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Júbilo después de un aterrador parto prematuro en Liberia
- 16 de septiembre de 2019
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KAKATA, Liberia – De nueve embarazos Anna Bondo había tenido siete mortinatos, y cada experiencia había sido angustiosamente demoledora. Cada pérdida se produjo como consecuencia de un parto prematuro, explicó al UNFPA la madre de 43 años. El mes pasado, embarazada por décima vez, la Sra. Bondo tuvo nuevamente un parto prematuro. Inmediatamente temió lo peor.
"Estaba desesperada", admitió. "Pensé que otra vez perdería mi bebé".
A las 35 semanas, el nacimiento sería considerado "prematuro tardío", y se prevé que llegue con un sinnúmero de riesgos para la criatura, incluida la dificultad respiratoria. La mayoría de los bebés prematuros tardíos sobreviven, pero es esencial que los atienda personal capacitado en instalaciones sanitarias debidamente equipadas.
Sin embargo, Liberia todavía tiene dificultades para ofrecer suficientes servicios de atención materna y neonatal. El país tiene una de las 10 tasas más altas de mortalidad materna del mundo, así como una tasa muy alta de mortalidad infantil. Un recién nacido tiene 51 probabilidades en 1000 de morir en los primeros 28 días, según datos de 2017.
Para las mujeres podría ser particularmente difícil acceder a atención sanitaria de calidad fuera de la capital, como en el condado de Margibi, mayoritariamente rural, donde vive la Sra. Bondo.
Pero esta vez la Sra. Bondo tuvo suerte.
Acudió al Hospital C.H. Rennie, y la pusieron en las capaces manos de la Dra. Susan Kimono, obstetra y ginecóloga ugandesa desplegada en Ciudad Kakata, en Margibi.
La Dra. Kimono trajo al mundo a una pequeña que luchaba por respirar y requirió atención especial en las horas posteriores al parto.
"Como se esperaba, la bebé nació con bajo peso: apenas 1,6 kg. Inmediatamente la trasladamos a la unidad de cuidados intensivos neonatales", explicó la Dra. Kimono.
La unidad (apoyada por el UNFPA y Maternal & Childhealth Advocacy International) ofrece cuidados críticos para recién nacidos prematuros y enfermos.
La Sra. Bondo dio a su bebé el nombre de Dorcas. Juntas pasaron tres semanas en el hospital, y les dieron de alta el 13 de agosto, ambas en buen estado de salud.
"Mi bebé está viva y sana después de 19 días en cuidados intensivos", recalcó la Sra. Bondo. "Si no hubiese sido por los médicos y enfermeras, mi bebé no estaría viva hoy".
Además de ofrecer cuidados que salvan vidas a madres y sus recién nacidos, la Dra. Kimono también brinda capacitación a médicos jóvenes, enfermeras y comadronas, al trabajar como asesora y guía tanto en el hospital como en instituciones de posgrado en toda Liberia.
"Es una bendición tener a la Dra. Kimono asignada al Hospital C.H Rennie", afirmó al UNFPA Yarkpazuo Kollie, médico en período de formación. "Gracias a ella he podido adquirir más conocimientos sobre cuidados obstétricos de emergencia".
El programa que trae la enseñanza de médicos como la Dra. Kimono a Liberia es financiado con el apoyo de Johnson&Johnson como parte de una colaboración de 5 años, de 2015 a 2020, en Liberia, Haití y Pakistán.
El UNFPA apoya igualmente escuelas de obstetricia y salud materna, y proporciona equipo y suministros a centros sanitarios como parte de esfuerzos más amplios con el Gobierno de Liberia orientados a fortalecer los sistemas de salud materna en el país.