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El catastrófico ciclón Idai deja vulnerables a las embarazadas en tres países
- 25 de marzo de 2019
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MATUNDO, Mozambique/LILONGWE, Malawi – El 14 de Marzo, el ciclón tropical Idai recaló en Mozambique; después cruzó la frontera con Zimbabwe y dejó un amplio camino de destrucción en África oriental. Para cuando la tormenta tocó tierra, distintas comunidades en Malawi y Mozambique ya estaban sufriendo por días de devastadoras lluvias e inundaciones. Los socios humanitarios han descrito el daño como "masivo y estremecedor".
Hay centenares de muertos o desaparecidos en cada uno de los tres países afectados. En total, más de un millón de personas han sido afectadas. Junto con los asociados de las Naciones Unidas, el UNFPA realizó una misión de evaluación, y está trabajando para desplegar rápidamente servicios y suministros de salud reproductiva de emergencia.
Hay una crítica necesidad de estos servicios.
En Matundo, Mozambique, Tina Patissone, de 30 años, estaba en las últimas etapas del embarazo cuando la inundación anegó su casa justo antes de la medianoche del 15 de marzo. Ella y sus cuatro hijos evacuaron, desafiando el rugir de los vientos, para buscar refugio en una escuela local.
En cuestión de horas empezó a sentir las primeras contracciones, pero nadie en el refugio podía llamar a una ambulancia, porque las redes móviles se habían caído.
Hicieron lo mejor ante las circunstancias: lograron que una moto taxi la llevara al Centro Sanitario de Matundo. Allí, dio a luz rápidamente una niña sana.
El impacto de la tormenta ha sido catastrófico. Las inundaciones y los deslizamientos de tierra han arrasado viviendas, centros sanitarios, puentes y escuelas.
En Malawi, las inundaciones correspondientes a la temporada de lluvias ya habían llevado al presidente a declarar un estado de desastre a principios de mes. En respuesta a esto, el UNFPA hizo acopio previo de suministros de emergencia para apoyar a las comunidades afectadas. La situación humanitaria se agravó enormemente cuando el sistema de la tormenta Idai destrozó el país. Se estima que casi medio millón de mujeres —incluidas más de 20 000 embarazadas— han sido afectadas.
En Zimbabwe, las persistentes lluvias siguieron después de pasado el ciclón, ralentizando de ese modo el acceso a las zonas más afectadas y agravando el daño. Decenas de miles de personas han sido afectadas. El presidente ha declarado dos días de duelo nacional.
En Mozambique, el número oficial de muertos es de más de 400, y se espera que aumente. Más de 600 000 personas están afectadas, incluidas 74 000 mujeres embarazadas.
El UNFPA está colaborando con organizaciones asociadas y con los gobiernos para proporcionar ayuda urgente en forma de servicios y suministros sanitarios. Solo en Mozambique, el UNFPA está ayudando a apoyar 19 clínicas móviles en zonas de difícil acceso, y proporcionando un número suficiente de botiquines de salud reproductiva para satisfacer las necesidades de más de 300 000 personas.
El UNFPA también está distribuyendo kits de higiene femenina que contienen suministros esenciales de higiene, incluso jabón, pasta de dientes, ropa interior, jabón de lavar, toallas sanitarias y un silbato de seguridad.
En muchas zonas, los residentes están hacinados en refugios improvisados, con mala iluminación y poca o ninguna separación entre las familias. Estas condiciones pueden aumentar la vulnerabilidad de los habitantes al asalto. El UNFPA está trabajando para prevenir la violencia basada en el género y proporcionar servicios a las sobrevivientes de la violencia.
En Mozambique, el UNFPA está ayudando a proporcionar 10 espacios seguros adecuados para mujeres a fin de apoyar el manejo de casos de sobrevivientes de la violencia. En Malawi, por su parte, el UNFPA está colaborando con organizaciones no gubernamentales asociadas en la distribución de información sobre la violencia basada en el género, los derechos humanos y servicios de apoyo para sobrevivientes.
En Matundo, la Sra. Patissone recibió un kit de higiene femenina con suministros para ayudarla en el posparto.
"Sería bueno que estos se entregaran no sólo en tiempos de crisis, sino también en los buenos tiempos", estimó. "Ser limpias y cuidar de sí mismas es importante para las mujeres, y más aún para un bebé recién nacido".
Después de dar a luz a la bebé, la Sra. Patissone se dio cuenta de que su casa había sido destruida.
Ella y su familia se alojan ahora con amigos, pero les preocupa abusar de la amabilidad de sus anfitriones.
Tienen la esperanza de conseguir una carpa y comenzar a reconstruir su casa, de manera ideal en una zona menos propensa a las inundaciones, afirmó su esposo, Antonio Nestala Ntundo.