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Día Internacional para la Erradicación de la Fístula Obstétrica

23 de mayo de 2024

Mundial

Es una de las lesiones más graves y trágicas del parto. Y se puede prevenir.

La fístula obstétrica es un orificio entre el canal del parto y la vejiga o el recto, o ambos, causado por la prolongación u obstrucción de un parto sin recibir tratamiento médico oportuno de calidad. Suele provocar problemas médicos crónicos, depresión, aislamiento social y una profundización de la pobreza. El 90 por ciento de los casos de fístula termina en mortinatos.

Aunque, por término medio, el embarazo es más seguro que nunca, los sistemas de salud y las comunidades siguen sin cumplir la promesa de un parto seguro, y cada año decenas de miles de mujeres y niñas sufren lesiones como la fístula obstétrica en todo el mundo.

Con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Fístula Obstétrica, el lema de este año es: «Romper el ciclo: Prevenir la fístula en todo el mundo».

La prevalencia de la fístula en los países de ingresos bajos y medios de la región de los Estados Árabes, Asia, América Latina y el Caribe y África Subsahariana es un síntoma de desigualdades mundiales profundamente arraigadas. Esta lesión apenas está presente en países de ingresos altos.

Las mujeres y niñas en riesgo de sufrir de fístula obstétrica también corren riesgo de mortalidad materna, lo que convierte las acciones para acabar con esta lesión en una cuestión de vida o muerte. Invertir para garantizar un acceso equitativo a servicios de salud materna de calidad puede acabar con la fístula y salvar la vida de muchas mujeres y niñas. Pero los esfuerzos deben ir más allá de las intervenciones médicas oportunas; deben combatir los factores sociales, económicos y culturales que aumentan la vulnerabilidad de las mujeres ante los malos resultados en materia de salud materna, incluida la desigualdad de género.

Los sistemas sanitarios pueden reducir las tasas de fístula haciendo un seguimiento de la prevalencia, corrigiendo las deficiencias en la atención sanitaria y garantizando el acceso universal a un personal sanitario competente, como las parteras, que pueden prestar casi todos los servicios esenciales de salud materna. El compromiso y la educación de la comunidad pueden abordar los factores socioculturales de la fístula, facilitar la reintegración social de las supervivientes y mejorar el bienestar de mujeres y niñas.

Con millones de vidas en juego, la plena financiación y la aplicación efectiva de las estrategias nacionales contra la fístula son primordiales. Asignar recursos para apoyar iniciativas que aborden la prevención, el tratamiento, la rehabilitación y la reintegración social contribuirá a garantizar que ninguna mujer se quede atrás.

En las últimas dos décadas, el UNFPA ha apoyado 140.000 cirugías de reparación de fístulas y más de 12.000 mujeres y niñas recibieron apoyo para la reintegración social entre 2018 y 2023. El UNFPA también lidera y coordina la Campaña mundial para Erradicar la Fístula, que reúne a más de 90 asociados de todo el mundo y desempeña un papel fundamental en la promoción de los derechos, el bienestar y la dignidad de las mujeres y las niñas, en concordancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo.

«La fístula obstétrica es el trágico resultado de nuestra incapacidad para proteger los derechos reproductivos de las mujeres y niñas más vulnerables y excluidas», afirma la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA. «Al abordar las desigualdades profundamente arraigadas, llegar a los que se han quedado más atrás e invertir en el acceso universal a servicios de salud materna oportunos y de alta calidad podemos, y debemos, acabar con la fístula de una vez por todas».

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