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Los equipos de apoyo a la salud mental en Ucrania ofrecen un salvavidas en una zona de guerra
- 26 Febrero 2025
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DNIPRO, Ucrania – Una joven madre bajó del tren en la ciudad de Dnipro, en el centro de Ucrania, sosteniendo una pequeña bolsa y guiando a sus cinco hijos con el otro brazo. Había huido de la región de Zaporizhzhia a causa de la guerra, pero también huía de la violencia de su pareja, un hombre que una vez la golpeó con tanta fuerza que sufrió un aborto espontáneo.
Indecisa sobre los pasos a seguir, buscó el número de teléfono de un equipo móvil de apoyo psicosocial del UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva.
«Nos reunimos con ella en la estación de tren y encontramos un lugar seguro para sus hijos», explicó Tetiana, psicóloga del equipo desde 2022. «También le ofrecimos una escolta médica porque necesitaba atención urgente y la colaboración de abogados para tratar sus documentos y derivaciones».
La unidad de Tetiana, uno de los 87 equipos de apoyo psicosocial del UNFPA, está disponible para intervenciones de emergencia y puede derivar a las supervivientes para que reciban asistencia a más largo plazo, formación laboral y acceso a asistencia jurídica. Estos recursos siguen siendo fundamentales para las supervivientes de abusos mucho después de que haya pasado el peligro inicial, especialmente en un país donde tres años de guerra han causado un trauma generalizado y una profunda angustia psicológica.
Atender las grandes necesidades de salud mental
Desde la invasión a gran escala de Rusia, las denuncias de violencia de pareja, maltrato en el hogar, violencia sexual y otras formas de violencia de género han aumentado en más de un tercio en Ucrania. Se calcula que 2,4 millones de personas, en su mayoría mujeres y niñas, necesitan urgentemente servicios de prevención y respuesta a la violencia de género.
«Incluso después de encontrar cierta seguridad física en Dnipro, muchas luchan contra ataques de pánico persistentes, pesadillas y síntomas depresivos», comentó Tetiana, explicando cómo el apoyo psicosocial que proporcionan los equipos de salud salva vidas.
Casi dos tercios de los hogares ucranianos declaran padecer algún tipo de ansiedad, depresión o estrés extremo, lo que dificulta la búsqueda de trabajo o el cuidado de los miembros de la familia. Las dificultades económicas, la pérdida masiva de empleos, la muerte de seres queridos y el temor a futuros ataques no hacen sino intensificar su angustia. Sin el asesoramiento y la atención adecuados, el ciclo del trauma también puede transmitirse a las generaciones futuras, con el consiguiente riesgo de daños generalizados y a largo plazo para la comunidad.
Un sistema de respuesta en primera línea
Roman se unió al equipo en Dnipro como trabajador social en abril de 2022, organizando la coordinación con los servicios sociales y las organizaciones públicas. «Hemos creado un sistema de respuesta para ofrecer seguridad y apoyo a las personas», afirmó, explicando que, después de la policía, a menudo son los primeros en responder a los casos de violencia de género. «Somos una especie de ambulancia para los incidentes de violencia de género».
Estos servicios son vitales, especialmente para las mujeres sin ingresos ni vivienda estables, ya que la guerra ha puesto a muchas de ellas en riesgo de explotación económica o de nuevos actos de violencia.
«Mucha gente cree que sobrevivir a la amenaza inicial es el final de la historia», añadió Tetiana. «Pero solo sanan una vez que ya están físicamente a salvo. Sin apoyo psicosocial, les resulta difícil recuperarse del trauma o prevenir nuevos daños».
Una pesada carga mental también para los equipos de apoyo
En situaciones de crisis, aumenta el riesgo de violencia contra las mujeres y las niñas, incluida la violencia sexual relacionada con los conflictos, y se dispara la demanda de servicios de protección y respuesta. Sin embargo, como las mujeres desplazadas a menudo carecen de redes sociales a las que recurrir y se las estigmatiza si denuncian abusos, la policía puede solicitar el apoyo del equipo móvil in situ para coordinar otras intervenciones, como la búsqueda de alojamiento seguro o asesoramiento.
Es una situación llena de peligros, ya que los propios trabajadores pueden ser alcanzados por los disparos. «Cuando llegamos a un lugar en el que se ha producido un ataque o un caso de violencia, no tenemos tiempo para bajar el ritmo», explicó Roman. «Nos ponemos en marcha inmediatamente y empezamos a atender a la gente. Es como si nuestras propias reacciones quedaran en un segundo plano. Después, cuando echamos la vista atrás y lo hablamos, nos damos cuenta de lo difícil que fue en realidad».
Desde febrero de 2022, la Organización Mundial de la Salud ha confirmado más de 2.200 ataques contra instalaciones, servicios y personal sanitario en Ucrania por parte de la Federación de Rusia. El año pasado, más de 300 de ellos afectaron a instalaciones médicas, lo que supone triplicar la cifra de 2023.
Aunque su trabajo es fundamental, Roman afirma que le pasa factura. «Los bombardeos se van acumulando, uno tras otro. Dependiendo de la gravedad de los daños, cada vez los percibimos de forma diferente. Pero la mayor parte del tiempo nos centramos en lo que hay que hacer, dejando a un lado nuestros sentimientos. Luego, una vez superada la crisis inmediata, recurrimos a nuestras propias redes de apoyo y lo procesamos todo».
¿Por qué deben perdurar estos servicios?
Desde 2022, más de 50 de los equipos móviles de apoyo psicosocial del UNFPA han sido financiados por el Gobierno de Estados Unidos, desempeñando un papel indispensable en la ayuda a los más vulnerables de Ucrania. «Los servicios de la ciudad funcionan, pero carecen del mismo impacto y alcance. Por eso los equipos móviles son esenciales, especialmente en tiempos de guerra, cuando nos enfrentamos a una oleada de desplazados», afirmó Tetiana.
Las mujeres son fundamentales para la resiliencia de las familias, la mano de obra y la comunidad en general de Ucrania, pero han soportado un inmenso sufrimiento durante estos años de conflicto. Garantizar su apoyo durante su recuperación personal será crucial para salvaguardar la recuperación de Ucrania a largo plazo.
Sin embargo, con la incertidumbre que rodea ahora a la financiación de la labor humanitaria en todo el mundo, la continuidad de este trabajo vital se ve amenazada. Los servicios sanitarios esenciales para prevenir y responder a la violencia de género, el apoyo a las organizaciones dirigidas por mujeres y los programas que promueven el empoderamiento económico de las mujeres corren el riesgo de desaparecer, poniendo en grave peligro la seguridad y el bienestar de millones de personas.