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Empoderar a las parteras e invertir en ellas podría salvar millones de vidas cada año

Midwives in Morocco, like Amina Al Ammari, played a critical role in responding to the pandemic while also tending to pregnant women, new mothers and newborns. © UNFPA Morocco
  • 04 de mayo de 2022

NACIONES UNIDAS, Nueva York – “Mi bisabuela era partera”, adelantó Erika Martínez, de 23 años. “También fue una de mis mayores inspiradoras”.

La Sra. Martínez es estudiante de partería en Tulancingo, México, y trabaja en una comunidad con escasos servicios. “Hay una casa de salud, pero no hay personal permanente”, explicó. “En mi comunidad hay muchos embarazos de jóvenes, y no hay personal de salud dedicado que pueda cuidar a las mujeres o a las adolescentes”.

Tres trabajadores de la salud trasladan a un paciente a una cama.
Parteras como Erika Martínez, a la derecha, están marcando la diferencia. © UNFPA México/Tomás Pineda

Esta escasez se debe en parte a una idea errónea generalizada de que la partería es una profesión anticuada, señaló. “He hablado con médicos y enfermeras que me han preguntado: ¿por qué estudiaste para ser partera? No veían que hubiera necesidad de parteras".

El jueves es el Día Internacional de la Partera, que nos sirve para reconocer las enormes contribuciones de las parteras a la atención sanitaria en todo el mundo. 

“No sólo sus manos capaces traen nueva vida al mundo, sino que son defensoras de la salud y los derechos sexuales y reproductivos, que proporcionan anticonceptivos de manera voluntaria y otros servicios esenciales, al tiempo que apoyan emocionalmente a las mujeres en edad fértil”, manifestó la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA, en su declaración de celebración.

Sin embargo, la continua falta de reconocimiento obstaculiza no sólo el éxito de las parteras, sino también la salud y el bienestar de sociedades enteras. “No lograremos una cobertura sanitaria universal sin ellas”, agregó la Dra. Kanem, “ni veremos materializadas nuestras aspiraciones de reducir las muertes maternas y neonatales, como se acordó en los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.

Las parteras: trabajo excesivo y mal reconocido

El informe sobre el Estado Mundial de la Partería 2021 determinó que invertir en el acceso universal a una atención de partería de calidad podría salvar, para 2035, 4,3 millones de vidas cada año mediante la prevención de las muertes maternas y neonatales y los mortinatos. 

El programa mundial de partería del UNFPA, ejecutado en colaboración con la Confederación Internacional de Parteras, funciona actualmente en más de 120 países y procura que las aptitudes de partería se adecuen a las normas internacionales.

Estos esfuerzos están logrando un impacto importante. En Zambia, por ejemplo, el número de nacimientos manejados por una asistente calificada se ha duplicado con creces entre 2002 y 2018, y no por coincidencia el índice de mortalidad materna ha descendido casi un 300 % en el mismo período. 

Sin embargo, hay que hacer mucho más para integrar la partería en los sistemas de salud, incluida la mejora de la condición de las parteras.

“Los sistemas de salud en casi todas partes tienen que hacer más para apoyar a las parteras y garantizar unas condiciones de trabajo respetuosas y decentes. En medio de una aguda escasez de parteras, muchas están sobrecargadas y son mal pagadas”, admitió la Dra. Kanem. 

Respuesta a la pandemia

Cuando las parteras están debidamente entrenadas y son apoyadas, sus contribuciones son innegables. 

Esto se hizo más claro que nunca al comienzo de la pandemia de COVID-19, indicó Faiza Benbaha, jefa de partería del Hospital Universitario de Marrakech, en Marruecos. “Los servicios de atención de COVID-19 comenzaron a ocupar más espacio en los centros de salud: se estaban llenando hasta las salas de parto y de emergencia… En ocasiones nos movilizaron por horas para atender a pacientes embarazadas, en especial casos de emergencia que sufrían fiebre y dificultades respiratorias debido a la enfermedad”. 

Por fortuna, la capacitación que ella y otras parteras habían recibido las ayudó a organizar su respuesta. “Tuvimos que seguir garantizando la seguridad de las madres y los recién nacidos al tiempo que manejábamos la epidemia”, explicó Rachida El Mahjoubi, jefa de partería del Hospital Mohamed V, en Tánger.

Pasos de avance en favor de la próxima generación

Las parteras de todo el mundo van dando pasos de avance en beneficio de las mujeres y los recién nacidos. 

“Hemos tenido altos índices de mortalidad materna en Bhután”, explicó Deki Pem, decana adjunta del Departamento de Enfermería y Partería de la Universidad de Ciencias Médicas de Khesar Gyalpo, de Bhután. “El gobierno tomó la iniciativa y priorizó la reducción de la mortalidad y morbilidad maternas porque muchas mujeres y niños estaban muriendo por causas prevenibles”. La Sra. Pem comenzó a trabajar con el UNFPA para adaptar los programas de capacitación de parteras al personal de salud local.

Una madre sonríe mientras sostiene a su bebé recién nacido.
Una madre sostiene a su recién nacido en una sala de maternidad con parteras. © UNFPA Bhután

“Queremos tener una partera en cada hospital o centro de salud”, aclaró. 

Hakima tiene 57 años y es partera del Hospital Universitario de Trípoli, en Libia, y explicó que las parteras están haciendo lo mismo en su país: mejorando sus aptitudes y salvando vidas a fin de llenar grandes lagunas en el sistema de salud.

Dos mujeres aprenden a usar herramientas médicas durante la formación en partería.
Parteras asisten a una sesión de capacitación en Libia. © UNFPA Libia

“Después de que estalló la guerra, el mayor desafío fue encontrar parteras y enfermeras capacitadas a medida que el personal extranjero abandonaba el país, dejando atrás un número y una capacidad insuficientes para cubrir las necesidades emergentes”, recordó.

Sin embargo, con la capacitación, las parteras están proporcionando servicios e información mucho más allá de lo que pudieran haberlo hecho antes. Además de atender las necesidades de salud de sus pacientes, están corrigiendo conceptos erróneos peligrosos, como la idea de que las mujeres y los recién nacidos no requieren asistentes calificadas durante y después del nacimiento, y la idea de que las mujeres y las niñas no deberían tener poder de decisión. También están pasando estas habilidades a las profesionales más jóvenes, que recién se integran al trabajo.

“Estos cursos de formación nos han ayudado a aprender mejores prácticas antes, durante y después del parto… Con mejores capacidades, no sólo estamos destruyendo mitos y logrando mejores resultados, sino que también entrenamos a la generación más joven de parteras y enfermeras que se inician en la profesión”. 

Pari Lotfipour, partera con más de 40 años de experiencia, asegura que se alegra mucho de su trabajo. Se ha convertido en modelo para las parteras más jóvenes, y su propia pasión por el trabajo no ha disminuido. “Como persona que comenzó la carrera con amor, todavía tengo suficiente amor para traer al mundo bebés por otros 20 años”, aseguró.

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