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Para la comunidad, por la comunidad: Defensores de la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las personas transgénero

Un grupo de personas transgénero y de género diverso visten ropa colorida bailan y aplauden.
Los miembros de la comunidad hijra, transgénero y de género diverso, de Bangladesh se reúnen en Gaibandha el 13 de mayo de 2024 para compartir sus experiencias con el UNFPA. © UNFPA Bangladesh / Samantha Reinders
  • 17 de mayo de 2024

MONGARTK, Bhután/GAIBANDHA, Bangladesh – En todo el mundo, lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, las personas queer, intersexuales y asexuales (LGBTQIA+) son cada vez más aceptadas por sus comunidades y países.

Dos terceras partes de los gobiernos han despenalizado la sexualidad entre personas del mismo sexo y la igualdad matrimonial ha sido aprobada en más de treinta países, lo que ha marcado un fuerte cambio con respecto a décadas pasadas. Y la investigación indica que más países eliminaron las leyes que restringen los derechos LGBTQIA+ en 2022 que en cualquier otro año en el último cuarto de siglo.

Sin embargo, la discriminación y el estigma siguen provocando importantes disparidades entre las minorías sexuales y de género. La investigación muestra que las personas LGBTQIA+ sufren desproporcionadamente de los desafíos de salud mental y a menudo luchan para acceder a la atención médica libre de estigma que atienda sus necesidades únicas. Mientras tanto, el acoso y la agresión siguen siendo amenazas urgentes: A modo de ejemplo, una revisión global de las experiencias de salud de las personas transgénero determinó una tasa mediana de prevalencia de violencia y victimización del 44 por ciento.

Los miembros de la comunidad LGBTQIA+ han intervenido para llenar las lagunas en el acceso a la atención médica y poner fin a los prejuicios. Entre ellos se encuentran defensores de los derechos de las personas trans y de género diverso como Mamouni en Bangladesh y el oficial de divulgación del Orgullo Bhután Tshering Tshoki, cuya labor apoya el UNFPA, el organismo salud sexual y reproductiva de las Naciones Unidas, en su misión de brindar salud y derechos sexuales y reproductivos para todas y todos.

Maimouni, miembro del grupo hijra de Bangladesh, vestido con ropa rosa y púrpura, sentado, habla entre un grupo.
Maimouni (centro) y otros miembros de la comunidad hijra de Bangladesh se reúnen para analizar sus experiencias con el UNFPA el 13 de mayo de 2024. © UNFPA Bangladesh / Samantha Reinders

Buscar a otros que apoyar en Bangladesh

“He enfrentado el rechazo de mi familia, de mi comunidad, de toda mi sociedad. No podía ir a la escuela”, aseguró Mamouni a la Directora Ejecutiva del UNFPA, la Dra. Natalia Kanem, en su visita de mayo de 2024 a personas LGBTQIA+ en Bangladesh. “La comunidad transgénero me aceptó”.

Mamouni vive en un hogar colectivo con otros 14 hijra (un término utilizado en Bangladesh para describir a las personas transgénero y de género diverso) en el distrito de Gaibandha, a orillas del río Brahmaputra.

Cada año, las lluvias monzónicas amenazan el área con inundaciones y a veces obligan a los residentes a evacuar. Para los hijra como Mamouni, el desplazamiento conlleva riesgos específicos, ya que las minorías sexuales y de género a menudo enfrentan la discriminación y la exclusión de asistencia, socorro y vivienda después de los desastres.

“Las últimas inundaciones fueron muy serias. El agua nos llegaba a la cadera”, contó. “Tuve que dormir en una línea de tren ya que no tenía a dónde ir ni tenía apoyo”.

Las emergencias climáticas pueden exacerbar los desafíos a los que se enfrentan las comunidades ya marginadas. En previsión de las inundaciones de 2020, el UNFPA suministró apoyo financiero a los hijra en todo el noroeste de Bangladesh y más de 6.000 kits de dignidad, lo que permitió a las personas prepararse para los desastres y reubicarse después de estos.

“Las personas LGBTQIA+ merecen el pleno disfrute de su igualdad de derechos al igual que todas las demás”, declaró la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA. “Sin embargo, a pesar de los progresos logrados en muchas partes del mundo, a menudo siguen sufriendo graves discriminaciones y estigma. Esto no está bien.

“Durante los conflictos y las crisis, sus derechos pueden ser pasados por alto y sus necesidades únicas de protección y atención médica pueden quedar sin cubrir. Realmente no dejar a nadie atrás significa salvaguardar los derechos de las personas LGBTQIA+ en todos los entornos e incluirlas plenamente en la preparación humanitaria, la respuesta, el socorro y los esfuerzos de recuperación".

Bangladesh reconoció legalmente un tercer género, el de la comunidad hijra , en 2014. A pesar de estas reformas, los hijra en Bangladesh todavía se ven obligados a enfrentar la discriminación, la violencia y la desigualdad en niveles devastadores: la investigación sugiere que una abrumadora mayoría de las personas transgénero que buscan atención médica enfrentan acoso.

En Cox’s Bazar, la Sociedad de Bienestar Social Bandhu trabaja para garantizar que las minorías sexuales y de género puedan acceder a servicios esenciales de atención médica.

Purnima, persona transgénero de 47 años, se ofreció como voluntaria para el programa apoyado por el UNFPA en 2022 y buscó a miembros de la comunidad transgénero en el campamento de refugiados de Kutupalong para que proporcionaran asesoramiento, orientación directa hacia la asistencia médica, coordinaran la atención de salud sexual y reproductiva y ofrecieran asistencia jurídica.

"Acepta quién eres, defiende lo que crees y marca una diferencia en las vidas de los demás, independientemente de los desafíos que puedas enfrentar", recomendó Purnima.

Una mujer transgénero enciende una vela contra un telón de fondo de árboles en la noche.
Tshering Tshoki lleva vestimenta tradicional bhutanesa y una cinta roja para conmemorar la noche del Día Mundial del SIDA en 2023. © UNFPA Bhután

Acompañar a otros hacia el cuidado en Bhután

“Fue el renacimiento de Tshering Tshoki.” Así es como la defensora de los derechos LGBTQIA+ y trabajadora de alcance de Pride Bhutan describió su viaje hacia la plena aceptación de su identidad de género.

La Sra. Tshoki siempre supo que era una mujer trans, pero retrasó la transición debido en parte a la presión social. La discriminación también la llevó a abandonar la escuela: su punto de ruptura llegó después de que sus compañeros de clase la atraparan en un baño y le rociaran agua. Cuando los funcionarios de la escuela se hicieron de la vista gorda, la Sra. Tshoki se marchó.

"La educación es la clave para liberar el potencial, y cada persona transgénero merece el derecho a acceder a ella sin temor a la discriminación", planteó la Sra. Tshoki. “Es esencial asegurar que las personas transgénero tengan igualdad de oportunidades en la educación, a fin de construir una sociedad más inclusiva y equitativa”.

En Bután, a pesar de los recientes avances hacia la igualdad para las personas LGBTQIA+, ya que las relaciones homosexuales fueron despenalizadas en 2021, los prejuicios siguen siendo una barrera significativa para la salud, la felicidad, la educación y las oportunidades para las minorías sexuales y de género del país. Recientemente, una encuesta a pequeña escala reveló que cuatro de cada cinco personas LGBTQIA+ habían experimentado discriminación, y que casi todas sintieron que su identidad seguía siendo un tema tabú.

Este estigma también afectó a la Sra. Tshoki, cuya familia inicialmente se opuso a su decisión de hacer la transición. Sin embargo, el apoyo de las mujeres transexuales en el extranjero la ayudó a abrazar con orgullo su identidad, y pronto su madre dio señales de su propia aceptación al regalar a su hija aretes de oro y un rachu (una pieza de tela que se llevan en el hombro izquierdo, que usan las mujeres en Bután).

“Aceptar a su hijo LGBT no supone comprender su recorrido, sino más bien amarlo incondicionalmente, tal como es”, puntualizó la Sra. Tshoki al conversar con el UNFPA.

Hoy en día, la Sra. Tshoki es líder en la comunidad de mujeres transgénero del país. Su trabajo se centra en ayudar a sus miembros a lograr una buena salud: “voy con ellos para chequeos y también veo si sufren violencia y los refiero [para apoyo]”, dijo en una entrevista con Queer Voices de Bután.

El UNFPA ayuda a conectar a las personas LGBTQIA+ en Bhután con atención e información de salud sexual y reproductiva sensible, así como servicios de respuesta a la violencia de género. El organismo también ha colaborado con el gobierno de Bután para actualizar la Política Nacional de Igualdad de Género del país para que cubra temas de especial urgencia para las minorías sexuales y de género.

“Me metí en este trabajo para hacer que la gente entienda que las mujeres trans son mujeres”, agregó Tshoki. “Se merecen toda la protección destinada a mujeres y niñas”.

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