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Mientras los combates hacen estragos en el noreste de Siria, el UNFPA cubre las necesidades de las mujeres
- 11 Diciembre 2019
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AL TAPQQA, Siria - Mientras los enfrentamientos provocan estragos en el noreste de Siria, el número de víctimas civiles y el impacto sobre los sistemas de salud sigue aumentando. Los desplazamientos masivos han complicado la prestación de los servicios básicos de salud, incluidas la salud reproductiva y la salud materna.
El inicio de las operaciones militares en la zona, el 9 de octubre, forzó a más de 200.000 personas a huir de sus hogares, muchas por segunda o tercera vez. Unas 117.000 personas han regresado a sus lugares de origen, pero más de 75.000 permanecen desplazadas, según recientes informes de las Naciones Unidas.
Los asociados humanitarios en las zonas afectadas por las hostilidades actuales (que incluyen Alahras, Ala-miriyah, Abu Rasian, Um Alkhair, Dahr Alarab y Almahmoudiya) han desviado sus programas y recursos para satisfacer las necesidades de las poblaciones que han sido recientemente desplazadas. Los servicios generales se han deteriorado en varias zonas afectadas, incluso con pérdidas de electricidad y cierre de establecimientos educativos en la provincia de Ar-Raqqa.
Los recientes descensos de temperatura han dejado a la población civil en posición especialmente vulnerable.
Se estima que unas 18.860 mujeres en edad de procrear se encuentran entre los desplazados. Estas mujeres y niñas requieren servicios, incluidos suministros de higiene menstrual y atención de la salud materna.
"Realmente me preocupaba antes de dar a luz", confió al UNFPA Asma'a Al Issa, de 32 años.
La Sra. Al Issa fue desplazada hace tres años, cuando demolieron su casa en la aldea de Al Qadisia, y después fue nuevamente desplazada. Hoy vive en Al Tapqqa, una ciudad en la provincia de Ar-Raqqa, en una casa sin terminar proporcionada por una familia de acogida.
En sus últimos meses de embarazo, la Sra. Al Issa logró recibir servicios de salud materna en una clínica operada por la organización sin ánimo de lucro Al Mawada, con apoyo del UNFPA. La clínica presta servicios a entre 50 y 60 mujeres cada día, alrededor de la mitad en estado de embarazo.
La Sra. Al Issa entró en labor de parto el 25 de octubre, semanas después de iniciado el recrudecimiento de las hostilidades en la zona. A pesar de esto, tuvo un parto sin complicaciones gracias a la atención especializada prestada por Hanan, una partera de la clínica.
"Asma'a dio a luz sin complicaciones", recordó Hanan.
A la Sra. Al Issa y su nueva hija (la más joven de cuatro) se les dio de alta en buen estado. Se llevaron a casa suministros de cuidado posparto y neonatal proporcionados por la clínica.
El haber tenido una bebé sana llenó de entusiasmo a la Sra. Al Issa. "Ahora me siento muy feliz de tener una niña", aseguró al UNFPA.
Como respuesta a la crisis, el UNFPA ha ampliado su cobertura en aldeas remotas, incluidas Mabada y Al Jawadi, en Al-Hassakeh, además de en Al-Qamishly, Tabqa, Jurnia y Twehina, así como en los campamentos de Newroz y Mahmoudi.
A pesar del complicado entorno, el UNFPA, con financiación de la Dirección General de Protección Civil y Operaciones de Ayuda Humanitaria Europeas, ha podido llegar a decenas de miles de personas con ayuda urgente.
Entre el 9 de octubre y el 7 de diciembre, los operativos de atención de la salud reproductiva llegaron a unas 27.700 mujeres en edad de procrear (incluidas casi 8.000 embarazadas) en el noreste de Siria. Entre el 9 de octubre y 23 de noviembre, el UNFPA también prestó servicios para prevenir y responder a la violencia basada en el género a casi 31.000 personas. También hay 27 equipos móviles de salud reproductiva y salud materna realizando labores de extensión en zonas subatendidas.
El UNFPA está colaborando con aliados locales para ampliar estos esfuerzos, orientados a cubrir las necesidades de hasta 580.000 personas en las provincias de Al-Hasakeh y Ar-Raqqa.
El Dr. Adnan, coordinador de salud reproductiva que trabaja en la zona, está orgulloso de la atención que los trabajadores sanitarios han logrado ofrecer, incluso en medio de los recientes disturbios. "Asma'a no es un caso especial ni tampoco una excepción", explicó el Dr. Adnan. "Es una de las miles de familias desplazadas y desfavorecidas a las que prestamos servicio diariamente".
Hanan se hizo eco de ese sentir, al ponderar que "es una gran misión salvarla a ella y salvar la vida de su nueva criatura".