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“Son como de la familia”: Los trabajadores sanitarios móviles se ocupan de las mujeres y niñas desarraigadas por los conflictos en Sudán
- 24 de septiembre de 2024
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GEDAREF, Sudán – “Tres días después de que yo diera a luz, oímos el ruido de bombardeos y disparos cerca de nuestra casa en Singa, [en el estado de Sennar]”, relató Tsabeeh, de 26 años, al UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que se encarga de las cuestiones de salud sexual y reproductiva. “Tuve que agarrar a mis dos hijos y correr”.
La devastadora violencia (y ahora las inundaciones) han expulsado a más de 10 millones de personas de sus hogares desde que estalló el conflicto en Sudán en abril de 2023. Alrededor de 670.000 personas se alojan actualmente en el estado de Gedaref; Tsabeeh y sus hijos viven en una antigua estación de autobuses que se ha convertido en refugio temporal.
El refugio es rudimentario: tiene techo, pero no tiene paredes, y solo mantas en el suelo para que los residentes duerman. Sin embargo, ha servido como punto de acceso para que las personas desplazadas obtengan atención esencial de salud reproductiva a través de un equipo móvil de salud apoyado por el UNFPA.
“Cuando llegamos al refugio [en Gedaref], el equipo de salud móvil nos proporcionó los medicamentos que tanto necesitábamos”, agradeció Tsabeeh. “La partera no se apartó de mi lado hasta que estuvo segura de que estaba bien.
“Ahora los visito regularmente para comprobar mi salud y el bienestar de mi recién nacido”.
Atención compasiva
Las consecuencias del conflicto interno de Sudán han sido especialmente perjudiciales para las mujeres y las niñas. Las investigaciones sugieren que la mayoría de las mujeres embarazadas y las nuevas madres no pueden obtener atención médica, y más de 200.000 mujeres están al borde de la hambruna.
La impactante violencia sexual también ha sido un sello distintivo de la crisis. “Este es el flagelo de la guerra contra las mujeres y las niñas: la extrema inseguridad alimentaria, el horror de la violencia sexual, la incertidumbre y el miedo”, explicó la Directora Ejecutiva del UNFPA, Dra. Natalia Kanem.
En el campamento de desplazados de Gedaref, el equipo de salud móvil del UNFPA está especialmente equipado para atender a las sobrevivientes de violencia de género, con proveedores que ofrecen atención médica y apoyo psicosocial.
Fátima*, madre de 22 años de Sudán central y sobreviviente de violencia sexual, aseguró que estos servicios la han ayudado a sobrellevar su trauma, pues ha sufrido de depresión y ansiedad desde que tres hombres armados entraron en su casa y la violaron.
“Sin el equipo móvil de salud, no sé qué haría, son como de la familia”, dijo al UNFPA. "Ellos cuidan de mí y de mi bebé".
Apoyo en cada etapa
En todo Gedaref se han establecido seis clínicas de salud temporales para prestar servicios esenciales a las personas desplazadas. En todo Sudán, en 2024, el UNFPA también ha distribuido suministros, entre los que figuran los necesarios para la atención obstétrica de emergencia y la gestión clínica de las violaciones, así como cerca de 42.000 kits de dignidad que contienen artículos básicos de higiene, para ayudar a las mujeres y las niñas a superar la crisis humanitaria.
Una de las beneficiarias fue Nabaa, de 12 años, del estado de Sennar, quien llegó al refugio temporal hace dos meses, y en ese tiempo, tuvo su primer período.
“Estaba tan asustada y confundida”, confesó. “Perdí a mi madre hace años, y no podía hablar con mi padre sobre esto”.
Sin embargo, cuando su padre notó sangre en su ropa, la llevó al equipo móvil de salud del UNFPA. “Me dieron esta bolsa con toallas sanitarias y ropa, y me enseñaron a usarlas”, dijo. “Me guiaron por el proceso”.
La guerra en curso ha despojado a las mujeres y niñas de todo lo que necesitan para sobrevivir, incluidos alimentos, apoyo médico y refugio. En todo Sudán hay informes de mujeres que mueren por complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto, hambre y enfermedades. Las peores condiciones se dan en las zonas más afectadas por los combates y donde las personas desplazadas por el conflicto (y ahora por las inundaciones) han buscado refugio.
Junto con sus asociados, el UNFPA ha trabajado desde el comienzo de la crisis para llegar a las personas más vulnerables con servicios vitales, pero debe permitirse un acceso humanitario rápido, seguro y sin trabas en todo el Sudán para evitar más muertes prevenibles.
“Pedimos a los asociados que financien plenamente el plan de respuesta humanitaria en Sudán para que podamos llevar un rayo de esperanza a las mujeres, las niñas y sus familias”, agregó la Dra. Kanem. “Las mujeres y las niñas en Sudán ya han soportado demasiado. Para poner fin a su sufrimiento, lo que necesitan más que nada es la paz”.
* Se han cambiado los nombres por motivos de privacidad y protección