Líderes abordan en las Naciones Unidas el uso de la violencia sexual como arma de guerra

NACIONES UNIDAS, Nueva York – "Nuestras chicas no nacieron para ser esclavas sexuales. Cada una de ellas tenía un sueño o una meta para el futuro ", dijo Zina Salim Hassan, defensora de Yazidi de 21 años, ante el UNFPA antes de un evento de las Naciones Unidas centrado en el uso de la violencia sexual y de género como arma de guerra.

Comunidades como Yazidi en Irak y Chibok en Nigeria han sufrido horribles abusos, incluyendo secuestros, violaciones, agresiones y matrimonios forzados. Pero no se trata de casos aislados. El uso de la violencia sexual y de género como táctica de guerra está comúnmente documentado.

Estos crímenes pueden tener efectos de largo alcance. Las mujeres y las niñas son torturadas, otras incluso mueren. Comunidades enteras pueden experimentar ese trauma. Las mujeres pueden verse abocadas a soportar embarazos no deseados.

Y hay muchas otras maneras, menos evidentes quizás, de que las vidas de las supervivientes puedan cambiar para siempre. Cuando las supervivientes regresan a sus comunidades, pueden ser estigmatizadas y avergonzadas. Aquellas a quienes se niega el acceso a la educación pueden ver su futuro y sus sueños restringidos.

"Hay un gran número de niñas que son analfabetas", explicó Hassan. "Perdieron la oportunidad de tener una educación."

Líderes internacionales se reunieron el lunes en la sede de la ONU en Nueva York para pedir una acción urgente para apoyar a las supervivientes de estos abusos, e impedir que estas violaciones ocurran. 

Atención inmediata y compasiva 

"Estas atrocidades requieren atención inmediata y compasiva, y el acceso a servicios integrales", dijo la viceministra general de la ONU, Amina Mohammed, ante los dignatarios, funcionarios y líderes reunidos en el evento del lunes.

Se necesita una amplia gama de servicios para apoyar a las supervivientes, incluyendo el manejo clínico de la violación y el asesoramiento psicosocial para ayudar con la recuperación a largo plazo de los sobrevivientes.

Los sobrevivientes también suelen necesitar ayuda para reintegrarse a sus comunidades, especialmente si se enfrentan al estigma debido a la violencia que sufrieron. Los programas de reintegración incluyen capacitación y capacitación en materia de medios de vida para ayudar a las personas privadas de oportunidades de aprendizaje.

Y las supervivientes también deben ser ayudadas para asegurar su acceso a la justicia, a través de asistencia legal y otros esfuerzos para poner fin a la impunidad a la que se tienen que enfrentar.

El UNFPA y sus socios están trabajando para proporcionar una gama completa de apoyo a las supervivientes en situaciones humanitarias. 

"El UNFPA ha dirigido nuestros esfuerzos para proporcionar una respuesta integral a la violencia sexual y de género", comenta Lise Grande, Representante Especial Adjunta del Secretario General, Coordinadora Residente de la ONU y Coordinadora Humanitaria en Irak.

"Han establecido más de 120 espacios seguros, muchos de los cuales se encuentran no detrás de la línea, sino en la línea de frente. Cientos de miles de niñas han recibido ayuda en estos centros ", agregó.

Aún queda mucho por hacer

Pero aún queda mucho por hacer, no sólo para atender las necesidades de las mujeres y las niñas, sino también para poner fin a la violencia sexual y de género.

“Las niñas y mujeres de Chibok y Yazidi no sólo son supervivientes de la violencia, sino que son un testimonio del fracaso de la comunidad internacional en la prevención del extremismo violento y a la hora de abordar las causas del conflicto ", afirma Mohammed. Insto a los líderes mundiales a trabajar juntos para poner fin al uso de la violencia sexual como arma en los conflictos.

La salud, la seguridad y los derechos humanos de las mujeres y las niñas también deben ser priorizados en las situaciones de emergencia, destaca Kanem.

"Abordar la violencia de género es una salvación y debe ser parte de la respuesta humanitaria", comenta.

"También necesitamos incrementar fondos", señaló Lars Løkke Rasmussen, Primer Ministro de Dinamarca. Anunció que su Gobierno contribuiría con US$ 50 millones para apoyar los derechos de las mujeres y las niñas en casos de emergencia, de los cuales US$ 23 millones se destinarán al UNFPA.

Representantes de Canadá, la Unión Europea y el Reino Unido también han anunciado la aportación de fondos para apoyar a mujeres y niñas.

Viendo hacia adelane

El impacto de algunos de estos esfuerzos se vio la semana pasada en Abuja, Nigeria, donde un grupo de supervivientes de Chibok graduó de un programa de educación apoyado por el UNFPA.

La recuperación de sus vidas ha sido una parte importante de su recuperación. Muchas ahora planean asistir a la universidad.

"Continuaremos nuestra educación", afirma Margaret, de 21 años, en la ceremonia de graduación. Quiere ser médico.

Gloria, de 20 años, comenta UNFPA que ella también quiere ser médico.

"Realmente disfruté mis estudios", dijo."Espero ser la mejor".

Traducido del inglés por Arancha Cavanillas