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Luchando por la igualdad de derechos contra la marea del cambio climático
- 05 Junio 2024
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REGIÓN DE ASIA Y EL PACÍFICO – Janine Cruzet dirige un grupo que aboga por los derechos de las mujeres con discapacidad en Filipinas, una de las muchas naciones insulares de baja altitud que albergan a millones de personas a la vanguardia de la crisis climática mundial.
Las mujeres y las niñas están pagando un alto precio de cara al cambio climático; más aún si viven con discapacidad. Al referirse a su amiga Emily, que tiene una discapacidad visual, la Sra. Cruzet explicó: “Cuando un tifón se acerca a la ciudad, el centro de evacuación es un torbellino de actividad, pero para ella es un laberinto de baños inaccesibles y escasos suministros de higiene”.
A pesar de ser responsables de emisiones globales de gases de efecto invernadero mucho más bajas, países como Filipinas soportan una carga desproporcionada para el resto del mundo, con innumerables muertes y miles de millones en pérdidas económicas cada año debido a los desastres climáticos.
En todo el mundo, los ciclones, los huracanes, las inundaciones, las temperaturas extremas y la sequía son cada vez más frecuentes, más prolongadas y más intensas. Estos desafíos solo exacerban la discriminación y las desigualdades y exponen a millones de personas a riesgos para la salud y la seguridad debido a los desplazamientos masivos y a largo plazo, la destrucción de los medios de vida y el colapso de los sistemas de salud y educación.
La salud sexual y reproductiva y los derechos de protección son víctimas cruciales, pero a menudo pasadas por alto, en este desastre en desarrollo. Para una niña o una mujer que viven con una discapacidad, las realidades cotidianas como la menstruación pueden convertirse en una pesadilla. “La falta de privacidad y de instalaciones adecuadas las obliga a arreglárselas con lo que puedan encontrar”, lamentó Cruzet al conversar con el UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que se encarga de cuestiones de salud sexual y reproductiva.
“La preparación para desastres debe ser inclusiva y tener en cuenta las diversas necesidades. Se trata de salvaguardar los derechos y la dignidad de todas las personas en tiempos de crisis, independientemente de su capacidad”.
Inclusión por diseño
Garantizar instalaciones accesibles, proporcionar información clara en distintos formatos y ofrecer apoyo adaptado a las personas que viven con discapacidad son fundamentales para salvaguardar el bienestar de todas y todos durante una crisis.
A modo de ejemplo, la campaña Veivanua, que cuenta con el respaldo del UNFPA en Vanuatu, apoya las intervenciones de salud menstrual en entornos humanitarios para personas con discapacidad intelectual y sus cuidadores. “En estas provincias había muy poca información disponible a nivel comunitario”, explicó Ellis Lee, uno de los líderes del proyecto.
“Veivanua apoya a niñas y mujeres antes y después de un ciclón: Las niñas reciben un paquete con un libro con imágenes que sus cuidadores usan junto con una muñeca para enseñarles a las niñas cómo cuidar su salud menstrual y enfrentar la escasez de productos disponibles”.
El proyecto también ayuda a crear conciencia sobre la importancia de la salud menstrual en una crisis. “Veivanua ayuda a asegurar que las personas con discapacidades intelectuales, sus cuidadores y sus familias pasen a la seguridad de los productos menstruales y los usen mientras están en el centro de evacuación”, explicó la Sra. Lee. “Las conversaciones están cambiando la mentalidad de los miembros de la comunidad en cuanto a asignar recursos y hablar sobre dónde pueden ir estas niñas para usar habitaciones en los centros de evacuación para mayor privacidad”.
Protección de la salud y los derechos para todas y todos
Muchos otros grupos marginados son pasados por alto en la respuesta a la crisis, como es el caso de las personas LGBTQI+. Saimone Tuni preside la Fundación Rainbow Pride en Fiji, y explicó que la falta de inclusión en las conversaciones sobre el clima refuerza un sentimiento de alienación.
“En Fiji hay mucho retroceso en este tema”, comentó al UNFPA. “Cuando se trata de evacuación, cuando se trata de asistencia, cualquier cosa que esté relacionada con el cambio climático, nuestra gente queda excluida debido a su identidad, su orientación sexual, su expresión de género”.
“Esto confirma la creencia de que no son dignos, que no son amados por la sociedad. Esta falta de reconocimiento afirma estas creencias que han asumido sobre sí mismos durante muchos años, que no pertenecen a la comunidad”.
Tuni explicó que las soluciones tomarán tiempo, pero “la conversación sobre inclusión debe traer de la mano la inclusión; el gobierno tiene mucho trabajo pendiente en esta área”.
El UNFPA trabajó con la Fundación Rainbow Pride para crear un kit de dignidad personalizado que ayudara a abordar las necesidades únicas de las personas LGBTQI+ durante un desastre, ya sea en refugios de evacuación o en sus hogares. El nuevo “kit pride” es el primero en el Pacífico e incluye productos esenciales de salud reproductiva, productos de higiene e información sobre salud sexual y reproductiva y apoyo a la violencia de género.
Adaptándose a la adversidad
Colocar a las personas marginadas en el centro de los esfuerzos de desarrollo sostenible es clave para proteger la salud, los derechos y el futuro de millones de personas. “Necesitamos inversiones amplia y específicas que salvaguarden los derechos [de mujeres y niñas vulnerables] y fortalezcan su capacidad de adaptación”, aseguró la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA.
El UNFPA está colaborando con sus asociados para que los sistemas de salud sean más resistentes al cambio climático y para garantizar que los servicios sean más móviles, que los suministros estén posicionados de antemano y que el personal ocupe el lugar que le corresponde. Pero se necesita más.
“Esto sirve como recordatorio de que los esfuerzos de preparación para desastres deben tener en cuenta diversas necesidades”, dijo Cruzet. “Hay una necesidad urgente de una planificación de desastres más inclusiva y estrategias de manejo de la higiene menstrual”.
Esto forma parte de una serie de historias que ilustran los progresos realizados desde la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de 1994, que se comprometió a garantizar la igualdad entre los géneros y el derecho a la salud sexual y reproductiva para todas y todos. Más información.