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Las refugiadas etíopes en Sudán necesitan urgentemente protección y atención de salud reproductiva

Una mujer recibe servicios sanitarios en un punto de tránsito en Hamdayet. © UNFPA Sudán/Sufian Abdul-Mouty
  • 21 Noviembre 2020

NACIONES UNIDAS, Nueva York/UM RAQUBA, Sudán – Según funcionarios de las Naciones Unidas, más de 33.000 personas han huido al este de Sudán para escapar del conflicto en curso en la región de Tigray, en Etiopía. La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha comenzado a trasladar a los refugiados de los centros de tránsito a un asentamiento de desplazados en Um Raquba, donde el UNFPA está colaborando con asociados para prestar servicios esenciales.

La mayoría de los refugiados desplazados son mujeres y niños.

“He visto masacrar hombres ante a mis propios ojos. Nunca podré olvidarlo", se lamentó una joven al hablar con funcionarios del UNFPA en Um Raquba, durante una evaluación de las necesidades.

"Corrí de casa cuando amainaban los disparos. Todavía no sé dónde está mi padre ni dónde están mis hermanos".

Miedo, trauma, violencia sexual

Muchas de las mujeres y niñas temen por su seguridad. La vulnerabilidad a la violencia basada en el género suele aumentar durante las crisis humanitarias.

Women stand under an umbrella with an infant.
La mayoría de los refugiados en Um Raquba son mujeres y niños. © UNFPA Sudán/Sufian Abdul-Mouty

"Cuando me fui, hui con siete niños. Viajamos durante cuatro noches a pie por el campo y el bosque. Durante el día nos escondíamos", explicó al UNFPA un refugiado de 37 años. "Tengo dos hijas, de 20 y 18 años. No puedo dormir bien porque siento ansiedad por la seguridad de mis hijas".

Además, los refugiados carecen de retretes seguros y duchas privadas. Las mujeres y las niñas han recurrido a alejarse del asentamiento para hacer sus necesidades en campo abierto, lo que las expone a posibles actos de violencia.

El UNFPA y sus asociados están interviniendo a fin de prevenir y responder a la violencia de género. Se necesitan urgentemente primeros auxilios psicológicos y asesoramiento sobre traumas. El UNFPA está colaborando con el ACNUR para integrar estos servicios en programas destinados a las sobrevivientes de la violencia de género.

Necesidades de salud reproductiva insatisfechas

Las necesidades de salud reproductiva de las mujeres también se encuentran peligrosamente insatisfechas. El centro de salud de remisiones más cercano capaz de proporcionar tratamiento después de una violación o atención obstétrica de emergencia está a unos 40 minutos de Um Raquba.

"Una mujer perdió a su bebé después de nueve meses de embarazo debido a la falta de servicios", relató Massimo Diana, Representante del UNFPA en Sudán. La mujer llegó al centro sanitario demasiado tarde para dar a luz de manera segura.

"Ninguna mujer debería tener que pasar por esto, y estamos trabajando para asegurar que haya servicios disponibles para salvar vidas", agregó.

People carry UNFPA-provided supplies through Um Raquba.
Llegada de suministros al asentamiento de Um Raquba.© UNFPA Sudán/Sufian Abdul-Mouty

El UNFPA estima que, entre los refugiados recién llegados a Sudán, es probable que haya más de 700 embarazadas, y que haya alrededor de 150 sobrevivientes de violencia de género que necesiten asistencia. Esta estimación se basa en cálculos del Paquete de Servicios Iniciales Mínimos de Salud Sexual y Reproductiva en Situaciones de Crisis, en que se prevé que alrededor del 2 % de las mujeres en edad reproductiva sean víctimas de violencia sexual.

Se estima que más de 7.500 refugiados son mujeres en edad reproductiva.

"Durante mi primer día en este campamento empecé a menstruar", explicó al UNFPA una refugiada de 26 años. "Después tuve que seguir usando ropa manchada y sangrienta. Luego vendí mi único artículo valioso: mi teléfono Android, para poder comprar ropa interior, algodón y jabón para lidiar con la menstruación".

La respuesta del UNFPA

El UNFPA está trabajando para abrir espacios seguros para esas mujeres y niñas donde puedan encontrar apoyo psicosocial y remisiones a servicios de salud y de otro tipo.

Junto con sus asociados, el UNFPA también está trabajando en la distribución de kits de higiene femenina, que contienen suministros de higiene, como toallas sanitarias, ropa, jabón, ropa interior y otras necesidades.

El UNFPA también está proporcionando kits de parto estéril, que contienen suministros básicos para facilitar un parto seguro, como crema antiséptica, una navaja para cortar el cordón umbilical, una sábana estéril para que la mujer dé a luz, y una manta para calentar a la criatura. Se están proveyendo kits de salud reproductiva de emergencia más completos a los trabajadores sanitarios y a las clínicas que se están estableciendo in situ.

Pero se necesita más ayuda.

Los asociados, incluida la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, estiman que el número de refugiados podría aumentar a 200.000 en los próximos seis meses.

"Se espera que muchas más personas crucen la frontera, y el apoyo adicional será fundamental para cubrir las crecientes necesidades", manifestó la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA.

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