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Grupos que ya eran vulnerables al VIH enfrentan un aumento del riesgo durante la pandemia de COVID-19
- 01 Diciembre 2020
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NACIONES UNIDAS, Nueva York – Los grupos marginados con alta vulnerabilidad a la infección por el VIH (comúnmente denominados “poblaciones clave”) enfrentan riesgos significativamente mayores durante la pandemia de COVID-19, aseguran los expertos.
El año pasado, las poblaciones clave (que comprenden hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, personas transgénero, trabajadores sexuales y personas que se inyectan drogas) y sus parejas sexuales representaron el 62 % de todas las nuevas infecciones por el VIH en adultos. No obstante, los programas dirigidos a poblaciones clave reciben apenas alrededor del 2 % de la financiación destinada al VIH, según un reciente informe de Aidsfonds.
Esta situación podría empeorar a medida que se propague el virus COVID-19 y los recursos se desvíen de los programas dedicados a la atención del VIH.
“Aunque los dos virus difieren de muchas maneras, los paralelos entre ambos reflejan las vulnerabilidades que estos explotan, al pasar más fácilmente a los grupos marginados sin acceso a servicios, información o equipo de protección”, señaló la Directora Ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem, en su declaración en ocasión del Día Mundial del Sida.
Las poblaciones clave también se han visto desproporcionadamente afectadas por las consecuencias más amplias de la pandemia: la información preliminar de una evaluación del UNFPA en la región de África oriental y meridional reveló que los trabajadores sexuales, que ya sufren tasas muy altas de prevalencia del VIH, están sufriendo pérdidas económicas, con aumento del riesgo de violencia y reducción del acceso a servicios de prevención y tratamiento del VIH.
"Los trabajadores sexuales quedan indefensos si pierden ingresos", explicó al UNFPA un defensor de los derechos de los trabajadores sexuales en Uganda.
La pandemia de COVID-19 se agrega a la pandemia del VIH, que ha venido afectando vidas durante décadas, y que sigue siendo una profunda amenaza para la vida, la salud y el bienestar en todo el mundo, y en particular entre los grupos marginados. En 2019, unos 1,7 millones de personas contrajeron el VIH y 690.000 murieron a causa de enfermedades relacionadas con el Sida, según cifras recientes del ONUSIDA.
Mientras tanto, los cierres, toques de queda y otras restricciones relacionadas con la COVID-19 están causando graves pérdidas de ingresos para los trabajadores sexuales. "La COVID-19 fue una sorpresa para todos, pero en especial para los trabajadores sexuales, ya que la mayoría vive de sus ingresos diarios", indicó un defensor de Eswatini.
Sin embargo, debido a que su trabajo es altamente estigmatizado, informal y hasta criminalizado en muchos lugares, los trabajadores sexuales informan que a menudo se les excluye de los planes de protección social y otros esfuerzos de ayuda.
Algunos informaron que ha disminuido su capacidad para abogar por prácticas sexuales más seguras.
"Las trabajadoras sexuales no han podido negociar condiciones para el sexo porque temen perder clientes, y han tenido relaciones sexuales sin condones solo para poder ganar dinero", admitió una participante de la evaluación.
Del mismo modo, muchos se han hecho crecientemente vulnerables a la violencia y la discriminación.
"El acoso policial... aumentó debido a que la mayoría de los agentes de policía conoce a los trabajadores sexuales y donde se alojan. Los siguieron a sus lugares de alojamiento y les exigieron dinero o sexo", se lamentó otra participante del estudio.
Incluso se les ha culpado de difundir la COVID-19.
“Se han hecho comentarios tales como: 'No nos traigas tu coronavirus', cuando las trabajadoras sexuales han tenido que visitar clínicas", dijo una encuestada de la evaluación de Sudáfrica.
También se han interrumpido los servicios vitales de salud, incluso los servicios comunitarios de prevención del VIH y los servicios de tratamiento. En algunos lugares se ha atacado o estigmatizado incluso a personas que prestan servicios para el VIH a poblaciones clave.
“Comenzamos las actividades de extensión”, relató un defensor. "Pretendíamos ir a donde viven las trabajadoras sexuales, pero llegó la policía y golpeó a los educadores de pares”.
Todas las personas merecen tener acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de la más alta calidad disponible, incluida la prevención y el tratamiento del VIH. El UNFPA está colaborando con asociados de todo el mundo para llegar a todas las poblaciones clave con información y servicios vitales.
En Indonesia, por ejemplo, el UNFPA se está asociando con una red nacional de trabajadores sexuales para evaluar su acceso a pruebas y tratamiento del VIH.
En Europa oriental y Asia central, una línea directa regional ofrece información y servicios a las personas que viven con el VIH y a las poblaciones clave afectadas por la COVID-19.
En tanto que, en Guatemala, el UNFPA brinda apoyo a OTRANS, una organización de promoción transgénero, a fin de que llegue a poblaciones clave con información y atención.
Aun así, queda mucho por hacer.
"Debemos demoler el estigma, la discriminación y la marginación que enfrentan las poblaciones clave en la batalla contra el VIH", enfatizó la Dra. Kanem. "Tienen derecho a protegerse y cuidarse en pie de igualdad con todas las demás personas".