“Quiero que mi bebé esté seguro; es todo lo que necesito”. Apoyando a las mujeres y niñas en Myanmar después de que el ciclón Mocha abriera un camino de destrucción

ESTADO DE RAKHINE, Myanmar – “Necesitamos más servicios y centros de atención sanitaria que funcionen. Quiero que mi bebé esté seguro; es todo lo que necesito”. Nan Nwe, de 40 años, está embarazada y ha sido desplazada recientemente en Sittwe, en el estado de Rakhine, que ha sido azotado por el ciclón en Myanmar. 

El ciclón Mocha fue una de las tormentas más poderosas que ha azotado Myanmar, y afectó a unos 3,4 millones de personas. Los vientos huracanados destrozaron casas, en tanto que las lluvias torrenciales y una peligrosa marejada de tormenta sumergieron las áreas a lo largo de la costa e inundaron aldeas y dejaron a cientos de miles de personas vulnerables sin refugio.  

Muchas de las personas que ya habían sido desplazadas y vivían en campamentos y sitios de desplazamiento, personas apátridas, mujeres y niños, y personas con discapacidad han perdido sus hogares y el acceso a servicios básicos y agua potable. Las instalaciones de salud y los espacios seguros para las mujeres y las niñas que cuentan con el apoyo del UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas dedicado a la salud sexual y reproductiva, han quedado muy dañados o destruidos por completo por la tormenta. 

Yoma Nandar, de 21 años, también es de Sittwe, cerca de donde el ciclón tocó tierra el 14 de mayo, y preguntó: “cuando las embarazadas necesitamos servicios urgentemente, ¿a dónde vamos si los servicios no están disponibles y a nuestro alcance?”

Nway Nway Soe, de 26 años, también está embarazada y vive en la ruta del ciclón. La Sra. Nway dijo al UNFPA que “tras la destrucción de carreteras y de mi clínica más cercana, y sumando los altos costos de transporte, no puedo ir a la ciudad para recibir atención prenatal”.

Para llegar a las mujeres y las niñas incluso en las zonas más inaccesibles, el UNFPA está apoyando clínicas móviles en nueve aldeas del municipio de Sittwe, donde proporciona asistencia que incluye como exámenes médicos, atención prenatal y posnatal, planificación familiar y apoyo psicosocial. Estas clínicas, ya operadas por socios del UNFPA antes del ciclón, ayudan a garantizar que las personas que luchan contra la crisis reciban atención crítica de salud sexual y reproductiva.

Grandes necesidades, ya que el acceso y la asistencia son limitados

Llegar a las personas necesitadas ya era un desafío en partes de Rakhine y el noroeste debido al conflicto en curso y las restricciones en el transporte de movimiento y suministros, y ahora las carreteras y puentes han sido destruidos por las inundaciones.

La Sra. Nway fue una de las personas que recibieron asistencia de una de las instalaciones móviles en Sittwe. “Tengo mucha suerte de que esta clínica móvil llegue a nuestra puerta para ayudar a embarazadas como nosotras”, dijo. "Muchas mujeres necesitan atención médica urgente y apoyo en las zonas afectadas”.

Más de un mes después del ciclón, las necesidades humanitarias en las zonas afectadas por el ciclón son enormes. Entre las personas afectadas se encuentran unas 432.000 mujeres y niñas en edad reproductiva, entre ellas más de 20.700 que están embarazadas; alrededor de 2.300 de estas mujeres debían dar a luz el mes pasado, en el caótico período posterior a la crisis.  

Mya Khin, de 37 años, de la aldea de Min Hla en Sittwe se adelantó y dijo: “estoy embarazada de nueve meses. Mi casa fue gravemente dañada por el ciclón […] Lo que más necesito es atención médica de calidad para un parto seguro. Estoy muy contenta de que esta clínica móvil nos llegue en este momento crítico. Recibí servicios e información que son importantes para mi embarazo”.

El Dr. Win Zaw Tun, oficial médico de la Asociación Médica de Myanmar en la aldea Say Thamar Kyi en Sittwe, explicó la gravedad de la situación a la que se enfrentan muchas personas. 

“Las embarazadas pueden presentar muchos problemas relacionados con la salud si no hay servicios disponibles. Las mujeres con embarazos de alto riesgo son más propensas a [verse en] condición crítica. Necesitan atención continua e incluso remisión temprana en caso de emergencia”.

Riesgos múltiples y multiplicadores

La tormenta también interrumpió los sistemas y servicios de apoyo comunitario para prevenir y responder a la violencia de género. La mayoría de los espacios seguros para mujeres y niñas apoyados por el UNFPA en el centro y el norte de Rakhine han quedado dañados, mientras que los cortes de energía, las instalaciones de agua y los baños deteriorados y el hacinamiento que impide la privacidad, el saneamiento y la iluminación adecuadas están exacerbando estos riesgos. 

Con la magnitud de las necesidades en Myanmar, el UNFPA requiere urgentemente fondos para apoyar los servicios de salud sexual y reproductiva, incluida la respuesta a la violencia de género y el apoyo de salud mental y psicosocial, la rehabilitación de instalaciones de salud, el despliegue de parteras capacitadas y otros cuadros críticos, y la adquisición de medicamentos esenciales, kits de parto limpios y kits de dignidad.

Ante las graves deficiencias de infraestructura de salud, es imperativo garantizar servicios de salud sexual y reproductiva de emergencia para ayudar a prevenir las muertes maternas, la violencia sexual, los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH.

Sin embargo, muchas personas, como el Dr. Win y su equipo, tienen el compromiso de permanecer y apoyar a miles de personas que necesitan desesperadamente su ayuda, sean cuales fueren las condiciones. 

“Aunque el edificio de nuestra clínica fue completamente destruido por el ciclón Mocha, hemos preparado una tienda de campaña para proporcionar los servicios”, apuntó. “Nuestros servicios vitales no deben detenerse en medio de ningún tipo de emergencia”.