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Las necesidades de salud reproductiva en Mozambique son una prioridad tras el paso de la tormenta tropical Ana
- 11 Febrero 2022
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PROVINCIA DE ZAMBEZIA, Mozambique – Puede que el país se haya salvado del ciclón tropical Batsirai, pero todavía sufre las consecuencias de los devastadores impactos de la tormenta tropical Ana.
El 24 de enero, en el distrito de Angoche, en la provincia costera de Nampula, la tormenta Ana avanzó en dirección oeste en las provincias de Zambezia y Tete, y dejó inundaciones generalizadas, viviendas e infraestructura dañadas y destruidas, además de la suspensión de los servicios básicos. Las provincias de Sofala, Niassa y Cabo Delgado también se vieron afectadas, pero menos extensamente. Mozambique, que queda aguas abajo de las principales cuencas fluviales y en la ruta de los ciclones, a lo que suma una costa larga y baja topografía, es vulnerable a inundaciones repentinas. En 2019, sufrió los embates de los ciclones Idai y Kenneth en el curso de unas pocas semanas.
Las sombrías estadísticas de la tormenta comprenden al menos 38 muertos, 207 heridos, 12.000 casas en ruinas y 26 centros de salud, 25 sistemas de abastecimiento de agua, 138 postes de electricidad y unos 2.275 kilómetros de carretera dañados, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (INGD). Los cultivos inundados han suscitado preocupación respecto de la seguridad alimentaria, y casi 300.000 estudiantes no tienen escuelas a las cuales asistir.
“Mi casa se me derrumbó encima después de que logré sacar a mis hijos”, recordó Florinda Culosa, de 48 años, en el distrito de Mocuba. La casa que compartía con seis hijos y dos nietos se ha perdido. “Me entristece tanto haber perdido mi casa”.
Después de la tormenta, el UNFPA ha venido colaborando con el gobierno para reforzar los servicios de salud sexual y reproductiva y de protección de las poblaciones más vulnerables, en particular las mujeres y las niñas en edad reproductiva (de 15 a 49 años). Las 180.869 personas afectadas por la tormenta incluyen aproximadamente 43.409 mujeres en edad reproductiva y 5.127 embarazadas que continuarán necesitando servicios de salud reproductiva.
“En la noche de la tormenta, en la sala de maternidad asistimos a una madre que daba a luz trillizos mientras el centro se inundaba y el fuerte viento destruía partes del techo”, recordó Filomena Aibo Joao, enfermera de salud maternoinfantil en el Centro de Salud Alto Benfica, del distrito de Mocuba. “La situación era aterrorizante, pero la suerte se puso de nuestro lado, pues la madre y los tres bebés sobrevivieron”.
Se han desplegado brigadas móviles para que presten servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos anticonceptivos y medicamentos de salud materna, en zonas remotas afectadas. En la provincia de Tete, las clínicas móviles reanudaron rápidamente los servicios de salud sexual y reproductiva y de planificación familiar en comunidades aisladas por las inundaciones.
El UNFPA está distribuyendo miles de kits de higiene femenina a mujeres y niñas vulnerables en apoyo a sus necesidades sanitarias, de higiene menstrual y de higiene femenina, así como tiendas de campaña que permitirán que los centros de salud que sufrieron daños sigan prestando atención.
Después de que Noemia Hortênsia, de 19 años, perdió su casa, sus pertenencias y su cultivo de arroz en la pequeña aldea de Magica, ella y sus hijos fueron al lugar de reasentamiento de Sola Parreirao, donde recibió uno de los más de 200 kits de higiene femenina que hubo que transportar en canoa debido a que la tormenta destruyó caminos y puentes. “Mi casa se derrumbó por las inundaciones. Temí que cayera encima de mí o de mi hijo o mi hija”, afirmó. “Lo perdimos todo”.