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Esperanza en medio de la desesperación: la lucha de una madre de Gaza para estar con su bebé

Dos mujeres sentadas con ropa oscura cargan cada una criatura en una colina con vistas a tiendas improvisadas entre los escombros de edificios destruidos.
La asistencia en efectivo es una cuerda de salvamento para las madres de Gaza, ya que les permite cubrir necesidades esenciales como el transporte y la atención sanitaria durante la guerra en curso. Crédito: UNFPA/Media Clinic
  • 03 Diciembre 2024

FRANJA DE GAZA, Territorio Palestino Ocupado – “Mi embarazo durante la guerra fue muy difícil”, afirmó Nadia*, de 28 años, al UNFPA, la agencia de la @ONU_es para la salud sexual y reproductiva. “Temía mucho por el bebé”.

Originaria del norte de Gaza, Nadia vive actualmente en Khan Yunis, en el sur, y ha sido desplazada varias veces. A medida que se intensificaba el conflicto en enero de 2024, la madre de cuatro hijos se encontró embarazada de nuevo.

“Temía miedo que algo le pasara por todo el estrés, y porque teníamos que seguir moviéndonos de un lugar a otro”.

Su esposo Rami* también es de Gaza, y había trabajado como obrero en Israel antes de la guerra. En noviembre de 2023, las fuerzas israelíes lo detuvieron en la cárcel durante 18 días, junto con muchos otros trabajadores de Gaza. El mundo de Nadia se sacudió.

El constante desplazamiento le dificultó recibir la atención médica que necesitaba. Aunque trató de someterse a los controles médicos en las clínicas administradas por el UNRWA, el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para Palestina, el viaje era a menudo demasiado peligroso. Como los precios de todo van en aumento en Gaza, tampoco pudo pagar los costos de transporte, que se han multiplicado por diez desde el comienzo de la guerra.

Emergencias en medio de la agitación

La agitación cobró factura a Nadia, y entró en trabajo de parto con un mes de antelación. “Creo que fue por lo asustada que estaba, y porque estaba tan cansada todo el tiempo de caminar y moverme, tratando de encontrar un lugar seguro”, reflexionó.

“Me tomó alrededor de hora y media caminar desde mi tienda de campaña hasta el hospital; todo esto con contracciones. No podía tomar un taxi porque no tenía el dinero”.

Dio a luz en el Hospital Nasser, apoyado por el UNFPA, en Khan Yunis, en agosto, pero su recién nacido pronto desarrolló problemas respiratorios y fue colocado en una incubadora. La escasez de electricidad y los cortes de energía hicieron que la situación fuera aún más precaria, y es un crudo recordatorio de las condiciones que enfrentan los palestinos en Gaza.

Una mujer con la cabeza cubierta con un pañuelo estampado se inclina sobre pilas de bolsos y pertenencias fuera de una tienda azul y blanca en un campo seco y polvoriento
Con el apoyo del programa de asistencia en efectivo del UNFPA, madres como Nadia pueden comprar artículos esenciales en puestos de mercado para cubrir las necesidades básicas de su familia. Crédito: UNFPA/Media Clinic 

La ruta hacia el apoyo y la supervivencia

La historia de Nadia destaca las dificultades que enfrentan las madres y las embarazadas en Gaza, ya que los servicios de salud están abrumados y carecen de recursos suficientes. Según se informa, los partos prematuros y los abortos espontáneos han aumentado debido al estrés combinado de la guerra, el desplazamiento, el hambre y la falta de acceso a la atención.

En un callejón lleno de agua sucia y basura, se aprecia una mujer colgando la ropa entre dos casas
Las familias desplazadas, como la de Nadia, soportan condiciones de vida en hacinamiento e inseguridad, luchando por acceder a los servicios básicos en Gaza. Crédito: UNFPA/Media Clinic

El UNFPA ha estado prestando apoyo fundamental, incluida asistencia en efectivo, a las mujeres vulnerables de Gaza y la Ribera Occidental, para ayudarlas a cubrir sus necesidades básicas y acceder a servicios esenciales, especialmente la atención de la salud. Esto es particularmente crucial para más de 4.000 embarazadas que dan a luz cada mes, así como para las sobrevivientes de la violencia de género con pocos o ningún lugar donde acudir.

Antes de recibir el vale en efectivo, Nadia caminaba hora y media para visitar a su hijo en el hospital. Cuando lograba ahorrar suficiente dinero, tomaba un taxi o un carro tirado por burros, que actualmente cuesta casi 10 dólares; antes de la guerra, el mismo viaje habría costado el equivalente a un dólar. Dormir en el hospital era casi imposible, ya que estaba abarrotado de pacientes y personas que buscaban seguridad.

“Con el vale del UNFPA, ahora puedo pagar el taxi, comprar pañales y cubrir otras necesidades esenciales”, explicó. El vale cubre alrededor de 280 dólares y le ha permitido visitar a su bebé con más frecuencia.

Un rayo de esperanza

Más de la mitad de los hospitales de Gaza no funcionan. Siempre que el acceso y los recursos lo permiten, el UNFPA proporciona suministros médicos, kits de dignidad e higiene, medicamentos y equipo a 12 hospitales que ahora están abrumados por un número excesivo de pacientes. Las y los trabajadores de la salud también están recibiendo capacitación en servicios de salud sexual y reproductiva y protección contra la violencia de género.

Desde enero de 2024, el programa de asistencia en efectivo del UNFPA ha llegado a más de 12.000 mujeres en todo el Territorio Palestino Ocupado, dando prioridad a las que corren mayor riesgo, como las sobrevivientes de violencia de género y las mujeres embarazadas y lactantes. Mediante una asociación con el Programa Mundial de Alimentos, los fondos se distribuyen a través de métodos de pago tradicionales y móviles, lo que garantiza que la ayuda pueda obtenerse incluso en medio de graves impedimentos y escasez de efectivo.

“Estaba desesperada, y esto fue un salvavidas para mí”, aseguró Nadia. “Ahora puedo ver a mi hijo, cargarlo y estar allí para él. Espero poder salir de Gaza cuando todo esto termine y conseguir para mi hijo la atención médica que necesita”.

*Se han cambiado los nombres por motivos de privacidad y protección

Las existencias de alimentos envasados se apilan en mesas improvisadas bajo estructuras de tiendas de campaña en un campamento informal. Se aprecia una mujer desde la parte posterior con un chal estampado
El desplazamiento constante es una dura realidad para madres como Nadia, que enfrentan inmensos desafíos en el acceso a suministros esenciales, alimentos y productos de higiene. Crédito: UNFPA/Media Clinic 

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