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“El trauma de la guerra los atormenta a todos”: apoyo psicosocial a los refugiados ucranianos

La psicóloga Natalia Gandrabur consuela a Olga, que huyó de Odessa, Ucrania, y se aloja en un centro de colocación de refugiados en Chişinău, en la República de Moldova. Los psicólogos de las clínicas de salud adaptadas a las necesidades de los jóvenes apoyadas por el UNFPA están prestando apoyo psicosocial a quienes lo necesiten. © UNFPA/Siegfried Modola
  • 25 de marzo de 2022

CHIŞINĂU, República de Moldova – Hace unos días, la psicóloga Natalia Gandrabur no estaba en su lugar de trabajo habitual en la capital, una clínica de salud adaptada a las necesidades de los jóvenes que es parte de una red de 41 clínicas de este tipo apoyadas por el UNFPA en todo el país que proporcionan apoyo psicosocial entre otros servicios, sino que visitaba dos centros de colocación que se han establecido en un antiguo cine y en un dormitorio universitario para recibir a refugiados que han llegado desde Ucrania después que se iniciara la invasión rusa, hace un mes. 

“Sufren temores y ansiedad. Algunos lloran, otros no pueden dormir, y algunos más reaccionan de manera enfermiza a los ruidos, en especial los niños. El trauma de la guerra los atormenta a todos”, señaló la Dra. Gandrabur. “Se preguntan, '¿por qué nos ocurre esto a nosotros?', '¿qué hemos hecho mal?' y '¿podremos volver a casa?'; no saben a dónde ir, o si pasar a otro país o quedarse aquí”.

Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, más de 3,6 millones de personas han huido de Ucrania desde el 24 de febrero. Más de 370.000 personas han llegado a la República de Moldova, según el Ministerio del Interior, de las que se han quedado unas 100.000 mientras otras se han trasladado a Rumania y otros países. El UNFPA ha proporcionado material informativo y 2.000 kits  de higiene con artículos esenciales como jabón antibacteriano, pasta dental, detergente para ropa, productos menstruales y mascarillas a seis clínicas adaptadas a las necesidades de los jóvenes en Chişinău, que los están entregando a mujeres en los centros de refugiados.  

familia en la mesa
La Dra. Gandrabur con Nadia, quien huyó de Ucrania con Zlatoslava, su hija de 7 años, y Yaroslav, su hijo de 12 años. La familia permanece en un centro de colocación de refugiados en la capital. © UNFPA/Siegfried Modola

La Dra. Gandrabur, que llevaba un chaleco verde del UNFPA y de Youth Clinic sobre su bata color ciruela, habló con Nadia mientras sus dos hijos moldeaban arcilla de colores en un centro, y con Olga, que se refugia con su hijo de 10 años en otro centro. “Las esposas y madres cruzaron la frontera solas, y albergan temores por sus maridos que se quedaron y por cómo arreglárselas solas”, señaló la Dra. Gandrabur, una de las 45 psicólogas y trabajadores sociales que se reúnen con las y los refugiados. “El niño de 10 años está traumatizado", agrega. "No interactúa con niños de su edad y, a veces, ni siquiera con su madre. Cuando ella llora, él empeora”.

El apoyo “amable y atento” ha sido reconfortante para Olga. “Los consejos de la doctora nos ayudan a salir del estado de miedo e impotencia”, recalcó.  
En los casos que necesitan más apoyo, la Dra. Gandrabur alienta a los refugiados a que vengan a las clínicas, que también ofrecen consultas con ginecólogos, dermatólogos y urólogos. Los refugiados también están buscando información logística como dónde conseguir un pasaporte y cómo ayudar a los familiares que aún están en la frontera a buscar un lugar seguro. 

“Vinieron con la esperanza de que todo esto terminaría y recuperarían sus vidas”, dijo la Dra. Gandrabur; “hoy entienden que el fin no está cerca”. 

 

 

 

 

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