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El UNFPA apoya la intensificación de los esfuerzos para prevenir los embarazos de adolescentes en Zimbabwe

Una mujer usa un micrófono en un podio.
Olivia Nyangasi comparte su historia en la presentación de la campaña “No en mi pueblo”. © UNFPA ZIMBABWE
  • 16 Octubre 2024

HARARE, Zimbabwe – “Tuve relaciones sexuales pensando que él me amaba, pero cuando quedé embarazada, vi de él un lado muy inesperado”, se lamentó Olivia Nyangasi, de 20 años, al hablar con el UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que tiene a su cargo los asuntos de salud sexual y reproductiva.

A la Sra. Nyangasi nunca la habían enseñado a practicar el sexo seguro. A los 17 años quedó embarazada; pero su novio negó toda responsabilidad; incluso trató de obligarla a hacerse un aborto.

En los países de ingresos bajos y medianos de todo el mundo, las adolescentes de 15 a 19 años experimentan 21 millones de embarazos al año, según una investigación realizada en 2019 por el Instituto Guttmacher. Casi la mitad no son intencionales, y casi 6 millones terminan en aborto, muchos de los cuales no se realizan de manera segura.

El embarazo y el parto se encuentran entre los principales factores de muerte prevenible en el mundo para las adolescentes. Y en Zimbabwe, las niñas que quedan embarazadas inesperadamente a menudo se ven presionadas a casarse, incluso cuando son niñas.

La Sra. Nyangasi fue obligada por su madre y parientes a irse a vivir con su novio, quien la sometió a una horrible violencia y abuso sexuales y emocionales. Después de un tiempo, ella huyó a las montañas y permaneció allí dos semanas, sobreviviendo con raciones de comida que su amiga le llevaba.

Consciente de que necesitaba una solución más sostenible, la Sra. Nyangasi pidió ayuda al Departamento de Bienestar Social de su localidad, que la remitió a un espacio seguro apoyado por el UNFPA. “[Ellos] pudieron proporcionarme comida y refugio temporal y negociar con mis padres para llevarme de vuelta a casa”, relató.

Promoción comunitaria

Un grupo de artistas con carteles que abogan por poner fin al embarazo adolescente.
Un grupo de entretenimiento local difundió información sobre la prevención de embarazos adolescentes en el acto de presentación de la campaña “No en mi aldea”. © UNFPA ZIMBABWE

Desde 1988, Musasa (la organización no gubernamental que brindó apoyo a la Sra. Nyangasi) ha estado proporcionando refugio seguro, servicios médicos y legales, así como asesoramiento psicosocial a sobrevivientes de violencia de género.

Como relató en 2022 el hermano de una sobreviviente: “Musasa ayudó a llevar [a mi hermana] al hospital para recibir atención médica, luego a la policía para denunciar el caso; se redactaron documentos de protección y la visitan constantemente para comprobar que esté bien.

“El perpetrador solía amenazar [a mi hermana] de que si ella no regresaba, él vendría por ella, pero como concedieron la orden de protección, nunca volvimos a oír de él”.

Musasa también ofrece a las mujeres y niñas acceso a la planificación familiar, un servicio crítico en Zimbabwe, donde las tasas de embarazos adolescentes han aumentado desde 2016, debido en parte a la pandemia de COVID-19.

“El embarazo en la adolescencia se ha convertido en un grave problema de desarrollo en Zimbabwe”, explicó Miranda Tabifor, representante del UNFPA en Zimbabwe. “Es desgarrador que sigamos perdiendo tantas niñas jóvenes como resultado de embarazos adolescentes”.

Uno de los medios más eficaces para prevenir embarazos no planificados es a través de anticonceptivos. Sin embargo, menos de la mitad de las niñas sexualmente activas casadas de 15 a 19 años y menos de cuatro de cada diez de sus contrapartes solteras están utilizando anticonceptivos modernos, según una investigación del UNFPA .

“Los padres dejan las discusiones sobre sexualidad en manos de las lecciones de ciencia o biología. No quieren hablar de ello en casa”, indicó al UNFPA un educador de sexualidad integral de 33 años en Zimbabwe. “Esto significa que las niñas no hablan abiertamente de sus actividades sexuales hasta que están embarazadas”.

Cambiar las normas para cambiar el mundo

La Sra. Nyangasi se reunió con su familia. “Pero incluso después de regresar a casa, la vida siguió siendo muy difícil”, dijo.

Las normas sociales y de género en todo el mundo proyectan el estigma en las sobrevivientes de la violencia de género, las adolescentes embarazadas y las madres solteras. También alimentan el abuso y perpetúan problemas como los embarazos no planificados y el matrimonio infantil.

Para hacer frente a estos desafíos es necesario cambiar esas normas y creencias, un objetivo sobre el cual el Gobierno de Zimbabwe está trabajando de manera conjunta con el UNFPA a través de la campaña “No en mi aldea”.

La campaña, dirigida por adolescentes y jóvenes y guiada por líderes comunitarios, tiene por objeto concienciar, especialmente entre las niñas, sobre los efectos del embarazo en la adolescencia, e impulsar la demanda y el conocimiento de los servicios de salud sexual y reproductiva.

“Hasta ahora, la campaña ha llevado a 26 jefes de siete distritos a elaborar reglamentos que articulen acciones individuales, familiares y comunitarias conjuntas para reducir el embarazo en la adolescencia y los matrimonios infantiles”, afirmó Benessing Nyagumbo, especialista en salud sexual y reproductiva del UNFPA.

“Los Estatutos buscan salvaguardar a las niñas sin socavar sus derechos para que completen la escuela y alcancen todo su potencial en la vida”.

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