El discurso de odio está en plena ofensiva, y se ve amplificado por las nuevas tecnologías que difunden retóricas divisorias a escala global. Todos hemos visto el daño que causa, desencadenando violencia, exclusión, discriminación y desigualdad.
En respuesta al aumento de la xenofobia, racismo, intolerancia, misoginia, antisemitismo y odio a los musulmanes, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, presentó en junio de 2019 la Estrategia y Plan de Acción de las Naciones Unidas para la lucha contra el Discurso de Odio, que define el discurso de odio como «cualquier forma de comunicación de palabra, por escrito o a través del comportamiento, que sea un ataque o utilice un lenguaje peyorativo o discriminatorio en relación con una persona o un grupo sobre la base de quiénes son o, en otras palabras, en razón de su religión, origen étnico, nacionalidad, raza, color, ascendencia, género u otro factor de identidad».
El plan de acción tiene como objetivo potenciar los esfuerzos de las Naciones Unidas para hacer frente a las causas profundas y a aquellos factores que fomentan la incitación al odio y activar respuestas eficaces al impacto de la incitación al odio en las sociedades, al tiempo que se implementan estrategias en consonancia con el derecho a la libertad y la expresión.
El discurso de odio envenena las mentes: es una de las formas más virulentas de desinformación y alimenta la polarización social, separándonos cada vez más. Se utiliza para ejercer control y opresión y puede desembocar, en el peor de los casos, en asesinatos en masa y genocidios. El discurso de odio misógino, en particular, está proliferando gracias a la tecnología, que proporciona medios baratos y sencillos para difundirlo por todas partes. Además, las plataformas en línea ofrecen pocas garantías para impedirlo.
En concreto, el discurso de odio en línea puede parecer imposible de detener, pero los gobiernos, la sociedad civil y los individuos están tomando medidas para combatirlo, por ejemplo mediante la utilización del poder de la educación. Abordar el problema desde una perspectiva educativa implica reforzar las políticas e iniciativas educativas con medidas específicas para abordar y contrarrestar el discurso de odio, contribuyendo de esta manera a que las personas desarrollen un pensamiento crítico y sean ciudadanos activos que apoyan la paz y los derechos humanos.
Todas las personas podemos contribuir a que las plataformas en línea sean más seguras. Las empresas tecnológicas deben tomar todas las medidas necesarias para detener los discursos de odio, entre otras la adopción de elementos de seguridad para limitar la desinformación y la violencia en línea y proteger los datos personales. La seguridad mejora cuando las empresas tecnológicas abordan expresamente las amenazas específicas de género e incluyen a mujeres y niñas en el diseño y desarrollo de la tecnología. Los gobiernos y las asociaciones del sector deben implementar y hacer cumplir normativas para que la tecnología sea más segura. Las personas podemos poner fin al odio en nuestras propias prácticas en línea e instar a las demás a que hagan lo mismo.
El UNFPA forma parte de un movimiento mundial para hacer frente al discurso de odio de género en línea: coorganiza el Grupo Asesor de la Alianza Global para la Acción contra el Acoso y el Abuso por Internet por Motivos de Género y ha publicado la Guía del UNFPA sobre Tecnología Segura y Ética para la Violencia de Género y las Prácticas Nocivas.
La campaña del UNFPA Lo Virtual es Real se centra en la violencia digital —que engloba el discurso de odio en línea, que aterroriza, deshumaniza y silencia— desde una perspectiva profundamente personal y muestra a mujeres que la combatieron.
El discurso de odio no debe ganar —y no ganará—. Pero todas las personas debemos implicarnos, formarnos y denunciarlo para contrarrestar esta creciente lacra mundial. «El odio es odio. No podemos justificarlo. No podemos ignorarlo», afirma en este impactante video la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA. «El odio son acciones. El odio son palabras. El odio son palabras que se convierten en acciones». Di #NoAlOdio.