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Liberar el potencial de las adolescentes de Bihar mediante la educación para la vida
- 10 Octubre 2024
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PATNA SAHIB, India – La nueva Ministra de Educación de Bihar era una niña de 15 años. Al menos, ese es el papel que la estudiante Zohra Fátima desempeñó durante un día en el parlamento juvenil en su escuela, la madrasa Islamia Anjuman Mufidul Islam en el noreste de la India.
"El parlamento me ayudó a practicar y desarrollar habilidades que serán útiles para mi futuro", planteó Zohra al UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que tiene a su cargo los asuntos de salud sexual y reproductiva. “Quiero servir a mi país como abogada y luego como juez”.
Zohra es una de las 250.000 estudiantes que asisten a sesiones de educación para la vida en el marco del programa Taalim-i-Naubalighan. Las clases de Zorah tienen lugar en la madrasa Islamia Anjuman Mufidul Islam. La mayoría de quienes toman las clases son adolescentes, cuyas aspiraciones el programa pretende fomentar y proteger.
“Después de venir a la madrasa regularmente, me di cuenta de que mis sueños son igualmente importantes, y tengo la opción de alcanzarlos”, explicó Zohra.
Transformar las normas
“Las adolescentes tienen un potencial transformador para sí mismas, para sus comunidades y para la humanidad en su conjunto”, afirmó la Directora Ejecutiva del UNFPA, la Dra. Natalia Kanem, en el Día Internacional de la Niña 2024.
Sin embargo, en todo el mundo, la adolescencia representa un momento riesgoso para las niñas: una era de transición en la que las amenazas de embarazos no planificados, la violencia en la pareja y las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, son grandes.
En Bihar, dos de cada cinco niñas se casan antes de los 18 años, la edad mínima legal, y más de una de cada diez adolescentes de 15 a 19 años ha comenzado a procrear, según datos nacionales .
Estos desafíos son impulsados por normas y prácticas que nacen de la desigualdad de género, que el programa Taalim-i-Naubalighan busca transformar disipando mitos y mediante debates y lecciones sobre temas como el género, la pubertad y la masculinidad positiva.
"Nos enseñan cómo manejar nuestras emociones", adelantó Altamash, un joven estudiante. "Por eso pude ayudar a mi hermana, [que quería] continuar sus estudios. Cuando entendí su deseo y cómo la ayudaría, abogué por ella ante mi padre”.
“Ella ahora va a completar su educación, y estoy muy orgullosa de ella”.
El cambio es bueno
Desde que se puso en marcha el programa Taalim-i-Naubalighan, apoyado por el UNFPA, en 2020, más de 250.000 estudiantes han asistido a sesiones de educación sobre habilidades esenciales para la vida en 1.921 madrasas de todo el estado de Bihar.
El impacto del programa se ha propagado desde sus participantes a sus comunidades: Zohra, por ejemplo, convenció con éxito a su hermana para que enviara a sus hijos a la madrasa para clases.
En tanto que IsmuL Haq Naumani, director de la madrasa Munir-ul Islam afiliada al programa en Nalanda, ha traído a su institución la defensa de la educación de las y los adolescentes sobre las relaciones, la igualdad de género y la salud a reuniones comunitarias y sermones de mezquita. Su mantra es “el cambio es bueno”.
Campeones como Zohra y el Sr. Naumani han ayudado a calmar las preocupaciones de algunos padres y maestros, inicialmente ansiosos por alejarse de los planes de estudio tradicionales y el impacto potencial del programa sobre los valores religiosos y culturales,
pero el crecimiento que Taalim-i-Naubalighan ha provocado en sus asistentes ha impresionado a padres como Farhana Parveen. "Envío [a mi hija] a la madrasa para que sea independiente en sus pensamientos y acciones", dijo la Sra. Parveen, ex maestra, al UNFPA. “No se trata de lo que quiero para ella; se trata de lo que ella quiera para sí misma”.
A su hija Muskaan se le ilumina el rostro cuando se le pregunta sobre su sueño para el futuro: convertirse en banquera.
“Puede ser lo que quiera”, agrega su madre.