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Aumento del acceso a los programas de salud sexual y reproductiva y VIH para las comunidades de géneros diversos en Bangladesh
- 08 Junio 2021
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COX'S BAZAR/DHAKA, Bangladesh – ”Nunca he sido amado ni respetado por nadie en mi vida excepto por mi madre en mis primeros años”, admitió Shohan Hijra, una mujer transgénero que vive en Dhaka y que abandonó su familia cuando tenía 11 años.
Su experiencia no es excepcional en este país donde, a pesar del hecho de que las personas transgénero (conocidas localmente como “hijra”) están legalmente reconocidas como “tercer género”, la discriminación, el acoso y la violencia son desenfrenadas. Una persona mostró al UNFPA un corte en la mano que le hicieron lugareños; a otra persona le habían cortado el pelo. El estigma contra las personas que viven con el VIH y el SIDA y las poblaciones de mayor riesgo plantea una barrera para acceder a los servicios de salud, especialmente para la comunidad transgénero y con diversidad de género.
En los últimos años el UNFPA ha trabajado para garantizar la salud y los derechos sexuales y reproductivos de esas poblaciones en este país, que es en gran medida conservador. Como ejemplo, en la ciudad costera Cox’s Bazar, en el sudeste, el organismo, que alberga a más de 1 millón de refugiados rohinyá que viven junto a las comunidades de acogida de Bangladesh, implementó un programa que integró la prevención y el tratamiento del VIH y derechos en materia de salud sexual y reproductiva a través de un centro de bienestar en asociación con la Sociedad de Bienestar Social de Bandhu con financiación de Global Affairs of Canada.
Los servicios de extensión del centro, entre ellos los de promoción, pruebas y tratamiento del VIH y las infecciones de transmisión sexual, la promoción del uso de preservativos, la respuesta a la violencia de género y el apoyo psicosocial, beneficiaron a más de 2.500 personas transgénero y otras personas con diversidad de género en 2020. A dos personas se les diagnosticó positivo para el VIH y actualmente están recibiendo tratamiento.
El programa también abordó la COVID-19 mediante una campaña masiva de sensibilización, la instalación de estaciones de lavado de manos y la distribución de máscaras de tela después de capacitar a 20 participantes transgénero y con diversidad de género para que las cosan, así como la donación de máquinas de coser a grupos locales.
Para una comunidad que vive en el ostracismo y que a menudo subsiste de manera precaria, un desastre natural puede aumentar los desafíos de la vida diaria. Después de las inundaciones monzónicas del verano pasado en el norte de Bangladesh, grupos de personas transgénero fueron desplazadas y quedaron dispersas, sin cabida en refugios que las rechazaban. La COVID-19 restringió los espacios en que se ganaban la vida, por lo que no pudieron adquirir artículos esenciales. Como parte de las actividades de socorro, el UNFPA distribuyó 5.900 kits de higiene femenina con elementos esenciales para las mujeres y las personas transgénero en tres distritos afectados por las inundaciones, la primera vez se diseñaron específicamente kits de higiene femenina para cubrir las necesidades del tercer género. Kajli, una mujer transgénero que no tenía ingreso ni lugar apropiado para vivir debido a las inundaciones, recibió un kit de dignidad personalizado. “Mi única esperanza es que intervenciones como esta cambien la manera en que la sociedad piensa, y contribuyan a incluirnos como parte de la normalidad”, dijo con esperanza.
Este año, el UNFPA y Bandhu iniciaron un programa de amplio alcance, financiado por el ONUSIDA, dirigido a 1.300 jóvenes transgénero y con diversidad de género en las ciudades de Dhaka, Sylhet, Khulna, Chittagong y Mymensingh, que además de la autoprueba del VIH, se centra en el tratamiento, la atención y el apoyo a las personas que viven con el VIH, la educación y la sensibilización, y el acceso a la información y los servicios. Antes del proyecto, las personas del tercer género sólo podían ser examinadas en un hospital del gobierno después de ser remitidas por un centro de servicios. Ahora pueden hacerse la prueba en el propio centro; las pruebas positivas son remitidas al hospital para tratamiento, y el programa tratará de hacer seguimiento a sus parejas para examinarlas también.
Shohan, un participante del programa de 21 años, ha encontrado aceptación en un grupo de otras personas transgénero y con diversidad de género. También ha encontrado pareja: “En medio de la frustración, Arif entró en mi vida con amor y afecto. No conozco el destino de esta relación, pero por ahora estoy muy feliz”.