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En Georgia, un defensor del colectivo LGBTQIA+ hace accesibles la prevención del VIH y la atención sanitaria a todo el mundo

Beka Gabadadze, con jersey naranja y camisa blanca, habla delante de una pancarta azul del PNUD en la que se lee «Human Rights 4 All»
Beka Gabadadze lleva siendo defensor de la comunidad LGBTQIA+ de Georgia desde hace más de una década y teme que cualquier restricción de sus derechos haga que la gente vuelva a la clandestinidad. © PNUD/Nino Zedginidze
  • 18 Julio 2024

TIFLIS, Georgia - Como trabajador social de la comunidad LGBTQIA+ en Tiflis, la capital de Georgia, Beka Gabadadze aprendió rápidamente cómo la identidad y expresión de género de una persona puede afectar a todos los aspectos de su vida.

«No se trataba sólo de atención sanitaria: había problemas de vivienda, empleo, mucha violencia y otras cosas», declaró al UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva.

El Sr. Gabadadze comenzó su trayectoria profesional en 2013 con Tanadgoma, un asociado del UNFPA que proporciona información y asesoramiento sobre salud sexual y reproductiva para personas LGBTQIA+ y sensibiliza sobre los servicios de pruebas y prevención del VIH.

Georgia se considera un país con baja prevalencia del VIH y el sida ya que se calcula que, en 2023, solo el 0,3 por ciento de la población general adulta vivirá con el virus. Sin embargo, los datos son muy diferentes para los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, para quienes las tasas de prevalencia aumentaron del 7 por ciento en 2010 a un máximo de más del 25 por ciento en 2015. Para este grupo, Georgia tenía de hecho una de las tasas más altas de VIH de la región de Europa Oriental y Asia Central en ese momento.

No obstante, los datos solo cuentan una parte de la historia ya que dicho aumento también se debió al éxito de las campañas de sensibilización sobre la importancia de las pruebas y la atención sanitaria. En Tiflis, el número de hombres que tienen relaciones sexuales con hombres que se habían hecho la prueba y conocían su estado serológico con respecto al VIH aumentó de poco más del 15 por ciento en 2010 a más del 54 por ciento en 2018.

Tanadgoma, asociado del UNFPA desde hace tiempo, organiza derivaciones a clínicas especializadas en VIH e ITS y eventos para informar a las personas LGBTQIA+ sobre su salud y sus derechos sexuales y reproductivos. Asimismo, se han creado varios centros comunitarios en las tres ciudades más grandes del país (Batumi, Kutaisi y Tiflis), así como en ciudades más pequeñas como Telavi y Zugdidi.

En 2023, la prevalencia del VIH entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres habrá descendido a poco más del 15 por ciento, pero seguirá siendo 26 veces superior a la de la población general. Las actividades de defensa también han dado lugar a avances en las políticas ya que el Gobierno ha dado prioridad a la prevención de nuevas infecciones por el VIH entre las poblaciones clave y sus parejas sexuales y proporcionado servicios de pruebas gratuitas para todo el mundo. En 2017, Georgia también se convirtió en el primer país de la región de Europa Oriental y Asia Central en poner en marcha la profilaxis preexposición (PPrE) para hombres que tienen relaciones sexuales con hombres y personas transgénero.

Respuestas innovadoras a retos constantes

Pero aunque estos programas se han ampliado, el miedo a identificarse abiertamente como parte del colectivo LGBTQIA+ impide a muchas personas asistir a las sesiones informativas o solicitar pruebas y tratamiento del VIH; además, los centros comunitarios de Telavi y Zugdidi acabaron cerrándose debido a la reacción de la población local y a los elevados costes de mantenimiento de los servicios en esos lugares más remotos.

 Tres kits de prevención del VIH preparados por TEMIDA: cajas rosas con rayas rosas, blancas y azules en la parte inferior.
Temida ofrece «T-Packs», kits de prevención del VIH diseñados para miembros de la comunidad transgénero que pueden solicitarse en línea y de forma gratuita. © Temida.org.ge

Desde entonces, han surgido nuevas iniciativas en su lugar. Por ejemplo, un proyecto conjunto del UNFPA, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y Tanadgoma ofrece kits gratuitos de salud sexual que pueden pedirse por internet y de forma anónima. Las cajas incluyen pruebas rápidas del VIH, preservativos y orientación sobre prevención de ITS y servicios sanitarios. «Estamos adaptando nuestros recursos y las nuevas tecnologías a las necesidades de la comunidad», declaró el Sr. Gabadadze.

Los datos recientes de Georgia sugieren que los esfuerzos realizados a lo largo de los años han dado sus frutos ya que los grupos objetivo de las ciudades más grandes muestran mejoras significativas en el conocimiento sobre el VIH. En 2010, menos de una quinta parte de las personas encuestadas en Tiflis tenían información adecuada sobre el virus; sin embargo, en 2018, esa cifra casi se había duplicado alcanzando el 37 por ciento.

Derechos de salud sexual y reproductiva para todo el mundo

En 2019, el Sr. Gabadadze se unió a Temida, una organización de defensa de los derechos de las personas transgénero que también recibe apoyo del UNFPA. Las historias que escuchó de esa comunidad le impactaron: «Eran expulsados por sus familias, lo que limitaba la posibilidad en muchas ciudades incluso de usar el transporte público, porque podían sufrir acoso o cosas así».

En Georgia es legal la atención sanitaria para la reasignación de género, pero la igualdad de acceso a una atención médica adecuada para las personas transgénero sigue estando muy rezagada. El Sr. Gabadadze explicó que, cuando empezó a trabajar en Temeda, sólo había un endocrino en todo el país que ofreciera terapia hormonal; no obstante, el tratamiento era muy caro y no lo cubría ningún seguro, por lo que quedaba fuera del alcance de la mayoría.

Las personas que podían permitírselo tenían que tratar con médicos que no estaban familiarizados con la atención a pacientes transgénero, por lo que el Sr. Gabadadze y su equipo formaron al personal sanitario sobre las necesidades de la comunidad, la sensibilidad lingüística y la lucha contra estigmas y prejuicios.

«Al menos ahora hay tres clínicas que prestan ese servicio», comentó. «Cuando solo había un médico, los precios eran bastante altos. Pero ahora están empezando a bajar».

Beka Gabadadze mira a cámara
Como presidente de la organización comunitaria LGBTQIA+ Temida, apoyada por el UNFPA, Beka Gabadadze se dedica a hacer que la atención sanitaria sea igualitaria y accesible para todos. © UNFPA/Beka Gabadadze

Proteger los frágiles avances

No obstante, el Sr. Gabadadze es consciente de que aún queda mucho camino por delante y de que se puede retroceder lo avanzado. Las actitudes homofóbicas y transfóbicas siguen estando muy extendidas: una encuesta de opinión realizada en 2021 reveló que más del 60 por ciento de los encuestados se oponían al matrimonio entre personas del mismo sexo y al derecho de las personas LGBTQIA+ a adoptar. El Parlamento georgiano también está estudiando un proyecto de ley que prohibiría los matrimonios no heterosexuales y las reasignaciones de sexo jurídicas o quirúrgicas.

Al Sr. Gabadadze le preocupa que, si disminuye la financiación internacional o el apoyo gubernamental, las personas LGBTQIA+ se vean obligadas a volver a la clandestinidad para buscar atención sanitaria, con nuevas hormonas y tratamientos no probados que ya están apareciendo a través de canales no oficiales. En su lugar, instó a la comunidad a apoyarse en su experiencia para lo que pueda deparar el futuro.

«Pido a mi comunidad que esté preparada», afirmó. «Tendremos que trabajar de otra manera, eso es evidente, pero la resiliencia sigue ahí».

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