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Asociación con parteras tradicionales para llegar a las mujeres afrodescendientes e indígenas en Colombia
- 06 Julio 2021
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BOGOTÁ, COLOMBIA – “Colombia es un país multicolor, con costumbres, prácticas y celebraciones variadas... Dentro de ese nivel de inclusión debemos agregar la partería tradicional”, indicó Ledy Manuela Mosquera Moreno, enfermera y Directora Ejecutiva de la Asociación de la Red Interétnica de Profesionales de Partería del Departamento del Chocó.
Esos esfuerzos son importantes en las comunidades afrodescendientes e indígenas. La tasa de mortalidad materna en Colombia se ha venido reduciendo durante años, pero muchos de estos avances no han sido sentidos en las comunidades afrocolombianas e indígenas, donde las tasas de mortalidad materna son dos o cuatro veces más altas, según el Ministerio de Salud; esta situación ha empeorado con la pandemia de COVID-19.
Hay muchos obstáculos para acceder a una atención de salud materna de alta calidad en estas comunidades, tale como una geografía difícil, la marginación económica, la limitada presencia de instituciones y servicios de salud capaces de cubrir las necesidades de la población, así como el miedo a las cesáreas, la vergüenza de buscar ayuda fuera de la comunidad y los desafíos lingüísticos. Aquí es donde las asistentes de parto tradicionales y las parteras tradicionales pueden hacer sus aportes.
“La partería va más allá de ayudar con un parto”, explica la Sra. Mosquera, cuya organización trabaja con el UNFPA en el proyecto Partera Vital, que dota a las parteras tradicionales y a las y los trabajadores sanitarios comunitarios de competencias e instrumentos modernos. “Está asesorando, acompañando y guiando a las mujeres, las familias y las comunidades en todos los asuntos relativos a la salud sexual y reproductiva”.
El UNFPA también está trabajando con parteras tradicionales en la Estrategia Interinstitucional para la Reducción de la Mortalidad Materna en Poblaciones Indígenas, como parte del Plan de acción mundial a favor de una vida sana y bienestar para todos, también conocido como GAP, por su sigla en inglés.
GAP es una colaboración con otros tres organismos de las Naciones Unidas, el Ministerio de Salud y las autoridades locales. Mediante esta asociación, la Organización Panamericana de la Salud está colaborando con los sistemas de salud para mejorar los sistemas de salud en general y los sistemas de salud materna en particular; el UNICEF está movilizando recursos para mejorar las normas de capacitación de los equipos de salud y los profesionales tradicionales; y el Programa Mundial de Alimentos está trabajando para fortalecer la seguridad alimentaria y nutricional en las comunidades remotas. La contribución del UNFPA consiste en formar a las y los trabajadores comunitarios y a las asistentes de parto tradicionales en las comunidades indígenas arhuaca y wayú; también está ayudando a asegurar que los centros de salud y los profesionales respeten y apoyen las prácticas indígenas.
Este enfoque marcó la diferencia para María Cambar, que se mostró renuente a acudir a la cercana clínica de maternidad de Dusakawi, en el norte de Colombia, incluso mientras se encontraba en trabajo de parto activo. No obstante, Leyla Yadira González, trabajadora de salud comunitaria, le aseguró que sus tradiciones y perspectivas indígenas serían respetadas si aceptaba asistencia médica. La Sra. Cambar sintió que podía confiar en la Sra. González, que no sólo era enfermera entrenada en medicina occidental, sino también miembra de la comunidad honrada por ancianos de la sociedad matriarcal wayú como practicante tradicional.
La Sra. Cambar fue llevada en ambulancia a la clínica, donde contó con intérprete e incluso durmió en una cama similar a los "'chinchorros" (hamacas tejidas a mano) que usa en su casa. Allí dio a luz a un bebé sano.
Gracias al programa GAP, iniciado en 2015, estas colaboraciones entre los sistemas de salud y las comunidades indígenas se están ampliando en todo el norte de Colombia, y las otras asociaciones del UNFPA, con líderes indígenas como la Sra. Mosquera, también están logrando un impacto.
“¿Por qué es importante? Porque esto permitió y sigue permitiendo un vínculo entre el conocimiento ancestral y todas las acciones que de una u otra manera se articulan en el seno de los servicios de salud”, plantea la Sra. Mosquera, quien da mucho crédito a los propios miembros de la comunidad, que están trabajando arduamente para cerrar lagunas, como “la partera que se considera formada desde la perspectiva ancestral, pero con las competencias y técnicas necesarias para ayudar adecuadamente en un parto”.