naciones, independientemente de su tasa de fecundidad.
Considerar la posibilidad de llevar a cabo «revisiones» periódicas de los derechos reproductivos en el plano nacional con miras a evaluar la armonización de las leyes, las políticas, los presupuestos, los servicios, las campañas de sensibilización y otras actividades con los derechos reproductivos, de conformidad con la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo.