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La mujeres de Mongolia consiguen ayuda para escapar de la violencia incluso en medio de la pandemia
- 17 Diciembre 2020
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ULAANBAATAR, Mongolia – Cuando Dulam* buscó ayuda por primera vez en un centro de servicio de ventanilla única en el norte de Mongolia, sufría trastorno de estrés postraumático.
Durante años había sufrido violencia a manos de su marido, al igual que sus cuatro hijos, de 2 a 16 años de edad. Dulam, que tiene ahora 38 años, ocultó la violencia de la familia y los amigos por temor a avergonzar a sus hijos. Había perdido casi por completo la esperanza de que las cosas mejoraran, y había contemplado el suicidio.
Una noche de invierno, el marido de Dulam regresó a casa ebrio y furioso, y arremetió violentamente contra ella. Temiendo por la vida de su madre, su hijo de 16 años llamó a la línea nacional de ayuda, "102", dirigida por la Agencia Nacional de Policía. Era la primera vez que alguien en la casa de Dulam llamaba a la línea de ayuda.
Con la orientación de la línea de ayuda, Dulam y sus hijos escaparon al centro de servicios de ventanilla única en el centro provincial, uno de los 17 centros que reciben apoyo del UNFPA en Mongolia y que proporciona alojamiento seguro, atención sanitaria, asesoramiento psicosocial, servicios de protección y orientación jurídica básica a las mujeres que sufren violencia.
Según un estudio realizado en 2017 por la Oficina Nacional de Estadística y el UNFPA, en el curso de sus vidas, el 58 % de las mujeres de Mongolia han padecido alguna forma de violencia (física, sexual, emocional, económica y/o de control del comportamiento) por parte de su pareja íntima, la mayoría de las veces de su marido. En el año anterior a la encuesta, el 35 % de las mujeres sufrió al menos una de estas formas de violencia.
La pandemia de COVID-19 y las medidas de contención concomitantes han exacerbado las desigualdades de género, y contribuido a un drástico aumento de la violencia de género en todo el mundo, al tiempo que ponen en peligro los esfuerzos de prevención y la disponibilidad de servicios para las sobrevivientes.
En el primer trimestre de 2020, los informes de incidentes de violencia doméstica a la Agencia Nacional de Policía de Mongolia aumentaron en casi un 50 % en comparación con el mismo período en 2019. Aún más sorprendente es que el número promedio de clientes atendidos por centros de servicios de ventanilla única, dirigidos por el Ministerio de Justicia y Asuntos del Interior y por el Ministerio de Trabajo y Protección Social, con el apoyo del UNFPA y de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, ha aumentado en casi un 90 % en comparación con el mismo período en 2019.
El centro de servicio de ventanilla única donde Dulam y su familia recibieron ayuda prestó servicios a casi el doble de clientes en marzo de 2020, en comparación con marzo de 2019. En respuesta a la afluencia de denuncias de violencia de género, se abrieron dos centros en Ulaanbaatar, la capital del país.
El UNFPA también distribuyó directrices y organizó sesiones de capacitación para el personal de los centros a fin de ayudarlos a adaptarse durante la pandemia, incluso mediante la adopción de métodos alternativos de prestación de servicios.
“Los servicios para las sobrevivientes siguen estando disponibles en general, pero muchas consultas y sesiones de asesoramiento se realizan en línea o por teléfono”, explicó J. Tsetsegmaa, trabajadora social jefa y administradora del centro local de servicios de ventanilla única. “La tecnología, como las aplicaciones móviles, los sitios web y los programas de televisión, también nos ayudan a seguir llegando a las personas necesitadas a través de la asistencia remota".
La Sra. Tsetsegmaa y sus colegas también están organizando reuniones virtuales para coordinar con los trabajadores de la salud y los asesores jurídicos: una hazaña en un país donde una población de aproximadamente 3,2 millones de personas se extiende a través de comunidades remotas, y donde muchas personas siguen practicando un estilo de vida nómada.
"Se pondrán en práctica las lecciones aprendidas en la respuesta a la violencia de género en medio del desafío de la COVID-19", manifestó Kaori Ishikawa, representante del UNFPA en Mongolia.
La familia de Dulam permaneció en el centro durante un mes, participó en sesiones de terapia y competencias para la vida que les ayudaran a lidiar con el trauma, y les permitieran gradualmente crear confianza en sí mismos. Los niños también recibieron apoyo para continuar sus estudios. En preparación para convertirse en el sostén de la familia, Dulam se graduó del programa de madres empoderadas del centro, una iniciativa de dos partes en la que las sobrevivientes de violencia doméstica comparten sus experiencias en grupos de apoyo y aprenden competencias que pueden usar para ganarse la vida.
Con la aspiración de ayudar a otras sobrevivientes a encontrar formas de escapar de relaciones violentas, Dulam ahora sensibiliza sobre la violencia basada en el género en su comunidad, y trabaja como asistente de enfermería en un hospital privado, con la esperanza de apoyar a más mujeres que enfrentan estos problemas.
"El centro de servicio de ventanilla única me ayudó a reconstruir mi vida", aseguró Dulam. “Sonrío mucho más ahora que antes. Tengo fe en mi futuro. Encontré un 'nuevo yo' y es como si hubiera nacido de nuevo".
* Se ha cambiado el nombre para proteger a la sobreviviente. La sobreviviente otorgó consentimiento informado para que se usara su historia.