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Atención materna de emergencia y apoyo psicosocial para las mujeres y niñas afectadas por las inundaciones en Afganistán

Un grupo de mujeres y niños conversan en el exterior sobre un suelo rocoso
La partera Habiba Danish y los miembros del equipo sanitario móvil hablan con mujeres y niñas afectadas por las inundaciones en el norte de Afganistán. © ORCD Afganistán
  • 29 de mayo de 2024

PROVINCIA DE BAGHLAN, Afganistán- «Las mujeres estaban en estado de shock. Han perdido sus casas, han perdido a miembros de su familia».

La partera Habiba Danish aún recuerda vívidamente las imágenes de la destrucción causada por las masivas inundaciones que han afectado a más de 60.000 personas en el norte de Afganistán en lo que va de mes. «Tuvimos que caminar durante siete horas y pasar la noche en el camino para llegar a la aldea de Pushta Kaja, porque las carreteras estaban intransitables», comentó la Sra. Danish al UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva.

Pero lo que más le impresionó fue el sufrimiento que presenció entre las mujeres a las que atendió. Al llegar a la aldea, el equipo encontró a una mujer de 25 años embarazada de cuatro meses que estaba muy angustiada.

«Su casa había sido destruida, lo que ponía a su familia en una situación desesperada», recuerda la Sra. Danish. «Tras examinarla y administrarle algunos medicamentos recetados por el médico de nuestro equipo, le aconsejé que acudiera a un centro sanitario bien equipado para que le hicieran una ecografía».

Dos trabajadoras sanitarias sentadas en una tienda de campaña con dos mujeres y un niño
La partera Roqia Saberi trabaja en el equipo sanitario móvil del distrito de Baghlani Markazi, donde el único centro sanitario local quedó destruido. © ORCD Afganistán

La Sra. Danish forma parte de un equipo sanitario móvil apoyado por el UNFPA que se desplegó de inmediato en la provincia de Baghlan para prestar servicios de salud materna y apoyo psicosocial las 24 horas del día a las personas atrapadas por la crisis climática.

Hay 216 de estos equipos operando en todo Afganistán, proporcionando lo que a veces son los únicos servicios de atención sanitaria disponibles para la población de zonas rurales y de difícil acceso. Cuatro de estos equipos están trabajando actualmente para responder a las inundaciones en Baghlan y están compuestos por una partera, un médico, una enfermera, un vacunador y un farmacéutico.

Un perjuicio para la salud física y mental

En las semanas siguientes, la Sra. Danish atendió a muchas otras mujeres que no sólo necesitaban atención sanitaria materna, sino también apoyo en materia de salud mental. «Las mujeres estaban en estado de shock. Han perdido sus casas, han perdido a miembros de su familia».

La última crisis ha agravado las dificultades de la comunidad local. Los distritos más afectados son Baghlani Jadid y Burka, en la provincia de Baghlan, donde se ha registrado alrededor del 80% de las muertes. Más de 3.000 viviendas han quedado también destruidas o dañadas en la provincia, dejando a miles de familias desplazadas y expuestas a nuevos riesgos.

«Las mujeres son especialmente vulnerables; sufren angustia mental y tienen dificultades para concentrarse, lo que pone de relieve la urgencia de prestarles servicios sanitarios críticos», declaró la Sra. Danish.

«Los equipos de salud materna están sobre el terreno para ofrecer asesoramiento y ayudar a las mujeres a superar el shock, la ansiedad y la depresión. Es crucial que estemos a su lado en estos momentos».

Los equipos también han desempeñado un papel decisivo a la hora de facilitar, con el apoyo del UNFPA, sesiones de educación sanitaria y asesoramiento a mujeres y niñas tras las inundaciones. Estas sesiones abarcan temas que van desde la importancia de la atención prenatal y posnatal hasta el apoyo psicosocial a las supervivientes.

En primera línea de la crisis climática

Debido a la dispersión de la población y a los daños causados en terrenos y carreteras ya de por sí accidentados, llegar hasta las personas que necesitan ayuda ha sido todo un reto. Roqia Saberi, una partera de otro equipo sanitario móvil, explicó que como el centro sanitario local de la aldea de Shaikh Jalal, en el distrito de Baghlani Markazi, quedó totalmente destruido, muchas personas no tenían dónde acudir en busca de ayuda. Ahí es donde intervino el equipo de salud materna.

En su primer día sobre el terreno, la Sra. Saberi atendió a más de 20 mujeres.

«Nueve de ellas necesitaban atención prenatal; dos estaban en el último trimestre de embarazo y ambas estaban en shock y asustadas», declaró al UNFPA. «Les proporcioné kits de parto limpio y les aconsejé que buscaran más ayuda en un centro bien equipado».

Además de desplegar equipos sanitarios móviles, el UNFPA está trabajando con asociados locales para distribuir kits de higiene femenina, que contienen artículos esenciales como jabón, ropa interior, toallas menstruales y otros artículos como una linterna para caminar por zonas peligrosas y sin iluminación. También se han proporcionado sábanas de lona y mantas para garantizar la protección de las mujeres y las niñas durante las inclemencias del tiempo, así como para su intimidad y cobijo en entornos de desplazamiento.

Los equipos están dirigidos por la Organización para la Investigación y el Desarrollo Comunitario de Afganistán y ofrecen asistencia ininterrumpida para satisfacer las necesidades sanitarias inmediatas de mujeres y niñas. Con el apoyo financiero del Gobierno de Australia, estos trabajadores sanitarios de primera línea pudieron pasar rápidamente del trabajo de crisis prolongada a la respuesta de emergencia, salvando vidas y dando esperanza a miles de personas en medio de la devastación.

 

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